Era temprano por la mañana cuando sonó la alarma. La noche anterior llegamos muy tarde al apartamento luego de volver de la casa de los padres de Ryan, así que me sentía muy cansada, pero como la persona responsable que pretendía ser me levanté. Una hora después íbamos los cuatro en mi auto rumbo a la universidad.
-Después de la universidad iremos a la prueba del vestido de dama de honor. ¿Lo recuerdan, cierto?- habló Jacky con emoción.
-Claro, amiga. ¿Cómo podría olvidarlo? No te casas todos los días- dije también emocionada. Me sentía muy feliz por ella.
-Y Ryan ¿podrías venir también? Necesitaremos una opinión masculina-
-Con gusto- respondió, mientras la veía desde el retrovisor, ya que él iba conduciendo.
Al llegar a la universidad nos despedimos y Ryan me fue a dejar hasta la puerta del salón, como era su costumbre desde hace unas semanas.
-Gracias por acompañarme-
-Es para mí un placer- habló, dejando ver su hermosa sonrisa -suerte en tus clases-
-Igualmente. Te veo en el almuerzo- besé su mejilla, para luego pasar al salón.
Los primeros minutos puse total atención a la clase, pero poco a poco mis pensamientos se desviaron hacia cierto castaño. Durante toda la clase me la pasé pensando en Ryan, en su linda sonrisa, en su pelo despeinado como si no existieran peines pero que le quedaba perfecto, en la forma que arqueaba las cejas cuando bromeaba, en el pequeñísimo lunar que tenía en la mejilla derecha, en su voz grave por las mañanas y en sus ojos azules tan penetrantes que sentía que lo sabían todo de mi cuando me veían. Así pasé toda la mañana y sin darme cuenta ya era la hora de almuerzo.
Casi llegaba a la cafetería cuando una fuerte mano me tomó por el brazo, pegándome a la pared.
-¿Qué haces, Jonathan? Suéltame-
-Antes responderás mi pregunta- apretó más el agarre.
-Me estás lastimando-
-¿Linda está embarazada?-
-¿Por qué no se lo preguntas tú?- hice una mueca de dolor.
Él me vio atentamente y por su rostro pude darme cuenta que captó algo.
-Así que sí lo está-
-Yo no dije eso-
-Pero no lo negaste- lo vi con algo de preocupación, sin saber qué decir -¿es mío?-
-Pregúntaselo tú- intenté zafarme, pero él me tomó del otro brazo también.
-Ya se lo pregunté y no me quiso decir- habló con evidente desesperación.
-Entonces yo no tengo nada qué decirte tampoco- aquellas palabras no le sentaron nada bien, pues me apretó aún más -me estás lastimando-
-¡Respóndeme y te suelto!- alzó la voz.
Podía zafarme fácilmente dándole un rodillazo entre las piernas, pero él era mi amigo y no quería lastimarlo. Además, tenía razón de ponerse así.
-No te diré nada. Lo siento- realmente quería decirle la verdad, pero Linda me mataría si lo hiciera.
-Dime- dijo entre dientes -¿está embarazada de mí?- guardé silencio -¡responde!- gritó, al mismo tiempo que golpeó la pared con su puño, a unos centímetros de mi rostro.
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Un Juego de Amor
RomansaEnamorarse de dos hombres a la vez no estaba en los planes de Elizabeth, pero una serie de eventos crearon las condiciones perfectas para que lo hiciera. Todo parecía ser perfecto en su vida, sobre todo con su novio, hasta que un par de mentiras y s...