Desperté algo exaltada esa mañana, pues para mi mala suerte estaba soñando con el maleducado. Nos estábamos gritando y diciendo insultos, tal como el día anterior.
Me levanté de la cama y la acomodé, luego bajé a desayunar junto con Linda, Angie y su esposo. Terminé de desayunar y fui a darme una ducha. Al salir de la regadera pasé varios minutos tratando de decidirme por un outfit, al final me decidí por una pantaloneta de lona, una blusa de seda blanca y unos tenis blancos.
Me apetecía salir a caminar, para conocer la ciudad de Madrid. Antes de salir, revisé mi celular esperando encontrar respuesta a los mensajes que le había enviado a Jake la noche anterior, pero no encontré nada.
-¿Por qué esa cara?- preguntó Linda sacándome de mis pensamientos.
-Jake no responde a mis mensajes-
Me echó una mirada molesta -¿acaso le escribiste Elizabeth?-
-Claro, yo fui la culpable de todo y quiero arreglarlo-
-No Elizabeth, no fue tu culpa. Él no tiene derecho a decir con quién puedes o no hablar ¿me entiendes?- habló exaltada -y no quiero que le mandes mensajes. Jake es un orgulloso y lo único que estás haciendo es agrandar aún más su estúpido ego-
-Por favor Linda, tú no lo conoces como yo, él no es orgulloso, al menos no conmigo- dije un poco molesta, aunque en el fondo sabía que ella tenía razón.
-Cariño- tomó mi rostro entre sus manos y me vio con rostro apenado -si no fuera orgulloso ya te habría contestado-
Aquellas palabras rompieron mi corazón y todas mis esperanzas, pero era mejor darme cuenta de la realidad y no esperar algo que nunca sucedería.
-Te veo luego- salí de su habitación y caminé a la puerta principal.
Estaba lista para salir, pero antes haría un último intento. Volteé hacia atrás asegurándome que Linda no estuviera cerca, luego tomé mi celular y le envié otro mensaje a Jake. De verdad esperaba que lo viera, él es el amor de mi vida y no deseaba nada más que me perdonara.
Guardé mi celular y salí de la casa. Comencé a caminar sin preocupación alguna, pues había descargado una aplicación que me indicaría el camino de regreso.
Madrid es realmente hermoso, tiene algo de parecido con Londres, pero es mucho más pintoresco. Caminé a lo largo de una calle, admirando todo lo que mis ojos veían.
Llegué hasta la Plaza Mayor, era la una de la tarde, así que entré a uno de los restaurantes que estaba frente a la plaza. Almorcé tranquilamente y luego pedí un rico postre para después seguir con mi recorrido.
Entré a algunos museos y galerías de arte hasta que noté el cielo oscurecerse. Saqué mi celular, abrí la aplicación y de inmediato me señaló el camino para regresar a la casa de Linda. Mientras caminaba me topé con una tienda de pasteles, así que entré y compré algunas cosas para llevar a la casa. Caminé unas cuadras más y llegué.
Toqué la puerta y no tardaron en abrirla, al entrar me topé con una sorpresa y no una muy agradable. No sabía qué hacer, no quería saludarlo después de lo molesto que fue ayer, así que pasé de largo únicamente dándole una mala mirada.
-¿Y el maleducado soy yo?- exclamó Ryan riendo de forma burlona.
Sin pensarlo di media vuelta y regresé a la sala -sí, eres un maleducado, de hecho eres la persona más irrespetuosa, grosera e irreverente que conozco-
-No tienes idea de cuánto me preocupa oír eso- su sarcasmo me volvía loca.
-Eres un idiota-
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Un Juego de Amor
RomantizmEnamorarse de dos hombres a la vez no estaba en los planes de Elizabeth, pero una serie de eventos crearon las condiciones perfectas para que lo hiciera. Todo parecía ser perfecto en su vida, sobre todo con su novio, hasta que un par de mentiras y s...