27.

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Esa mañana que llegué al colegio Sohee se acercó para pedirme disculpas, pero claro que no le creí ni un poco de sus palabras porque a millas podía ver lo falsa que era, sin embargo, sólo le dije que no había problema pero que no volviera a acercarse a ninguno de nosotros y estuvo de acuerdo.

—Sohee se me acercó esta mañana. —comenté mientras tomábamos juntos el desayuno.

—¿Para qué? ¿Te hizo algo?

—Sólo me pidió disculpas, pero poco sinceras.

—No te preocupes por ella, con tal que no se atreva a tocarte, todo estará bien. —acariciaste mi cabello.

—¿Que hay de ti, Hyunjin, finalmente te inscribiste en algún equipo?

—Oh, sí... tanto problema que se me olvidó contarte. Me metí al equipo de basket.

—No puedo esperar a ver lo lindo que te verás con ese uniforme. —apreté tus dos mejillas.

—Hoy me quedaré en práctica después de clases, ¿quieres quedarte conmigo?

—Me encantaría pero tengo que cuidar a los gatitos.

—Ooh, está bien. —torciste los labios en un mueca triste.

—Prometo quedarme para la próxima, ¿sí?

—Ya dijiste.

—Bueno, come más. Ahora que vas a practicar un deporte, tienes que comer bien y beber mucha agua.

Ese día transcurrió de maravilla y finalmente llegó la hora de regresar a casa. Me despedí de ti con un beso en la mejilla después de acompañarte hasta la cancha de basketball y luego me dirigí a la salida.

—¿Vas a casa? —Sohee apareció de repente, rodeándome por los hombros.

¿Por qué se tomaba la confianza de tocarme? Qué tipa tan rara.

—... Sí.

—Déjame te acompaño, creo que vamos a la misma dirección.

—Ah, no lo creo, yo vivo a mano derecha. —mentí. Era el camino más largo pero Sohee me daba muy mala espina.

—Yo igual.

Una vil mentira...

—Ni siquiera somos amigas para que quieras acompañarme. Lo siento pero no me siento cómoda cerca de ti. —tomé su brazo y la aparté de mí.

—Uy, cómo digas. No hay necesidad de enojarse. —musitó en tono burlesco.

Yo apresuré mis pasos en cuanto atravesé la salida. De vez en cuando daba miradas furtivas hacia atrás y me di cuenta que Sohee venía detrás, pero a una distancia prudente y sin mirarme, entonces comencé a caminar aún más rápido.

No sabía que planeaba y tampoco quería descubrirlo.

Debido a lo rápido que iba los lazos de mi zapato derecho se soltaron y maldije por lo bajo, me agaché en mi lugar y con mucha rapidez resolví el pequeño problema. Sentí unos pasos y una presencia detrás de mí, por lo que me giré fugaz, pero me relajé al ver que sólo era una persona transitando por la calle y reanudé mi camino. Volteé un par de veces más y me di cuenta que Sohee ya no estaba y suspiré con tranquilidad pero no bajé la velocidad.

Doblé en una esquina y caminé unos metros más, en ese momento alguien me empujó con mucha fuerza hacia un callejón sin salida y aterricé en el suelo, me levanté rápidamente y me di cuenta que había sido Sohee, pero no estaba sola, dos tipos le hacían compañía y no tardaron en acorralarme cómo a una pequeña presa.

Si fuera tu Chica ; Hwang Hyunjin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora