Si fuera tu Chica ; Hwang Hyunjin

51.

Perspectiva de Hyunjin:

Transcurrieron unos días desde la última vez que la vi y ya la echaba muchísimo de menos. Estaba muy preocupado por ella. Desde el momento en que la vi ese día en el supermercado, sospeché que algo andaba mal, pues lucía muy pálida y desganada; supuse que era por la mala racha que estábamos pasando, y aunque pueda que sea cierto, luego sus amigos me informaron que estaba enferma y me angustié mucho.

Quería verla de nuevo, después de tantas adversidades por fin logramos reconciliarnos y aunque no estábamos juntos cómo antes, me alegraba volver a ver sus mensajes a diario. Me invitó a la feria que tomaba lugar cerca del caserío donde sus papás residen; no era una cita, ya que su hermano y amigos también irían, y justamente ese era el problema... su hermano.

Tendría que viajar con él y digamos que no nos llevamos de maravilla, al menos a mí no me desagrada, pero no me atrevo a decir que él tiene un buen concepto de mí. La última vez que lo vi fue cuando traté de acudir a él para arreglar las cosas con su hermana, sin embargo, no tuve las agallas para hacerlo y evadí el tema, poniendo una excusa diferente del porqué lo busqué.

Da igual, las ganas de verla eran más grandes que cualquier otro sentimiento, así que terminé viajando con él y los chicos a casa de sus papás. Al llegar, Minho entró, supongo que para saludarlos, mientras nosotros nos quedamos afuera.

—¡Por fin llegan! —ella corrió desde la puerta a los brazos de sus amigos, a quienes saludó tomándose su tiempo y muy contenta.

—¿Cómo estás, enana?

—Muy bien —su mirada aterrizó en mí y su sonrisa se agrandó, entonces se acercó para darme un abrazo—. ¡Hyunjin! Qué bueno verte.

—Ay, que lindos. —entonó Changbin con voz aguda. Minho salió y la dejé ir de mi lado despacio.

Tal parece que sus papás no tenían ningún interés en saludar, así que no esperamos más para emprender camino a la feria y tan pronto como pusimos un pie en el lugar, Felix y Changbin se apartaron de nosotros inadvertidamente. Me estaba arrepintiendo de ir, pues desde que llegamos no había tenido la oportunidad de establecer una conversación con ella, sólo caminaba a sus espaldas en completo silencio.

De pronto le oí ahogar un grito de emoción y volteó a su hermano.

—¡Minho, Minho! ¿Te subirías conmigo a la rueda? —zarandeó su brazo con entusiasmo.

—Sabes que me dan miedo las alturas, no voy a subir a eso.

—Min... —encorvó los labios con tristeza y juntó sus manos en súplica— Por favor. A mí también me dan miedo las alturas pero quiero subir.

—Tú sí, yo no.

—Malo.

¡Es tu oportunidad, Hyunjin!

—Yo... yo podría subir contigo si gustas.

—¿De verdad? —su rostro se iluminó y no lo pensó dos veces para tomar mi mano y correr hasta la caseta para comprar los boletos, que conseguimos sin ninguna espera y rápidamente nos incorporamos a la fila.

Se veía muy emocionada por subir.

—¿Es tu primera vez subiendo a una?

—Ajá —sonrió amplia—. Nunca tuve el valor de subir sola y nunca he logrado convencer a Minho de hacerlo. Gracias por venir conmigo.

Su sonrisa tan genuina envió un cosquilleo a mi estómago y también sonreí.

—No es nada.

La fila avanzó y llegó nuestro turno de subir. Creí que ella se sentaría a mi lado, pero no, se situó frente a mí y fijó su mirada hacia afuera, entonces yo hice lo mismo. Cuando el juego comenzó a moverse, la vi apartarse de la ventana y tensar los hombros, como si toda la emoción de hace unos minutos fue opacada por el temor.