05.

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Al día siguiente te busqué para entregarte el lápiz que me habías prestado. Sé que era sólo un lápiz pero no me sentía en confianza de tomar algo tuyo, de hecho nunca acostumbré a hacerlo con nadie.

Fui hasta tu salón y te vi sentado con Gaeul, tomados de la mano mientras ella se recargaba sobre tu hombro. Suspiré y opté por no hacerlo, no me gustaba estar cerca de ella, no porqué me desagradaba, simplemente odiaba lo afortunada que era por tenerte.

Me giré y justo cuando lo hice choqué con uno de tus amigos; si mal no recordaba, Jeongin era su nombre.

—Oh, lo siento mucho, no me fijé. —me disculpé. Él negó.

—Está bien, yo también venía distraído. —sonrió. Qué tierna sonrisa.

¿Debía decirle a él que te entregara el lápiz por mí? Tal vez no, quería verte y hablarte, así que tomaría la oportunidad más tarde.

—Ahm... Me tengo que ir.

—¿Buscabas a alguien? —cuestionó, antes que pudiera moverme.

—Sí, pero aún no ha llegado. —mentí.

—Oh, si quieres yo podría decirle a esa persona que la viniste a buscar.

—No, no. No es nada importante, gracias —sacudí mi mano con desdén a la vez que retrocedía con lentitud—. Nos vemos. —sonreí amplia y rápidamente me giré para comenzar a alejarme de allí.

Divisé a Changbin con Felix a lo lejos
y caminé hacia ellos, a juzgar por sus rostros inexpresivos y el mover de sus labios, parecían discutir sobre algo serio, así que me acerqué cuidadosamente.

—Estás mal, no fue así. —dijo Felix.

—Qué sí.

—¡Qué no!

—¿Cómo puedes decir una tontería así? —el otro miró mal al australiano y se cruzó de brazos, negando con la cabeza.

Aparentemente sí, era muy serio.

—¡No es una tontería! La gallina fue primero.

Oh...

—¡He dicho que el huevo!

—¡Que la gallina fue primero!

—¿Y de dónde demonios salió la gallina si ella fue primero? ¿Ah? No tiene sentido lo que dices, eso es...

—¡Chicos! —los llamé. Me había equivocado completamente acerca de la "conversación seria" del par, y los  miré incrédula— ¿Es en serio?

—Changbin dice que el huevo fue primero que la gallina, lo que es ridículamente estúpido,  ¿no crees? —explicó Felix.

—¡No es cierto, sí fue el huevo! ¿Tengo razón o no? —el pelinegro se dirigió a mí.

—Oh Dios, no voy a participar en sus estúpidas discusiones. Tengo hambre, ¿podríamos ir por algo de comer?

—Sí fue el huevo... —susurró el más bajo.

—Changbin... —alargué. Si no los detenía allí, aquella discusión jamás acabaría.

—Bien... Me callo. —rodó los ojos.

—Por eso no crece. —susurró Felix, quien iba a mi lado, mientras Changbin venía detrás. Yo solté una carcajada.

—¿De qué se ríen? —apresuró su paso, colocándose a mi otro costado.

—Cosas de la vida. —dije aún riendo, mientras negaba.

(...)

El transcurso de las primeras clases se había sentido eterno, pero al fin había llegado el receso y cómo siempre eramos simplemente Changbin, Felix y yo en nuestra mesa.

—¿Por qué tu amor está tan solo? —preguntó Changbin, mirando en dirección a tu mesa, Hyunjin.

Yo le imité y, en efecto, estabas solo. No entendía porqué, pero te vías triste e instantáneamente me sentí mal al verte decaído. Además, ¿por qué Gaeul no estaba contigo si en la mañana estaban muy juntitos?

—¿Y si lo invitamos a sentarse con nosotros? —propuso Felix.

No mentiría, eso me causaba pánico, pero tampoco quería que estuvieras solo. Probablemente tú hubieras hecho lo mismo si yo estuviera en tu lugar.

—Me parece bien. —dije mirando a Changbin, cómo si le pidiera con la mirada que fuera él quien hiciera el favor de llamarte.

—No me veas a mí, tú eres más cercana a él. Ve tú.

Simplemente bufé y me puse de pie sin rodeos, en primera porqué no tenía tiempo para discusiones y segunda porqué sabía que Changbin jamás accedería, ya que amaba ver lo nerviosa que me ponía cuando me acercaba a ti.

Y así lo hice, poco a poco me fui acercando a ti y entre más lo hacía, más ganas de regresar corriendo me entraban.

—Hyunjin... —te llamé y volteaste a mí con el rostro inexpresivo.

—Hey... —fue lo único que dijiste, y por primera vez me veías sin sonreír.

Yo jugué con mis manos nerviosa. No sabía qué decirte, no sabía qué te ocurría y las posibilidades de que quiseras estar solo era grandes, así que probablemente yo sólo te estaba molestando.

—Yo... Los chicos... Nos preguntábamos si te gustaría sentarte con nosotros. —sonreí nerviosa.

—Oh, está bien. —respondiste igual, sin ánimos. Tomaste tus cosas para ir con nosotros y caminaste detrás de mí.

—¡Hola! —saludó el otro par al unísono, una vez que estuvimos en la mesa.

—Hola chicos. —sonreíste a medias mientras agitabas tu mano a ellos, pero ¿por qué a mí me viste tan serio?

Te sentaste a mi lado y, luego de ver tu actitud conmigo, comencé a sentirme incómoda. ¿Había hecho algo que te molestara? Según yo, no, así que dejé que tú y los chicos entablaran conversación mientras yo sólo me dispuse a escuchar.

Hablabas cómodamente con ellos, hasta que Changbin le pidió a Felix que lo acompaña a su casillero, sabía que esa era una de sus ocurrencias para dejarnos solos, y así lo hicieron. Cuando Felix y Changbin se retiraron, tu rostro volvió a decaer y te mantuviste en silencio. Me aterraba verte así, no sabía que era lo que mantenía tu mente tan ocupada, pero me aterraba más pensar que estabas molesto conmigo sin yo saber la razón.

Recordé el motivo por el que te quería ver esa mañana y agradecí aún tener tu lápiz; lo pondría cómo excusa para hablarte.

—Ahm... Hyunjin —tomé mi mochila para buscar dicho lápiz y lo saqué—... Esto es tuyo —lo coloqué frente tuyo al ver que no extendiste tu mano para tomarlo—. Gracias por prestármelo.

—De nada.

Y otra vez caíste en silencio. Honestamente yo estaba más que incómoda y sólo deseaba que la campana sonara para salir de ahí. No entendía porqué tu actitud había cambiado en sólo un día. Tenía tantas preguntas, pero sobre todo me preguntaba porqué Gaeul no estuvo contigo durante todo el receso.

La campana sonó y te levantaste soltando un pesado suspiro, tomaste el lápiz con brusquedad y sin decir adiós, cómo de costumbre, te fuiste dejándome más confundida que Changbin en clase de matemáticas.

Si fuera tu Chica ; Hwang Hyunjin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora