40.

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Aunque olvidé el asunto con Gaeul de ese día, las cosas no mejoraron. Llegó la semana de pruebas finales y todos estábamos muy ocupados, incluyendo a mis amigos, así que apenas teníamos tiempo para vernos.

—¡Hyunjin! —te sorprendí, abrazándote por la espalda— ¿Vas a casa o tienes práctica?

—Tengo un proyecto que hacer con... —te detuviste súbitamente, lo cuál se me hizo raro— con un compañero.

—¿Quieres que te acompañe?

—Prefiero que vayas a casa a descansar. ¿Has tenido exámenes todo el día, verdad?

—¿Seguro que no quieres?

—Seguro. No te preocupes por mí, te llamaré cuando llegue a casa. —sobaste mi cabello y besaste mi frente.

—Mucha suerte en tu proyecto —estiré mis labios, pidiendo un beso y sonreí amplia cuando me lo diste—. Nos vemos.

—Adiós.

Caminé hasta la salida para esperar a mi hermano, que no tardó en llegar y dejarme en casa. Ingresé a mi habitación con la intención de estudiar y luego descansar un poco pero en eso mi estómago rugió sonoramente, entonces salí en dirección a la cocina en busca de algo ligero para comer pero no encontré nada apetecible.

—Min, iré por comida, ¿quieres algo?

—¿Tú sola?

—Pues sí.

—¿Por qué no lo dijiste cuando veníamos? Ve al carro y espérame, sólo le daré comida a los gatitos y te llevaré.

Minho me llevó a un café cercano donde vendían sándwiches, ensaladas y otros bocadillos similares que eran muy deliciosos, donde también muchos estudiantes concurrirán ya que era un lugar bastante adecuado para estudiar en paz. Entré sola a hacer la orden mientras Minho se quedó esperándome en el auto.

Mientras esperaba por mi pedido, exploré el lugar con la vista al fijarme que tenía unas luces muy bonitas que le daban un toque más hogareño, cuando de pronto te vi ahí... con ella. Apreté el monedero en mis manos cuando aquella extraña sensación me invadió otra vez. ¿Había algo que yo no sabía? No dudé en acercarme a ustedes que reían y conversaban muy cómodos.

—... Hyunjin. —pronuncié en tono bajo, llamando la atención de los dos.

La sorpresa en tu mirada me dio a entender que jamás contabas con verme allí y tu risa cesó. Observé los materiales escolares sobre la mesa, al igual que dos bebidas.

—¡Oh, hola! —Gaeul me saludó muy contenta, pero no pude responderle con la misma energía, una pequeña sonrisa fue lo único que recibió de mi parte— Qué bueno verte. Hyunjin, ¿por qué no me dijiste que ella vendría?

—En realidad sólo vine a comprar comida para mi hermano... No sabía que estarían aquí —respondí algo incómoda, tú evitabas mirarme—. Hyunjin, ¿podemos hablar?

—Si quieren hablar yo los dejo solos, no se preocupen. Iré por más bebida.

Gaeul se puso de pie y se retiró con prisa.

—¿Qué haces aquí con ella? —pregunté con serenidad.

—Te dije que tengo un proyecto final, ¿no?

—No me dijiste que era con Gaeul.

—No quería que malpensaras las cosas.

—Lo empeoras al no decirme la verdad. No me molesta que estés con ella, así que no hay porqué ocultarlo.

Si fuera tu Chica ; Hwang Hyunjin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora