28.

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Después de ese incidente no asistí a clases. Te extrañaba mucho, Hyunjin, pero lamentablemente no podías visitarme ya que Minho no lo permitía, aún así no dejaste de escribirme por número todos los días. Minho se encargó de ir al instituto e informales que no podría ir por unos días, así que todas mis tareas las estaría enviando por correo electrónico.

Esa tarde estaba en mi habitación terminando mis deberes cuando escuché el timbre sonar, creí que era mi hermano que había regresado temprano y quizás había olvidado sus llaves, entonces corrí a abrir... Me sorprendió verte de pie frente a mí y rápidamente bajé la cabeza porque me avergonzaba que me vieras así.

—Por fin te veo —me envolviste en un efusivo abrazo por unos segundos y después tomaste mi rostro—. Sé que tu hermano no me quiere cerca de ti, pero de verdad necesitaba verte y saber cómo estás.

—Estoy bien.

—Lo siento mucho, si tan sólo te hubiese hecho compañía ese día nada de esto hubiera pasado.

—No es tu culpa, Hyunjin. —aparté tus manos y volví a esconder mi rostro.

—¿Estás enojada conmigo? Lamento si te molesté, si quieres puedo irme.

—No es eso... me da pena que me veas así.

—¿Por qué? No te voy a juzgar, hermosa —otra vez acunaste mi rostro y con suma delicadeza acariciaste la zona afectada—. ¿Te duele mucho?

—Un poco... sí.

Y dejaste un suave beso en el golpe.

—Cuánto deseo haber sido yo al que le pasara esto y no tú.

—No digas eso, Hyunjin, sólo olvídalo. ¿Se te ofrece algo de comer o beber? —juntos nos dirigimos al sofá y tú negaste.

—Estoy bien. ¿Tú has comido?

—Sí. Justo estaba terminando una tarea.

—¿Quieres que te ayude?

—Si no te molesta...

—Para nada.

Fui a mi habitación para tomar mis útiles, regresé a la sala y me senté sobre la alfombra para estar más cómoda y terminar mi trabajo en la mesita de centro. Nos tomó menos de lo que creí, envié la tarea y después me acomodé a tu lado en el sofá.

Comenzaste a contar lo que habías hecho en los días anteriores y lo bien que te estaba yendo en tus prácticas de basket, mientras yo no tenía nada interesante que comentar porque mis días habían sido iguales: despertar, alimentar a Soonie, Doongie y Dori, limpiar y hacer tareas.

—Vuelvo en seguida, Hyunjin, tengo que ponerme crema en este golpe.

—Te ayudo —te pusiste de pie y caminaste detrás de mí hasta el baño, donde busqué el pequeño frasco de ungüento—. ¿Puedo hacerlo yo?

—Cómo gustes.

Lavaste tus manos y tomaste crema entre tus dedos para esparcirla sobre mi pómulo. Tu tacto fue muy sutil al hacerlo, no dejabas de mirarme con preocupación y pronto me perdí en tu tierna mirada, hasta que un beso en mis labios me hizo volver a mis sentidos.

—Ya está. —reíste suave y alcé los hombros apenada.

—Gracias, Hyunjin.

No me quitaste la mirada de encima, vi cómo tu sonrisa se desvaneció de a poco y suspiraste pesado.

—Lo siento tanto, tú has hecho demasiado por mí y yo ni siquiera te pude defender.

—Hyunjin, lo que he hecho por ti, lo he hecho porque me sale del corazón, no porque quiero algo a cambio.

Si fuera tu Chica ; Hwang Hyunjin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora