Changbin y Felix no paraban de molestarme desde ese día, repitiendo que jamás me desharía de esa botella de jugo que Hyunjin me había dado, pero eran unos exagerados, tampoco tenía complejo de psicópata.
—Sé que esta es tu clase favorita porque la compartes con él —Felix fingió tristeza, limpiando sus lágrimas invisibles—, ya ni con nosotros te veo tan feliz.
—Eres exagerado, Lix. —piqué su mejilla.
—Tengo una duda existencial y es ¡¿cómo rayos acabaste en una clase avanzada?! —exclamó Changbin, cerrando de golpe su casillero.
—Yo sí me preocupo por mi futuro, yo sí estudio. —dije haciendo énfasis en el “sí”.
—Sí, sí... Cómo sea cerebrito. Mejor apresúrate o llegarás tarde.
—Cierto. Los veo en la salida chicos. —sonreí y emprendí camino al salón.
No mentían, sí era mi clase favorita y era porqué la compartía contigo, Hyunjin.
La campana sonó justo cuando iba a mitad de camino, y aquello fue cómo una alarma para darme cuanta que había olvidado mi libro. Tenía dos opciones: arriesgarme a llegar tarde y recibir un regaño, o llegar casi a tiempo pero igual obtener un regaño por olvidar tan crucial herramienta.
Y me decidí por la primera.
Corrí de regreso a mi casillero sólo para darme cuenta que mi libro no estaba, lo había olvidado en casa. Quise gritar allí mismo, el regaño vendría doble. ¡¿Y por qué demonios mi casillero estaba tan lejos del área en la que recibía la mayoría de clases?! Maldije en voz baja y corrí al salón.
El profesor me miró en cuanto me quedé de pie en la entrada. Qué vergüenza, se venía lo peor.
—Que tenemos aquí...
Fue lo único que escuché decir al profesor antes de comenzar con su sermón de cuán importante era la puntualidad. Ja, si tan sólo me importara eso, ¿qué la asistencia no es lo que cuenta? Luego de unos segundos que parecieron eternos, finalmente me dejó pasar, pidiéndome que no repitiera aquello y simplemente asentí.
Pude divisarte cuando iba a mi lugar y me dedicaste una pequeña sonrisa acompañada de un saludo, yo te sonreí también. Me situé en un lugar no tan lejos de ti, si no fuera por la fila de en medio que nos separaba.
El profesor nos pidió sacar los libros para resolver unos problemas. Miré alrededor en busca de Lia, era más cercana a ella y podíamos juntarnos para resolver los problemas, mas no estaba.
Lia, no me hagas esto, lloriqueé en mis adentros. La presencia del profesor frente a mí me sorprendió.
—¿Dónde está su libro? —se cruzó de brazos, mirándome fijamente.
—Lo olvidé en casa. —sonreí nerviosa.
El profesor suspiró profundamente. Oh no, aquí viene otro más de sus sermones.
—¿Cuántas veces tengo que repetir lo importante que es ese libro para la clase? —elevó un poco la voz, fue ahí donde toda la clase volteó— Sabe lo importante que es porqué lo usamos todos los días, todo lo que vendrá en su examen final está en ese libro, es increíble el poco interés que muestra a esto...
—Yo compartiré mi libro con ella —escuché tu voz a un costado, interrumpiendo su regaño—. No ganará nada regañándola, sólo nos desconcentra al alzar la voz. —dijiste con tranquilidad. El profesor suspiró una vez más.
—Está bien, pero que ninguno de estos dos inconvenientes vuelva a suceder. —me señaló, yo asentí repetidas veces.
Tanto drama por eso. Entendía perfectamente que esta clase era muy importante para mis créditos, pero era la primera vez que esto ocurría... Bueno, tal vez había olvidado lo estricto que era este profesor con respecto a su clase.
—Es un poco exagerado, no le hagas caso —dijiste acercándote a mí, yo sólo sonreí apenada—. ¿No te molesta compartir libro conmigo, verdad?
Si supieras lo emocionada que estaba porqué me habías ahorrado gran parte de la vergüenza y además te ofreciste a hacer el trabajo junto a mí, nada de eso me molestaba en lo absoluto.
—No, para nada. —negué tímida.
Mi corazón latía descontrolado y solté un suspiro cuando te giraste para pedirle al compañero de al lado que intercambiaran puestos.
—Bien, comencemos. —dijiste sonriente, una vez estando a mi lado.
Rebusqué mi lapiz en la bolsa de mi mochila, mas tampoco estaba. Quise golpearme allí mismo, definitivamente ese no era mi día. Rasqué mi cuello con incomodidad y me mantuve en silencio por unos segundos hasta que me volteaste a ver.
—¿Pasa algo?
—... Creo que perdí mi lápiz. —entoné avergonzada.
—Toma el mío, creo que tengo uno extra por aquí. —lo extendiste hasta mí con una sonrisa.
¿No podías parar de sonreír? Me estabas matando por dentro.
—Gracias —tomé cuidadosamente el lápiz—. Lo siento por molestar tanto, tú no deberías...
—No es nada. Hay días así, no te preocupes. —una vez más sonreíste, pero esta vez entrecerraste los ojos y arrugaste levemente la nariz, y eso te hizo ver realmente tierno.
—Ah, gracias. —fue lo único que logré decir.
Ladeé un poco mi cabeza y dejé que mi cabello cayera a un costado de mi rostro para que así no notaras el color carmesí en mis mejillas. No sé, era costumbre mía ruborizarme con tan sólo estar cerca de ti.
—¿Estás bien? —volteé hacia ti cuando escuché tu voz y pude notar que estabas aún más cerca. Regresé mi vista al frente con rapidez y asentí repetidas veces con lentitud—. Toma. —posaste tu mano frente a mí, sosteniendo un bombón de chocolate.
—¿Por qué me das un chocolate?
—Pareces tener un mal día, así que espero que ese dulce te haga sentir mejor. —tomaste mi mano con cuidado y lo colocaste sobre la palma de esta.
—Muchas gracias, Hyunjin. —sonreí enternecida ante tu gesto y envolví el chocolate entre mi puño sin ejercer presión, para luego regresar mi atención a la tarea. De pronto sentí tu mano tantear delicadamente mi cabeza y, no sé si había sido mi imaginación, escuché un “qué tierna” en voz baja por parte tuya. No me traiciones así mente.
Tomé mi cuaderno rápidamente y decidí comenzar con mi trabajo. Si tan sólo fuera tu chica podría disfrutar de aquellas muestras de cortesía y ternura todos los días, ¿no es así? Realmente deseaba serlo.
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Si fuera tu Chica ; Hwang Hyunjin
Fanfiction"Hwang Hyunjin, hay tantas cosas que yo haría si fuera tu chica. Permanecer a tu lado y amarte sería mi prioridad. Mi amor sería tan profuso que incluso te cansarías de él, pero no importa, porque estaría dispuesta a hacer hasta lo imposible para qu...