Aunque mis amigos procuraban hacerme compañía la mayor parte del tiempo para no estar ahogándome en mi propia tristeza, yo sentía que no avanzaba. Sí, estar con ellos me hacía olvidarte, pero una vez estando sola todo volvía. No sabía si odiarte por dejarme tan enamorada o amarte por darme la oportunidad de estar contigo y crear tantos recuerdos bonitos que, bueno, ahora sólo me generaban tristeza.
De un día para otro tus mensajes de texto disminuyeron y poco a poco comenzaste a rendirte, lo último que pude leer desde la barra de notificaciones fue: "esta bien, no te molestaré más" seguido de un "lo siento."
Cabe mencionar que para ese entonces ya no te ignoraba a propósito, sino porque necesitaba un tiempo a solas para ordenar mis pensamientos y reflexionar sobre las cosas que debía rectificar en mi propia personalidad antes de tomar alguna decisión con respecto a lo nuestro.
Contemplé mi reflejo antes de entrar a la ducha y jadeé indignada por mi apariencia, mis ojos estaban ligeramente hinchados y mi rostro bastante pálido, haciendo que mis ojeras se pudieran ver a kilómetros. Mi condición física había deteriorado drásticamente, sentía mi cuerpo rígido, dolores casuales en mis muñecas, cuello y espalda, además de que mi apetito pasó de ser poco a casi nulo.
—Esto está muy mal, no puedo pasar así toda la vida —me reprendí a mí misma—. Necesito volver a mi rutina de antes y recuperar mis ánimos.
Justamente ese día Minho me dejó la tarea de ir al supermercado y aunque tenía cero ganas de salir por el dolor de cabeza, me sentí obligada a hacerlo. Debía salir de ese pozo oscuro antes de que me consumiera por completo. Casi me quedo dormida en el bus debido a los pocos ánimos que cargaba, entonces compré una bebida energética en una tienda de conveniencia, de lo contrario colapsaría allí mismo.
Al llegar al supermercado tomé una canasta y me adentré en los pasillos en busca de lo básico y mientras andaba distraída buscando una bolsa de arroz precocido, choqué suavemente contra alguien.
—Lo siento mucho, no me fijé... —levanté la mirada y me encontré con la señora Hwang.
—¡Oh, eres tú, mi niña! Qué sorpresa verte —exclamó con radiante felicidad, sus ojos mirándome compasivamente—. ¿Cómo te encuentras?
—Estoy bien. —traté de sonreír, pero salió como una mueca forzada.
—¿Has estado comiendo bien y cuidándote?
Por supuesto que preguntaría eso, bastaba con echarle un vistazo a mi cara para darse cuenta de mi condición tan demacrada.
—Pues... sí.
—¿Cuando irás a visitarme? Me encantaría compartir otra cena contigo.
¿Estaba consciente de las circunstancias en las que su hijo y yo estábamos, o no? Dudé ante su pregunta y no me quedó más remedio que sonreír, encoger los hombros y elaborar una mentira.
—Veré cuando pueda, estos días he estado ocupada.
Ajá sí, ocupada sufriendo por su hijo.
—Pues mi esposo y yo celebraremos nuestro aniversario de bodas con una ceremonia familiar y nos encantaría que estuvieras presente.
—Qué lindo —sonreí amplia, esta vez sincera—... Haré lo posible por asistir.
Mi corazón dio un vuelco y latió desenfrenado cuando miré por sobre su hombro y una alta silueta capturó mi atención. Llevaba días sin verte y encontrarte allí fue más que una sorpresa.
—Muy bien, espero verte allí, eh.
—Lo prometo —asentí con rapidez y recogí la canasta—. Me tengo que ir ya, tengo mucho qué hacer. Cuídese mucho.
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Si fuera tu Chica ; Hwang Hyunjin
Fanfiction"Hwang Hyunjin, hay tantas cosas que yo haría si fuera tu chica. Permanecer a tu lado y amarte sería mi prioridad. Mi amor sería tan profuso que incluso te cansarías de él, pero no importa, porque estaría dispuesta a hacer hasta lo imposible para qu...