02.

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Te noté en la entrada del colegio, estabas con Gaeul y sus amigos. De alguna manera no podía evitar sentir un poco de celos al verte con ella. ¿Por qué seguías con ella si no te valoraba? Te merecías más que eso, Hyunjin.

—¿Dónde estuviste ayer? —reclamó Changbin de la manera más seria posible, aunque sabía que no estaba molesto— Te llamé y no contestabas.

—Changbin, yo sí me preocupo por mi tarea, no cómo otros.

—No cómo otros. —repitió, haciendo una molesta voz acompañado de una mueca.

—Por cierto, necesito mis notas de Historia, la guía de Diseño y... ¿te presté algo más?

—El papel de Estadística que no terminé.

—Cierto —suspiré con pesadez—. Changbin, no puedo andarte salvando el pellejo todo el tiempo. No es que me moleste, por mí puedes copiar todo lo que quieras, pero al menos pon un poco de esfuerzo, ¿acaso no quieres sacar una carrera profesional?

—Mi sueño es ser un rapero profesional, la escuela puede esperar.

Simplemente lo miré seria, no tenía remedio. Siempre que estábamos a solas, le gustaba rapear y, no mentiría, para no ser considerado un profesional, lo hacía increíble.

—Bueno, tengo que apoyarte de todas formas... En fin, ¿podrías entregarme mis cosas?

—Claro, aquí están. —extendí mis manos a lo que él me entregaba todo, pero estaba tratando con Seo Changbin, algo debía faltar.

—Espera... ¿Y mi cuaderno de Historia? —pregunté, mirándolo con los ojos entrecerrados.

—Por alguna razón, circunstancia de la vida... —sonrió con inocencia para luego soltar con rapidez—: lo dejé olvidado en casa.

—¡Seo Changbin! —gruñí entre dientes.

—¡Oh mira, ahí va Felix! Y da la casualidad que me pidió ayuda con algo. Te veo luego, adiós. —y me dejó sola antes de que pudiera decir algo.

Resoplé con fastidio y guardé mis cosas en el casillero, tomando las que necesitaría para esa hora.

Miré discretamente hacia tu dirección, y pude darme cuenta que tu novia ni siquiera te prestaba atención. En serio, ¿cómo sigues con ella, Hyunjin? Si yo fuera tu chica te daría toda la atención del mundo. Eres tan lindo que nada más podría distraerme o captar mi atención.

En ese momento la campana sonó, sacándome de mi pequeño transe.
Ajusté mi mochila para comenzar a caminar hacia el salón. Pasé por tu lado y te fijaste en mí, ¡me sonreíste!, tu sonrisa era la más hermosa, y no dudé en regresarte aquella acción. Joder, ¿por qué eras tan lindo?

Sentía un nudo en el estómago, pero era tu culpa Hyunjin, porque eras simplemente perfecto a mi parecer.

Pasaron las horas y mi día transcurrió cómo de costumbre hasta el sonar de la campana. La escuela ya estaba prácticamente vacía, ya todos se habían ido y era simplemente yo caminando por los pasillos. Maldecía una y otra vez a la profesora de Lenguaje por haberme obligado a quedarme para terminar su trabajo. Moría de hambre y lo único que quería era llegar a casa.

—¿Por qué tan enojada?

Esa voz... esa que reconocería donde fuera, tu voz.

—Oh, hola Hyunjin. —sonreí tratando de ocultar la emoción. Cada vez que te dirigías a mí, causabas pequeños ataques.

—¿Qué haces aquí tan tarde?

—Tenía que terminar un trabajo de Química. ¿Tú qué haces aquí?

—El señor Lin me dio detención por hablar demasiado en su clase.

Así que te habías metido en problemas con el profesor de Historia... No te culpo, su clase es aburrida y yo también me he ganado castigos por andar de parlanchina.

—Siempre está dando castigos a sus alumnos. —resoplé.

—¿Tú también te has metido en problemas con él? —me miraste sorprendido.

¿Qué me creías, un angelito?

—Un par de veces.

—Un par de veces eh... ¿Vas a casa? —me miraste mientras metías tus manos en los bolsillos delanteros de tu pantalón. Yo asentí sin mencionar palabra alguna— Déjame acompañarte.

—No, no, debes estar muy cansado, yo estaré bien, puedo irme sola.

—Tómalo cómo una forma de agradecimiento por la visita de la última vez. —sonreíste de manera amplia. Basta, eres tan hermoso.

Siempre utilizabas aquello cómo excusa para hacerme favores, y yo de tonta terminaba aceptado la mayoría de veces, no era mi culpa, tu sonrisa era todo un chantaje para mí.

—¿No crees que ese favor me lo regresaste hace mucho pero mucho tiempo? —me detuve a verte.

—Me prestaste tus notas de cálculo, ese es un favor que aún debo pagar.

—Conmigo no necesitas devolver favores, Hyunjin. —me giré mientras te veía de reojo y reanudé mi camino.

—Oh, disculpa si lo tomaste mal. Me refería a que... tú eres una buena amiga, y creo que deberías obtener un poco de bondad también. —explicaste colocándote a mi lado, algo innecesario ya que no me había ofendido en lo absoluto, aunque no sabía cómo tomarme lo de “buena amiga”.

Oh bueno, a la friendzone por milésima vez.

Me detuve una vez más y te miré con una mueca graciosa, frunciste el entrecejo ante ello y ladeaste tu cabeza. Estabas muy confundido y reí por tu cara.

—No me lo tomé a mal, para tu información —traté de reprimir mi risa y tú sonreíste—, pero tú deberías ir a tu casa sin necesidad de acompañarme porqué tomaré el autobús.

—¿Lo haces sólo para que no te acompañe, verdad?

—Confórmate con haberme acompañado hasta la parada, mira, ya estamos aquí —extendí mis brazos—. Y aquí viene mi bus.

—Te escapas por hoy, pero la próxima vez quiero que camines conmigo. —sonreíste y, no sé si había sido producto de mi imaginación, me guiñaste un ojo.

Mi corazón se descontroló con aquella pequeñita acción. Te sonreí antes de subir al autobús y al tomar lugar te miré por la ventana, agitaste tu mano aún con aquella linda sonrisa plasmada en tu rostro y te devolví el gesto de la misma manera.

Esa tarde cuando llegué a casa, me encontraba muy feliz y todo gracias a ti, Hyunjin.

Si fuera tu Chica ; Hwang Hyunjin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora