37.

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Fue una semana bastante agotadora pero gracias a la increíble idea de Lixie pude recolectar el dinero suficiente para comprar el regalo: dos collares de plata bañados en oro, cuyos dijes tenían forma de pieza de rompecabezas que se unían al tener contacto, el conjunto también traía una pulsera adicional que obviamente sería para ti. No era la gran cosa pero noté que usabas mucho ese tipo de accesorios, también quería darte algo que tuviera valor sentimental por sobre todo y elegí precisamente esas figuras porque tú me completabas, Hyunjin.

Felix también me ayudó a preparar lo necesario para el picnic y ya que me pareció buena idea pasarla en aquel mismo lugar donde nos besamos por primera vez, él me acompañó allí para colocar las cosas en lo que tú venías en camino. Estaba súper agradecida con él y se lo recompensaría de alguna manera.

Luego de un rato a solas escuché un ladrido que se me hizo familiar y Kkami apareció segundos después.

—¡Kkami! —me coloqué en cuclillas y este se acercó a mí, su lindo dueño venía detrás de él.

Lucías tan guapo que por un momento olvidé donde y porqué estaba ahí.

—¿Acaso Kkami es el único aquí?

Tu voz me regresó los pies a la tierra, entonces corrí a lanzarme a tus brazos y apreté tus mejillas cariñosamente para luego besarlas una y otra vez mientras tú reías.

—Feliz cumpleaños, Hyunjin.

—Gracias.

—Ven aquí, eres el invitado especial —agarré tu mano para guiarte hasta nuestra merienda— ¡Ta-da!

—¿Tú preparaste todo esto?

—Felix me ayudó. ¿Crees que exageramos?

—Por supuesto que no, estoy que muero de hambre.

—Entonces es más que bienvenido a la mesa... o mantel, señorito Hwang Hyunjin.

—Lo haré si usted me acompaña. —me ofreciste tu mano con caballerosidad y la tomé, ambos nos sentamos en el mantel para comenzar a comer.

El hecho de estar pasando juntos ese día, o parte de él, alejados de todos y en un lugar tan significativo para los dos me ponía tan feliz que no podía esconder mi emoción y el clima templado sólo hacía del momento aún más perfecto.

—Lamento no tener algo para ti, no pensé que también ibas a venir. —le hablé a Kkami cuando este se acercó a mí.

—Puedes darle de la fruta que tienes ahí. Kkami, ven aquí —palmeaste el puesto a tu lado pero él no se movió— No, es que es necio.

—Quiere estar conmigo, ¿verdad? —acaricié su pelaje y se giró dándonos su colita, lo que nos hizo reír.

—Supongo que no tiene hambre, tú no te preocupes por él y come, hermosa.

Tu lado cuidadoso no tardó en mostrarse y, como usualmente lo hacías, te dedicaste a darme bocados y compartir de todo lo que agarrabas. Se suponía que yo te cuidaría ese día, Hyunjin.

Después de merendar te pusiste de pie para jugar con Kkami en los alrededores, correteando de un lado a otro, yo tan sólo los veía hasta que me les uní al rato. Parecía una competencia entre nosotros dos por ver quien se ganaba más la atención del perrito y de alguna forma llevabas la ventaja.

—¿Por qué me ignoras, mi amor? —me incliné hacia al frente y estiré mi brazo, intentando obtener su atención.

—No te estoy ignorando, sólo juego con Kkami.

—Kkami... Le hablo a Kkami.

—Oh, okay.

Tu mueca de ofendido me causó mucha gracia y dejé escapar una risa burlesca, erguí mi postura para acercarme a ti y poder abrazarte, pero me esquivaste.

Si fuera tu Chica ; Hwang Hyunjin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora