18 Aquí.

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— Te estoy diciendo la verdad, deja el bar esta noche y quédate conmigo.

Los ojos verdes de Meliodas gritaban desesperación y ansiedad, Elizabeth se quedo en blanco unos instantes, la imagen que tenia enfrente no la esperaba.

— ¿Has pensado lo que te propuse?

— No me sentiría comoda. No puedo aceptar.— Elizabeth dio un paso hacia atrás Meliodas al notarlo dio uno hacia delante.— Tu solo me tendrás unos días hasta que te aburras y busques un reemplazo. No voy arriesgar mi trabajo por un juego de azar.

— Elizabeth no tiene nada de malo lo que te estoy ofreciendo— tomo con sus dedos su puente de la nariz necesitaba pensar en algo rápido.

— Agradezco tu oferta pero es mi última palabra, tengo que volver.

Elizabeth comenzó a caminar para salir del callejón, antes de salir por completo tenia que decirlo o se arrepentiría después.

— Meliodas antes que lo olvide deja de  abrir piernas. Si te sientes comprometido por la deuda solo te pagare en efectivo quizas te gusta brincar de en cama en cama y conmigo eso no va.

Sentia que ella se escapaba de sus brazos, se recargo en la pared necesitaba reflexionar ¿que mierda estaba haciendo? Observo por última vez la delgada silueta de Elizabeth salir del callejón. Dejo de pensar sus piernas corriendo detrás de ella ambos se sorprendieron. Justo él saldría del callejón cuando ella ya venia de regreso.

— Te quedaste con mi cigarro— Meliodas la miro detenidamente tenia una expresión difícil de leer. Ella observo esa mirada exasperada ansiando que dijera su nombre. Ella abrio sus labios sin poder decir algo.

—Cierto— Su mirada se volvió a una indiferente. Alzo su mano entregando el cigarro.— Te veo mañana más tarde te envío la ubicación.

Elizabeth

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Elizabeth

Es tan abrumador, caotico y asfixiante cada vez me convence que no vale perder mi tiempo en alguien así. Cuando era niña si yo deseaba usar un vestido azul y a su vez mis hermanas también querían usar un vestido azul, sin protestar me cambiaba de ropa dejandoselos pero con él es diferente siento rabia e impotencia cuando huele a alguna mujer, la ansiedad constante de que esta acostándose con alguien más me produce dolor abdominal y nauseas.

Definitivamente él no es amor que he imaginado para mi. El celular suena.

— Diga

¿todo en orden te escuchas mal?

Dolor de cabeza pero todo en orden.

—¿segura?

Si.

recuerdas que te dije si podíamos comer que te parece ir a cenar conozco un buen restaurante.

No podre salir contigo, discúlpame tengo un compromiso.

Vuelveme Locx.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora