Vuelveme Locx.

40 Te marchaste

Había pasado una semana de la perdida de su padre; Elizabeth a duras penas comia algo y salia de su habitación. Su semblante era diferente al de hace unas semanas, parecía muerta en vida, el fuego de su vida se apagaba lentamente. ¿Como calmar un corazón herido? ¿Como consolarla?

Margaret y Veronica seguian en el departamento pero estaba igual de rotas, Bartra se marcho dejando unos corazones rotos. Denzel miro por decima vez a su sobrina Verónica que estaba acostada en el sillón, dirigió su mirada a la cocina y en el comedor Margaret estaba sentada llorando en silencio lamentándose por los años que abandono a su padre. Se lleno de valentía y por fin toco la puerta de Elizabeth, apenas y escucho un "adelante" al entrar miro el buro y tenia el desayuno y almuerzo, ya pasaban de cinco de la tarde. Cerca de la ventana ahí estaba sentada cubierta con una cobija fumando.

—Elizabeth ¿no piensas comer algo?

—No tengo hambre.— ambos se quedaron en silencio.— No quiero ser descortés pero quiero estar sola.

Denzel escucho como Elizabeth sonaba su nariz, el estado de aquella chica era crítico.

— Elizabeth, mañana tengo un volver ¿quieres venir conmigo? El aire fresco de otra ciudad te ayudara, quiza puedas volver a la universidad.

— No quiero. — Delzel camino hacia la chica que encendia otro cigarrillo.— No necesito tu compasión, no la necesite hace años, menos ahora. No quieras limpiar tu conciencia. Yo puedo salir de esto sola.

— Pues hazlo.— Denzel arrebato el cigarro de la mano de la femina quien lo miro enojada con lagrimas en la cara.— Deja de esta habitación y sal adelante, yo se que te duele mucho perderlo pero no creo que mi hermano estaría feliz de verte en este estado tan deplorable.

Elizabeth apreto sus labios y sus lágrimas no paraban de salir.— ¿Tu crees que no lo se? Yo se que mi padre esta en un lugar mejor que ya no sufre. Pero quiero sentirlo a lado mio, quiero seguir bebiendo café con él por las mañanas, que me consuele cuando me rompan el corazón.— La vista de Delzel se nubló un poco llevo su mano a su mejilla y descubrio que estaba llorando.— Quiero estar con él. —Denzel abrazo a Elizabeth fuerte, ella lloraba y gritaba desconsolada como una niña pequeña que se perdió y no encuentra a sus padres.— Soy egoísta lo quiero de vuelta, quiero que me abrace y no me suelte.

Delzel se quedo sin palabras solo dejo que Elizabeth llorara, no noto en que momento ella se quedó dormida de tanto llorar. Al salir de la habitación se encontró con un peligris azulado en la sala conversando con Margaret.

—¿Gustaf?— Cuestionó dudoso acercándose al comedor. El chico asintio.— ¿Puedes revisar a Elizabeth? Ayer no comio en todo el día y hoy tampoco.  Por favor.

Gustaf asintió y se dirigió al cuarto de Elizabeth acaricio su pálido rostro, sus labios estaban secos y con grietas, tampoco estaba bebiendo agua, sus parpados estaban hinchados de tanto llorar y sus pómulos estaban rojos, noto como desprendía un olor a cigarro. Elizabeth frunció el ceño y se quejaba, Gustaf recordó cuando dormian juntos y ella constantemente hacia lo mismo, paso con delicadeza sus dedos por sus blancos cabellos.

—¿Por qué viniste?— susurro Elizabeth.

—Porque eres importante para mi ¿porque no estas comiendo?

— No tengo hambre.

—Te pondré un suero vitaminado. Solo por esta vez. ¿De acuerdo?— Elizabeth asintió y se acomodo para que el chico hiciera su trabajo. Gustaf estaba perplejo por la actitud de Elizabeth — ¿Adivina que te traje?

Elizabeth alzo sus hombros restandole importancia, Gustaf reviso su maletín y saco una cajita musical en forma de piano. Elizabeth sonrio y sostuvo con firmeza aquel objeto, sus lágrimas no tardaron en hacerse presentes.