- Esa mujer que vuelve loco nunca se que piensa, dos minutos quiere cariños y todo el día me odia y siempre esta con esa cara apática.
El rubio se quejaba mientras sus amigos se carcajadan.
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- Si tanto me detestas lárgate.
Grito his...
Abrió la puerta despacio siendo revicibida por risas y el olor a café. Sus ojos se abrieron sorprendida su padre sostenia una taza de café y un lado una mujer de cabello lila largo quien le sonrió amable.
—Eli, cariño mira quien vino llego desde las 11 pm— Elizabeth noto el brillo en los ojos de su padre ¿hace cuanto que no veía a sus hijas? Su corazón se reconfortaba al ver tan tierna escena.
—Margaret ¿por qué no avisaste que vendrías? Pudimos haber ido por ti ¿como diste con el departamento?— Elizabeth abrazo a la mujer quien comenzo a sollozar, Elizabeth miro a su padre quien también dejaba escapar lágrimas— ¿qué pasa? ¿Estas bien?
— Estoy feliz de verte y de ver que padre esta bien. Tú siempre lo seguiste a todos lados y sigues a su lado. Y y-yo
—Calma, todo está bien ¿cuantos días estarás?
— Solos unos días— Elizabeth noto en sus palabras de tristeza, era obvio ella vino en secreto.
— Me daré un baño y los acompaño a desayunar— Los presentes asintieron, la albina camino a su cuarto se tiro a la cama cerrando sus ojos. Vino a su mente esos ojos verdes apasionados que la deslumbran y la invitar a pecar un instante, sus demonios la consumen y dejan marcas tanto en su piel como en sus pensamientos. Jamas se había estremecido tanto por el tacto de alguien, sin embargo, el rubio con solo rozarla con las yemas de sus dedos obtenía todo de ella.
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Los rayos del sol deslumbraban por la ventana, abrio despacio sus ojos tratando de ubicarse, tomo su celular ¡la 1pm! También noto un mensaje que saco una sonrisa en ella.
Ten un agradable día. Nos vemos mañana.
También ten buen día Nos vemos mañana.
Me muero de ganas.
¿De qué?
De que me esperes sin ropa.
Sonrió como una tonta por la estupidez del rubio aunque no iba a negar que también se moria de ganas por verlo.
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La tarde transcurria, los vientos tiraban las hojas secas de los árboles, el frío del invierno se anunciaba. Quizas esta Navidad la pasen en familia si Verónica hace un lado su rencor, de verdad deseaba ver esa escena como en los viejos tiempos.
Aparto sus pensamientos al notar cierta escena emotiva; Guila jugando con Zeal. su corazón se quebro un poco y su mente jugaba con ella.
