Llenaba de besos la espalda nívea de Elizabeth, ella suspiraba y reía un poco al sentir los cabellos dorados del chico.
— No te rias, me cortas la inspiración— su tono burlon saco más risas de la albina. Su risa escandalosa inundo el cuarto. Él sonrió al escucharla reir, ella es tan huraña que el simple hecho de reírse o dejarse mimar provocaba calidez en su pecho.
— ¡¡Ya basta!! Me haces muchas cosquillas.
— Esta bien.— Meliodas se dejo caer a su lado, Elizabeth se acomodo en el pecho del rubio.— ¿Te quedaras esta noche?
— No, mañana acompañaré a mi hermana al aeropuerto. Te compensare otro día.
— Puedes recibirme en un sexy traje de conejita— Alzo sus cejas picaron ensancho una sonrisa, ella le saco la lengua y le dio un mordisco al pecho del rubio.
— Siempre con tus perversidades.
— Disculpa— No paraba de deslizar su mano por las hebras blancas de la femina. Tan compleja de entender y tan fácil de mimar— ¿Qué hiciste estos días?
— Mmmmm después que te fuiste ese día me di un baño y me fui ¿No te da desconfianza dejar una extraña en tu casa?
— Me da más confianza que te quedes aquí a que te quedes en algún hotel.
Ella rodo los ojos pues antes solía despertar sola en un cuarto de hotel y ahora él se preocupa por su salud y bienestar.
—¿Y que más?
— En la noche fui a cenar con mi familia.
—Que cenaron?
— Comida Italiana es la favorita de papá.
— ¿Has probado la comida Tailandesa?— Ella nego, él sonrió asintiendo— Vamos.
—Si vayamos algun dia— se acerco despacio para besar al rubio. Los besos de lujuria disminuan ahora era dulces, dedicados y profundos.
—¿Y ayer?
— Zeldris y Jenna descansaron del hospital estuvimos en el departamento de Zel, jugando video juegos y bebiendo cerveza.— Meliodas frunció el ceño le molesto que Elizabeth y Zeldria fuesen tan cercanos. Ella ha cocinado para su hermano la duda era ¿tan lejos han llegado en su amistad? ¿Él sabrás más de un secreto?
— Quiero fumar.— La voz suave de la femina lo saco de sus dudas, volvio a besarla con gentileza sonriendo contra los labios de la femina.
— ¿Quieres que te traiga un cenicero?
— No solo préstame tu bata, lo haré en el balcón.
— En el segundo cajón del closet— Elizabeth siguió la indicaciones de Meliodas. Al abrir el cajón encontró las pijamas que él había comprado y una bata.— ¿Te gusta?
— No deberías molestarte en comprarme cosas.— La albina se coloco la pijama y bata. No detestaba el hecho que él comprara ropa para ella si no que realmente que esos detalles la hacen sentir especia. Y en algun momento ellos se despedirán.
— ¿Te gusta contemplar la noche?— Meliodas aprecio detras de ella abrazándola, recargo su rostro en los hombros de a femina.
— Tienes una agradable vista. Las luces de la cuidad parecen pequeñas luces de navidad. Me gusta fumar en tu balcón.
— A mi no me gusta— Ella ladeo su rostro para verlo. Meliodas le dio un pequeño beso en la punta de su nariz.— Siempre que despierto estas aquí a veces pienso que te gusta más el balcón que dormir conmigo.— Ella abrio sus labios y Meliodas puso su dedo sobre sus labios— No me respondas.

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Vuelveme Locx.
Fanfic- Esa mujer que vuelve loco nunca se que piensa, dos minutos quiere cariños y todo el día me odia y siempre esta con esa cara apática. El rubio se quejaba mientras sus amigos se carcajadan. ●○●○●○●○●○●○●○ - Si tanto me detestas lárgate. Grito his...