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—Tenemos que irnos ya Sana— Dijo la líder del grupo. —Pero quiero quedarme unos minutos más con ellos— Refunfuñé señalando hacia delante. —Tenemos que hacer otras cosas— Se metió una de las managers. Sin más, no pude resistirme.

—Han pasado un par de años y aún sigues queriendo quedarte, eres increíble—  Opinó la mayor mientras íbamos hacia el vehículo. —Amo estar con ellos— Sonreí. —No importa si sea el primer o último año— Rebasé a todas, entrando la primera.

— ¿Por qué tan emocionada? — Preguntó Nayeon, siendo la segunda en entrar. —Después de esta grabación empezaremos con el álbum— Señalé, siendo lo mejor del día y probablemente semana.

Un programa y otro trayecto después, volviendo todo empezó, la gran compañía.

— ¿Quieren algo? — Preguntó Tzuyu, señalando la cafetería. Todas nos miramos un momento, empezando a pedir algo para cada una, anotando la menor en su celular de a poco.

Todas nos adelantamos yendo al piso de estudios e instrumentos, estando el productor esperándonos y terminando ciertos arreglos.

— ¿Y Tzuyu? — Preguntó instantáneamente al ver que no entró. —Se quedó pidiendo cosas en la cafetería— Le respondió Jihyo, colocándose a un lado de él y viendo todo sus proyectos y cosas. Me acerqué, pero sin entender tanto.

—Luego te dejaremos con Tzuyu solo, pilluelo— Jugó la líder con él. — ¡No, no! — Exclamó. —Me daría un ataque cardíaco o derrame cerebral estando solo a su lado— Explicó.

En eso, la puerta se abrió, pasando un carrito con cosas, las cosas que pedimos.

Casi logró entrar, pero chocó con la puerta y no lograba pasar, ayudándola yo, aunque fué solo un error de cálculo.

Luego de repartir todo, siendo lo del pequeño productor, lo mismo que se pidió Tzuyu, empezamos con los labores de verdad.

Nos pasó las letras al grupo de teléfono, leyendolas, y de paso, las canciones, dándonos una buena empapada del tema.

Poco a poco, cada una iba pasando y poniendo su parte, avanzando un tanto rápido un tanto normal, ninguna tardando de más.

Poco a poco, me fuí recostando en el cómo sofá de detrás, luego de haber puesto ya la mitad de mis partes, cayendo más en las dulces manos del sueño para al final, quedarme arropada en sueños.

Siendo un dulce sueño de una playa veraniega en donde estaba, saltando los fríos otoños y agobiantes inviernos.

Pese a que nunca faltaba la compañía, ni en mis sueños, estaba completamente sola.

Esa sensación de paz y tranquilidad, pero con el miedo aunado de que estás realmente solo, de la nada…


Nubes - Sana & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora