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Ambas nos tapamos los oídos, pero aún así quedando sordas por más de un minuto.

Después de disparar tantas veces, y comprobar, dejó el arma en el suelo y se tapó los oídos también, cayendo al piso, estando muy aturdido.

Rápidamente fuí a comprobar su estado.

Estaba apretando fuerte su hombro izquierdo. —Dejame ver— Intenté decir, sin saber si eso fué lo que salió. Pero con mi propia fuerza logré quitarle un poco las manos de allí, viendo como su camisa estaba corroída y su piel con una pequeña mancha negra. Se notaba que lo estaba atormentando del dolor aquello.

— ¡Quema! — Gritó. Miré a Jihyo, quién se levantó a buscar algo. —Vas a estar bien— Le dije, pero sin realmente saberlo.

—Vas a estar bien— Empecé a llorar. —Lo prometo… — Finalmente mis lágrimas le empezaron a caer debido a tal cantidad.

Jihyo finalmente llegó, mojando un algodón con alcohol y pasándoselo por encima del área, increíblemente parando su dolor.

Unos quizá diez minutos después ya todos estábamos calmados y con los oídos más sanos.

—Ya comprobé que nunca hay que dejar que esas cosas te toquen— Se miró el hombro, teniendo aún una pequeña mancha, aunque mucho más pequeña. Parecía un lunar si no le prestabas tanta atención.

— ¿Qué son esas cosas? — Preguntó Jihyo. —No lo sabemos realmente— Le respondió él. —Aparecen cuando sentimos miedo— Le indiqué yo.

—Aparecieron por mí culpa entonces— Bajó la cabeza mi líder de grupo. —Fué mi culpa— Dije yo. —Cuando abrimos la puerta tenía miedo de quien estuviera dentro— Solté.

—Aparecieron tres, uno por cada uno— Dijo él. —Tenía miedo de que fueras una de esas cosas y tuviera que dispararte— Explicó, teniendo sentido.

Se levantó, mirándose más débil, costandole hasta caminar.

— ¿Y tú eres? — Preguntó algo ya más en confianza Jihyo. —TN TA, de la otra punta del mundo, cuando todos desaparecieron yo justo había llegado al aeropuerto— Suspiró del cansancio.

— ¡El aeropuerto! — Se levantó bruscamente, pero eso solo lo hizo casi desmayarse. Otros cinco minutos después, logró estabilizarse.

—Hay que ir al aeropuerto— Dijo más calmado. — ¿Cuándo regresaste? — Le pregunté a Jihyo. —Hoy creo— Aclaró. —Por eso estaba dormida en el sofá— Señaló donde estaba TN sentado.

—Tuve que caminar mucho hasta aquí— Empecé a recordar. —Estaba mi auto, pero no la llave— Finalmente recordé que yo me había llevado la llave. —Yo… — Quería decirlo, pero TN se levantó.

—Si regresaste tú, significa que quizá uno de mis amigos también lo hizo— Finalmente dijo. —Hasta donde se, tienen que estar en el aeropuerto aún, yo me quedé por un par de horas allí— Aclaró.

— ¿Vienen? — Preguntó, siendo una respuesta muy obvia.

Nubes - Sana & Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora