Sana había ido a su habitación a dormir, yo me quedé en el sofá, era muy cómodo y tampoco quería usar otra cama, aunque siendo de ellas, me tentaba la idea.
Empecé a dar vueltas, pero no tardé en dar tres cuando Sana me lanzó una cobija desde detrás, hacia algo de frío y no le había prestado atención del cansancio incluso.
Una me arropé, entré en comodidad muy rápido, y el sueño atrasado estaba por ganarme.
—Oye… — Escuché muy cerca de mi. Abrí los ojos y la tenía delante de mí con la mitad del rostro tapado por su cabello. Inmediatamente salté del susto, no era lo que me esperaba ver.
— ¿Te asusté? — Preguntó, como si aquel salto felino no lo hubiera expresado. —Lo siento… — Susurró. —Estoy bien… estoy bien— Le señalé falsamente mientras aún me recomponia.
—Tengo miedo— Expresó, aunque el asustado era yo. Sacó su celular, empezando a escribir en él.
"Tengo miedo de que mañana tú también desaparezcas, no puedo dormir, ¿Puedes dormir conmigo?" Era la traducción, pero que había sido del coreano al inglés.
Me señalé. —Español— Dije en mi idioma para aclarar, luego en inglés, entendiendolo y cambiándolo.
Volvió a mostrarme su celular, simplemente lo bajé. —Lo entendí a la primera— Aclaré.
Empecé a traducir algo en el mío.
—Entiendo que tengas miedo, yo también lo tengo, durmamos juntos para que ninguno desaparezca— Dije, leyendo la traducción a coreano.
Ella colocó su mano para que la tomara, cosa que hice, llevándome la cobija en mi espalda.
Subimos al segundo piso, yendo derecho y luego cruzando a la derecha, siendo el cuarto de las mayores.
Empecé a señalar cual cama me tocaría, eran dos literas y otra cama individual. —Conmigo— Se señaló, por si no me había quedado claro.
Tragué saliva, realmente iba a estar nervioso durmiendo con quién más me gustaba del mundo. Y quien ahora era la única persona del mundo básicamente.
Me llevó de la mano a su cama, la normal. Se recostó primero, me hizo señas de seguirla, y obedecí esa orden.
—No, sobra— Señaló mi cobija, indicando que la dejara en el piso. La solté, quedando sin nada para cubrirme. Ella abrió la suya, dándome orden de entrar con ella.
No era quién para negarme a esa orden. Una vez con ambos dentro, además de en un espacio tan pequeño, dijo algo, pero mi coreano no llegaba hasta allí.
Tomó mi mano y la entrelazó con la de ella. —Juntas— Dijo, entendiendo por fin.
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Nubes - Sana & Tú.
Fanfiction¿Alguna vez te has puesto a pensar en cómo serian las cosas si solo estuvieras con la persona que más quieres en el mundo? En el sentido literal de la palabra, este es el cuento que terminó siendo una espeluznante realidad.