capitulo 78

345 25 3
                                    

Damien

Sentía la respiración trabajosa de mi mujer y no podía más que sentirme orgulloso de saber que podía ponerla en este agotado estado solo con buen sexo, aunque con ella siempre era muy intenso, en esta oportunidad parecía haber estado aún más intenso. Aún podía sentir las huellas de las uñas de mi esposa en mi espalda, sentía el ardor en mi piel de el momento justo en que el tercer orgasmo que le había dado en menos de cuarenta minutos...

- Estas bien pequeña?

Pregunte con la voz aún algo distorsionada por la pasión que nos había atrapado...
Sentí su suspiro cansado y su cabeza asintiendo en afirmación. Estaba por recargar mi cabeza en la orilla de la enorme bañera de nuestra alcoba para relajarme un poco mas junto a mi chica cuando ella de un segundo a otro se movió con prisas saliendo del agua y resbalando en el negro suelo hasta alcanzar el retrete y dejar salir todo lo que su estómago tenía dentro.
No entendía nada de lo que ocurría pero de todas maneras salí tan rápido como pude para alcanzar a Nathacha y ayudarle de alguna manera para...

- Mierda!!!

Gruñi en cuanto sentí que me resbalaba y perdia el equilibro por salir mojado de la bañera. El golpe que me di en la parte de atrás de la cabeza estaba cantado y sabía que necesitaría unos puntos. Por inercia lleve la mano hasta el golpe y gruñi cuando note la viscosidad de mi propia sangre. Pero nada de eso era importante, el estar tirado en el suelo mojado, desnudo, con un buen golpe en el trasero y la cabeza sangrando y media aturdida no era importante cuando aún escuchaba las nerviosas arcadas de mi esposa sobre el retrete

- Estas... es.. Estas bien!?

Pregunto entre arcadas
Intente pararme de nuevo pero volví a resbalar algo mareado por el golpe.

- Joder!!
- Dam estas...
- Si, si lo estoy! Solo... solo dame un segundo pequeña. Necesito...

Mientras iba hablando tome una toalla pequeña y la llevé hasta mi cabeza para detener de alguna torpe manera el sangrado y poder ayudar a mi esposa.

- Estas sangra....sangrando.

Dijo con la voz ronca por el esfuerzo que estaba haciendo entre arcadas.

- Y tu vomitando hasta lo que comiste la semana pasada Thach...

Respondí acercándome a ella casi que gateando por el mojado y frío suelo hasta llegar a mi mujer que se había dejado caer en el mismo y trataba de parar con esos vómitos.
Mi chica intento reír pero una nueva arcada se lo impidió

- Es lo que... lo que causa un... Un embarazo Dam...

Solto aún sin verme a los ojos y dejándome congelado a solo unos centímetros de alcanzarla. Mi corazón golpeó fuerte dentro de mi pecho y un extraño cosquilleo recorrió mi nuca. Embarazo...

- Que dijiste?

Pregunte con la voz entrecortada, no podía reaccionar, pero en cuanto mi chica intento repetir sus palabras otra arcada se lo impidió...

- Que estoy em.... Dios!!

Se quejo llorosa volviendo a meter la cabeza en el retrete y seguir luchando por mantener su cabello lejos de su vomito..
Llegue hasta ella sin poder emitir una palabra, estaba impresionado supongo, pero mis manos tomaron una su cintura y la otra le ayudó mecánicamente con el cabello que la estorbaba, acaricie en silencio su temblorosa espalda intentando reconfortarla de alguna manera y trate de mostrarme lo más paciente y entero ante mi esposa...
Embarazada... Mi mujer estaba embarazada...
Tardo sus buenos diez minutos más en lograr dejar devolver todo lo que había comido incluso la semana anterior y cuando por fin todo parecía haber pasado se dejó caer débil sobre mi cuerpo agotada, llorosa y completamente pálida por el esfuerzo...
Le continúe acariciando sin saber realmente que hacer pero sabiendo que tenia que estar presente para mi mujer tanto como fuera posible...

- Dam yo...

Intento hablar con cara preocupada pero se notaba aún demasiado débil por el esfuerzo que mi bebe dentro de ella le obligaba a hacer. Bese su frente humeda e inspire profundo intentando mantenerme tranquilo ante mi esposa...

- Todo esta bien Tach...

Intente tranquilizarla.

- Pero yo estoy...
- Embarazada Nathacha. Lo sé, te escuché la primera vez.

La moví con cuidado y me levante del suelo mojado ñ, camine hasta el lavabo y metí mi cabeza bajo el chorro de agua fría. Limpie toda la sangre de mi cabeza antes de volver a fijar mi atención en mi esposa arrodillada en el suelo llorando sin poder controlarse. Me recargue en el lavabo y cruce mis brazos viéndola fijamente y completamente serio.

- Porque diablos lloras mujer?

Pregunte desde mi lugar aún sin acercarme.
Nathacha lloro aún más e intento limpiar sus llorosos ojos pero no lograba controlarse.

- Yo lo siento no pensé....
- Deja de llorar Nathacha.

Ordene con voz cansada, sus ojos me vieron preocupados pero en este segundo solo necesitaba silencio para pensar con calma. Mi esposa me vio con temor y más aun lloro angustiada.

- Te daré el divorcio y me iré en cuanto...
- SE PUEDE SABER LO QUE DIANTRES ESTAS PENSANDO MUJER!!?

La interrumpí ahora incluso molesto.

- Yo...
- Tu eres mi esposa, tenemos una hija de cuatro años y estás embarazada de nuestro bebé. Porque diablos quieres el jodido divorcio!!?
- No le quieres y yo no...
- QUE NO LE QUIERO!!? PERO QUE DICES MUJER?? COMO NO PODRÍA QUERER A MI PROPIO HIJO!? COMO NO PODRÍA AMARLO O AMARTE MUCHO MAS A TI NATHACHA!!?

Grite exasperado llegando hasta ella y levantandola de ese maldito suelo por los brazos, sus ojos me vieron confundidos y no pude más que besarla cargado de ansiedad y repleto de amor caí de rodillas ante ella. Mis manos tomaron sus caderas y mi boca se poso ansiosa sobre su plano vientre.

- Les amo a los tres Nathacha... juro por mi vida que les amo a los tres...

Susurre recargando mi frente en su vientre y dejando salir las lágrimas que brotaban de mis ojos sin querer detenerlas.

A fuego lentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora