capitulo 36

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                           Damien 

No podía dejar de besarla mientras ella intentaba recobrar el aliento y arreglar su ropa.

- Damien déja arreglarme!!

Soltó entre risas mientras mi boca y mis manos la torturaban aún más.

- Es tu culpa, me enloqueces mujer.

Respondi. Tach río entre mis brazos y suspiró recargando su frente en mi pecho. Por instinto bese la coronilla de su cabeza y la abrace un poco mas a mi calor, tenía la piel extremadamente sensible,  porque en cuánto mis dedos rozaron sus brazos ella se estremeció aún más. 

- Fui muy brusco?

Quise saber, había sido algo completamente ilícito hacerlo aquí, pero era verdad cuando le decía que me enloquecia. Cuando la besaba perdía toda proporción y no me detenía a pensar en nada más que poseerla entera.
Sentí más que escuché su negación y sonreí satisfecho al escucharle

- Tu nunca serias brusco Dam, intenso? Eso sí, pero no puedo decir que brusco. Me cuesta seguirte el ritmo...
- Eso ya podrás hacerlo pequeña, las prácticas harán que seas más resistente.

Asegure. Sus verdes e intensos ojillos me miraron brillantes y me sentí nuevamente excitado solo con ver los rastros del orgasmo que le había dado  reflejado en ese delicado rostro.
MALDICIÓN!!  No podía saciarme por completo de ella.

- Será mejor que salgamos de aquí.

Hable luchando por contenerme.

- Seguro que todos nos han escuchado Damien.

Respondió Tach algo incomoda. La besé arrebatadamente para que no pensara en eso y solte lo que mi cabeza estaba craneando.

- O te saco de aquí mujer o te empotró contra esa pared y vuelvo a enterrarme fuerte y profundo dentro de ti.

Solté apretandola más a mi para que sintiera cuán en serio estaba hablando. Sus delicadas mejillas se encendieron en un precioso rubor que a mi me resultó por demás perfecto. Reí al verle morder ese tentador labio inferior suyo y tomé su mano para sacarnos de aquí.

- Vamos mujer o no dudaré en cumplir mi palabra.

Tach camino a mi lado algo dudosa pero sonriendo tímida.

- ( Dependienta ) Señor Olivera!! Creí que se habían marchado.

Hablo la dependienta con ojos curiosos. Mi sonrisa se tornó relajada y apreté la cintura de mi esposa para acercarle más a mi y sentir ese adictivo aroma suyo mezclado al mío.

- No aún, solo necesitábamos unos minutos a solas para decidir algunas cosas.

Expliqué  los ojos de la mujer saltaron de mi a Nathacha y de pronto se tornaron enfadados al verla de pies a cabeza. Y eso si que bajo mi libido de golpe. Que se creía esa tipa para ver a mi esposa de esa manera, como si le estuviese quitando algo que le pertenecía.
Tach  también lo sintió, porque de inmediato buscó mis ojos preocupada.

- ( Dependienta ) Entiendo, si no le importa me gustaría tener algunas palabras con usted en privado.

Pidio la mujer mirando un par de segundos a Nathacha y luego volvió su atención a mi. Apreté los dientes y estaba dispuesto a decirle en ese momento que lo que tuviera que decir  lo dijera delante de mi esposa. Pero Tach miro de pronto su móvil que empezó a sonar y se disculpó de prisa.

- Lo siento Dam, es el... el director de la clínica. Tengo que atender.

Asenti para ella comprendiendo, bese sus labios castamente y la permiti apartarse unos cuantos pasos tomando la llamada. 
La dependienta la vio alejarse sonriendo como si hubiera conseguido algún premio y negó sin perder la sonrisa.

- ( Dependienta ) La carrera de médico no es para mujeres.

Solto como si fuera un comentario al pasar.

- Disculpe? No le entiendo.

Dije cruzándo mis brazos sobre mi pecho. La mujer sonrió coqueta acercándose a mi y posó su mano en mi pecho de forma sugerente.

- ( Dependienta ) Un hombre tan rico e importante como usted necesita una mujer que esté a su altura, que le dedique tiempo a complacer todas sus nesecidades en la cama. No que esté tan ocupada con una carrera que no es capaz de realizar. Esa muchachita no tiene lo que usted necesita....

La tipa lamió sujerentemente sus rojos labios y se pegó un poco más a mi intentando besarme.
Mis manos la tomaron por los antebrazos para evitar que se me acercara pero ella insistía en acercarse.

- Es mejor que se aparte señorita, no...
- ( dependienta) Usted necesita apagar esa excitación y yo puedo complacer todas sus necesidades.

La empuje algo brusco para apartarle de mi y hable en tono amenazante y cortante. No toleraría estas impertinencias y por nada arriesgaría mi relación con Tach.

- Escuche muy bien señorita, porque no pienso repetirlo. Usted... No tiene absolutamente nada que a mi pueda interesarme, mucho menos voy a permitir que se atreva a hablar de esa forma sobre la mujer que es mi esposa. No la conoce y no me conoce a mi. Nathacha Olivera es la única mujer en la vida que me importa y no voy a permitir que se tome el derecho a decir nada. Tenga en cuenta que soy amigo íntimo de el dueño d este lugar y que puedo hacerle despedir por descarada.

Sus ojos oscuros me vieron confundidos y luego pareció creer que bromeaba porque sonrió coqueta intentando volver a acercarse. Esto ya era ridículo por demás.

- ( Dependienta ) Tienes mucho estrés, seguro que puedo ayudarte a mejorar eso y...
- Mejor aparte sus garras de mi marido desvergonzada, porque juro que no respondo de mi actuar si sigue creyendo que puede hacer que el le preste el mínimo de su atención.

Mis ojos de inmediato se enfocaron en esa voz completamente molesta y cuando vi su hermoso rostro no creí  jamás ver esa expresión enfadada en mi esposa.  JODER!! Nathacha tenía una mirada casi asesina y todo su cuerpo estaba rígido como una maldita tabla de planchar.  La tipeja giró sorprendida, pero creo que no advirtió que las palabras de mi mujer eran una verdadera amenaza para  ella. Porque se cruzó de brazos viéndole  de pies a cabeza y se ríe altanera provocando aún más la furia de mi esposa al hablar...

- ( Dependienta ) Y si no lo hago, Que!?  Me vas a sacar tu? No eres suficiente muj ahhhhh!!! SUELTAME MALDITA PERRA!!!

A fuego lentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora