capitulo 2

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                             Damien

                 Una semana después

Luego de firmar y completar un montón de papeleo por fin podia decir que estaba libre de mis responsabilidades por prácticamente un mes y medio.
Aunque no podía decir que la idea de tener tanto tiempo libre me agradara demasiado.  Tome mi maleta, cerré la puerta de mi piso en el centro de la ciudad con llave y bajé por las escaleras los quince pisos con mi equipaje. Era un buen ejercicio hacerlo y prefería siempre las escaleras a los ascensores. 
Cuando alcancé  el lobby salí directo al estacionamiento, metí mi equipaje en los asientos traseros de mi camioneta todo terreno y emprendí la marcha en cuanto me coloqué las gafas de sol y encendí el reproductor de música.
Era noche cerrada cuando llegue a mi primer parada. Me registré en el pequeño hotel y fui directo a mi habitación a tomar una relajante ducha.  Dormiría hasta la mañana siguiente y continuaría mi camino. 
Bruselas era un lugar hermoso, tenía que admitirlo y el lugar perfecto para pasar un par de días lejos de todo y de todos. 
La costumbre me llevó a que mientras me encaminaba a mi habitación revisar las señales de incendio y demás, cuando el botones se retiró dejándome en la puerta de mi habitación y deseando una buena noche me enfoqué en ubicar las escaleras en caso de incendio y los extintores que debían de tener en caso de una emergencia. 
Abri con mi llave la puerta e ingrese en el lugar detallando todo un par de minutos antes de soltar la maleta sobre un sillón a un lado del lugar, abrirla en busca de la ropa interior, guardarla en el pequeño armario y encaminarme mientras ya quitaba de mi cuerpo los vaqueros y el calzado que traía puesto. Abri el grifo del agua caliente para que corriera llenando la alcoba del intenso vapor.  La sensación del agua caliente sobre mi piel fue lo que necesitaba para poder soltar toda la tensión que mi cansado cuerpo cargaba, apoyé cansado mis manos sobre la pulida pared de mármol y deje que el agua apartara todas las preocupaciones y los malditos recuerdos de mi cabeza. Mis ojos se cerraron cansados y solte el pesado suspiro que tenía atascado en el pecho. Odiaba en demasía estas fechas. Me hacían revivir mucho más aquella maldita noche en que toda mi vida se fue por un tuvo.
Aún podía sentir en la piel de mi espalda el dolor que la tela prendida fuego dejaba sobre mi. Podía sentir mi muslo derecho doliendo como el infierno por la quemadura de mis ropas y podía sentir en mis fosas nasales el inconfundible olor a piel quemada de mi padre muriendo por culpa de esas malditas  llamas que le atraparon antes de lograr sacar a mi madre inconsciente de ese infierno.
Podía sentir aún el sabor de mis saladas lágrimas en mi lengua y mis gritos desesperados al verlos quemarse justo frente a mis ojos.
Y aun pese a todos los años transcurridos no podía olvidar esa maldita figura de ese oscuro hombre viendo desde el otro lado de la enorme ventana como mi familia moría quemada por su causa... 
Tenia que encontrar a ese monstruo, ponerlo tras las rejas por haber matado a mis padres de esa maldita manera, tenía que darles justicia a mis hermanas.  
No sé cuánto tiempo estuve exactamente bajo el agua caliente pero para cuando logre aplacar mis recuerdos el agua ya prácticamente estaba helada. Solía perderme tanto que no reaccionaba hasta que no pasaban horas.
Salí de la ducha, tomé con pesadez una enorme toalla blanca, me medio seque y salí del baño envolviendola a mi cintura de manera distraída. 
Escuche los tacones en el corredor y el arrastrar de algo con ruedas, una maleta tal vez, antes de escuchar la puerta junto a la mía abrirce y volver a cerrarce solo un par de minutos después. 
No preste mucha atención y me coloque los negros boxers antes de dejarme caer en la enorme cama para intentar descansar.
Las paredes eran por demás delgadas, porque podía escuchar la interesante conversación de una mujer justo al otro lado...

" Te digo que estoy muy bien papá...
En este momento acabo de llegar a un hotel en Bruselas,  mañana luego de almorzar seguire camino....
No tienes de que preocuparte, solo haré noche aquí...
Que no soy una niña papá.
Besa a mamá por mi y a mis hermanos...
Si...
De acuerdo, Te quiero, chiao!!! " 

No pude contener la sonrisa, quien en la vida decía " Chiao "  para despedirse.  Luego de algunos segundos de silencio el resonar de los tacones y los ruidos del otro lado de la pared me decían los pasos que estaba dando la vecina de junto. 

"  - Buenas noches, podrían subirme un  a lámpara extra a la habitación?

- Entiendo... si, no se preocupe. Gracias...."

No pude evitar sentirme curioso por la extraña petición de la vecina de la habitación contigua. Algo más de ruidos y algunos minutos después un intenso tecleo que me dejaba saber que la intrigante mujer estaba haciendo alguna cosa en una portátil.
Deje caer con pesadez mi brazo sobre mis ojos y cargue mis pulmones de aire tratando de enfocarme  y desconectar mi mente para poder dormir finalmente. 
Los golpes en un lado y otro fueron los que me despertaron sobresaltado y me hicieron sentarme de forma brusca en la enorme cama. Tarde solo un par de segundos en reconocer lo que estaba ocurriendo.
Mi respiración era errática,  pesada  y tenía el cuerpo empapado de sudor. Mis manos sujetaban en puños las sabanas de seda bajo mi cuerpo y tarde en reconocer que esos golpes eran en mi puerta.  Parpadee con brusquedad para apartar de mi cerebro todas aquellas malas imágenes que se habian vuelto a colar en cerebro y mire el reloj en mi muñeca derecha mientras ya me ponía en pie y caminaba para abrir y saber quien golpeaba de manera tan frenética. 
Abrí  la puerta con brusquedad pensando que sería el botones o alguien del servicio  que venía a importunar, pero mis ojos tuvieron que descender para encontrar parada frente a mi a una chica que no tendría más de 18 o 19 años, con rostro de sirena, ojos grandes, muy verdes y brillantes, piel de porcelana y cabellos largos, ondulados y castaños...
Envuelta en una pequeña bata de seda Blanca, que dejaban a la vista unas piernas bien tonificadas y descalza.
No tengo idea de lo que pasó en ese condenado segundo, pero cuando mis ojos volvieron a encontrar los suyos sentí como si todo a mi alrededor desapareciera en un parpadeo

A fuego lentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora