capitulo 35

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                            Damien

Mi boca la besaba de forma ruda y exigente y sabía que se había rendido en el mismo momento en que sus uñas se clavaron en mi piel. Pero yo no estaba jugando, le había advertido que probaría mi teoría y lo haría.
Sin soltarla ni despegarla de mi abrazo la fui arrastrando por el lugar hasta alcanzar mi objetivo.  Estábamos completamente perdidos y yo sabía que no podría detenerme de tomarla.  Cuándo alcancé la puerta de aquel servicio la abrí sin separar muestras bocas y la metí con prisas para cerrar la puerta nuevamente y pasar seguro.  Podía estar consumido de deseo por ella, pero nadie más que yo la vería ni escucharía.
Mi cuerpo estaba tan pegado al suyo que podía perfectamente sentir todo el calor que emanaba. No esperé, sabía que ella estaba tan ansiosa como yo cuando luchó por desprender mi cinturón con absoluta desesperación y dejando que mi lengua lamiera sus duros pezones en cuanto aparte su chaqueta de cuero y baje los finos tirantes de su blusa y brasier juntos. 
Mis manos apretaron sus senos y mi lengua saboreó esos perfectos manjares...
Sus manos sujetaron ansiosas mi cabello y tiró  de él en un intento de contener todo lo que le estaba provocando 

- Dam...

Gimio temblorosa cuando una de mis manos se coló por dentro de esos endiablados y sensuales vaqueros para comprobar mi teoría y volverme más loco aún.  Estaba por completo empapada y caliente y eso más me éxito. Mi boca fue de nuevo a la suya y mordi con algo de fuerza ese hinchado labio inferior para luego enterrar mi  lengua en su garganta.

- Estas tan mojada Tach...

Gruñi en su oído ya girandola para que me diera la espalda y poder ver ese endiablado trasero que me traía todo duro desde que salimos de la casa.
Con una habilidad que hasta a mi me sorprendió desprendí los botones que lo mantenían bien sujeto a sus caderas y lo bajé  con prisas. Luche con una de mis manos para liberar mi dolorosa erección sin dejar de acariciarle preparándola para mi.

- Damien...
- Me encantas Nathacha... será rápido hermosa pero te prometo que lo disfrutaras...

Mordi la piel de su cuello mientras mis manos apretaban esas blancas y suaves nalgas. Solo un minuto después corrí  esa dichosa braga suya y me enterre tan fuerte y tan profundo dentro de esa cálida humedad que sentí todo mi cuerpo estremecerse y el de mi esposa arquearse al recibirme

- DIOS!!

Medio gimio medio grito.  Mis movimientos eran fuertes e intensos arrancando de la boca de mi mujer constantes gemidos, casi gritos que no hacían más que endurecer más y más mi miembro.
Tan malditamente estrecha... 
Los dedos de una de mis manos fueron a jugar con su clitoris y la otra subió hasta su boca para contener esos fuertes gritos que mi excitada esposa no paraba de dar.

- Muerde... mis dedos Tach...
No queremos que nos descu...bran...

Ordene jadeando y embistiendo aún más fuerte. Sus dientes obedecieron mi orden y yo más me exite al sentir esos afilados demonios marcando la piel de mis dedos.
Más fuerte, más intenso fui embistiendo sin ningún tipo de control dentro de ese apretado y mojado interior.

- Joder como me pones de duro mujer!!

Gruñi con la respiración entrecortada. Más fuerte,  más rápido y aún más intenso. Sentía el sudor caer por mi piel y la suya no estaba mejor y eso más me exitaba. Sentí el momento justo en que estaba alcanzando el orgasmo, su interior me apretó con fuerza, su cuerpo tembló de pies  a cabeza y sus uñas se clavaron en mis brazos mientras intentaba no perder el equilibrio y yo la sostenía con firmeza por sus estrechas caderas sin detener mis embestidas.  
Nuestros pulmones trabajaban a toda máquina y nuestros cuerpos calientes y sudorosos al máximo del esfuerzo arrastrandonos a ambos a un potente y fuerte orgasmo que nos hizo perder las fuerzas y caer casi que al piso blanco de no ser porque alcance a sostenernos contra un muro con una de mis manos y la otra sosteniendo a mi debilitada esposa contra mi cuerpo...

A fuego lentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora