capitulo 37

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                            Damien

Me habia quedado casi petrificado, pero es que no podía siquiera parpadear, Nathacha...
Mi Nathacha le estaba tirando de los pelos a esa tipeja para alejarla de mi. Se paró en medio de ambos en cuanto consiguió alejarla lo suficiente y se cruzó ella ahora de brazos viéndole  con una altanería que yo no le conocía a mi esposa.

- Como te acerques te quedas calva por ofrecida.

Solto fríamente mi mujer.
La tipa busco mis ojos intentando que le dijera alguna cosa a mi mujer, pero eso no pasaría nunca. Tome por las caderas a Tach para evitar que se le fuera encima y bese su cabello orgullo. Es que saberla capaz de poner en su sitio a una tiparraca que intentaba quitarle el marido me decía que ella no estaba tan lejos de sentir lo que yo sentía por ella.
Celosa!! Mi Nathacha estaba completamente celosa y sacaba sus uñas afiladas para defender lo que era  suyo.

- No lo vale pequeña.

Senti como mi esposa cargaba de aire sus pulmones buscando tranquilizarse y no perder la compostura. Miro a la Dependienta enarcando una ceja y tomo mis manos para guiarme a abrazarme más a ella.
Yo sonreí satisfecho e inhale el perfume que la piel expuesta de su cuello emanaba y me exitaba solo con eso.
Quince minutos después estaba hablando directamente con mi amigo y dueño de la tienda explicándole lo ocurrido, no mano no soltaba la de mi mujer y estaba por demás molesto con la ridícula situación, es que no podía yo concebir que alguien que no me conocía de absolutamente nada actuara de esa forma. El que mencionara mi dinero hizo más que evidente que la tiparraca quería solo echar un buen polvo para atar a un tipo rico a su vida  pero ese no pensaba ser yo.

- Es que es inaudito Guillermo!! No puedo entender porque diantres contratas esa clase de mujeres, pero no pienso aceptar que nadie, mucho menos una tipa que no me conoce se atreva a intentar denigrar a mi esposa  de esa manera, ya ni te digo de intentar SEDUCIRME cual si fuera un maldito crío!!!

Gruñi  Creo que hable más fuerte de mi normal, porque Tach se sobresaltó y sus ojoscme veoan preocupados.

- ( Tach ) Damien....
- ( Guillermo ) Tienes que reconocer hermano que su punto tiene. No la justifico, pero vamos....
Eres un hombre que impone  con evidente buen dinero en su vida. No sería la primera vez que alguien se te tira a los brazos con solo una mirada que les dediques.

Intento que entendiera. Mis dientes crecieron dentro de mi mandíbula y le miré de la forma más molesta que pude imprimir. Guillermo era así. No solía tener ningún tipo de consideración en nada.

- En primer lugar " hermano" dime tu cuando he caído en esos estupidos juegos? En segundo, si tengo dinero o no, no es  jodido motivo para esa clase de actitud de su parte y en TERCER JODIDO LUGAR ESTOY JODIDAMENTE CASADO Y MI UNICO MALDITO INTERES ES HACIA MI ESPOSA!!!! ME IMPORTA EL PELO DE UN CALVO LA OPINION DE NADIE. TE LO ADVIERTO GUILLERMO, NO TRAJE A MI MUJER PARA QUE NADIE LA DENIGRE, MENOS ESA TIPEJA QUE TIENES POR EMPLEADA!!

Grite casi perdiendo todo el control. Es que me fastidiaba sobre manera que seccreyeran con derecho de hablar de mi jodida vida. No le decía un centavo a nadie y no iba a tolerar este tipo de cosas. 
Guillermo llevo los dedos al puente de su fachada nariz e intento mantener la calma, y yo sabía que era por evitar enfrentarse a mi. Nos conocimos peleando y nuestra amistades forjó entre golpes.

- ( Guillermo ) Damien. Entiendo que estés enfadado. Estoy de tu lado amigo, nadie tiene porque denigrar a tu esposa y tener esa actitud hacia ella. Pero es que Joder Damien!! Si hasta a mi que soy tu amigo me cuesta  entender que sales unos días de viaje solo y vuelvas casado.
No te ofendas lindura...

Solto rápidamente mirando a los ojos de mi esposa. Y ahora es cuando pierdo toda la maldita calma.

- MI ESPOSA MERECE RESPETO GUILLERMO!! Y COMO VUELVAS A DECIRLE " LINDURA" O ALGUNA ESTUPIDEZ DE ESAS TU Y YO TENDREMOS UN MALDITO PROBLEMA. 

Advertí. Creo que finalmente lo entendió. Elevo sus manos en señal de rendición y asintio para mi.

- Dam...

Susurró sumamente angustiada mi mujer, su mano se posó con cuidado sobre mi torso y sus ojillos verdes me veían repletos de preocupación.
Beso castamente sus dulces labios y asiento para ella. Se bien lo que quiere y necesita y no dudo en concederselo.

- Nosotros nos vamos Guillermo, espero que los muebles que adquirimos lleguen en la mañana de mañana y que toda esta estupidez no se repita.

Advertí a mi amigo y el enseguida asintió.

A fuego lentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora