epílogo

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                     Seis años después

- ( Asher ) Papi Papi papi!! Despierta papi!!!

La voz de mi hijo menor fue la que nos saco del sueño profundo. Mis brazos envolvían protectoramente  el vientre aún plano de mi mujer que permanecía profundamente dormida.
La voz de mi hija Anastasia llegaba desde  la puerta de nuestra alcoba advirtiendo que su hermano la había despertado primero a ella.

- ( Anastasia ) Asher!! Te dije que les dejaras descansar, papá estuvo de guardia y no durmió....

Le regaño mi pequeña señorita de once añitos.  Sonreí ya sentandome en la enorme cama y tomando con cuidado a mi pequeño para abrazarle. 

- Buenos días mis amores!!

Hablé con voz ronca y cansada, mi hija se acercó también a la cama para recibir los besos que siempre le dábamos y vio de reojo como su mamá seguía profunda. 
Y es que mi Tach y yo habíamos pasado la noche en vela y apenas si habíamos dormido un par de horas. Esto de intentar mantenernos como una pareja joven, divertida y con dos hijos y dos más en camino no era tarea fácil, pero al ser nuestro aniversario decidimos hacer algo especial e ir a bailar con mis cuñados y mis hermanos.

- ( Anastasia ) Asher y yo vamos a hacer el desayuno con los abuelos, así mamá y tú podéis dormir un poquito más.

Sonreí a mi princesa, si... Mis suegros habían venido de visita a Londres junto al resto de la familia de mi esposa hacia ya varios días, aunque yo poco les había visto por el trabajo. Recién anoche pude compartir relajadamente con la familia a pleno y luego las jóvenes parejas decidimos salir a divertirnos y dejar a nuestros hijos con los abuelos. 

- Gracias princesa, seguro que mamá lo agradece.

Asegure. En cuanto nuestros hijos salieron por la puerta de nuestra alcoba y cerraron tras de si, decidí que ya que estaba despierto podía comenzar a celebrar nuestro aniversario.  Gire en la cama y me dedique a besar lentamente todo el cuerpo perfecto de mi esposa.
Deje un camino de besos por sus brazos, por su cuello, su clavícula, baje hasta sus desnudos senos y me entretuve en ellos un buen rato arrancando un jadeo adormilado por parte de mi mujer...
Sonreí satisfecho al verla retorcerse bajo mi asedio y seguí jugando con mi lengua en sus endurecidos pezones.

- Dam... 

Gimió perezosa mi bella esposa, no detuve mi asedio, por el contrario, mi lengua la torturó con aún más ansias de probar completo ese perfecto cuerpo.

- Dios!!

Gimió al sentirme descender y alcanzar su intimidad y saborarear completo todo ese adictivo néctar que me encantaba obtener. Sus gemidos, esos quejidos ansiosos que de ella obtenía más aún me excitaban y más aún la torturaba con mi lengua y mis dientes. 
Sentí sus uñas enterrarse con fuerza en mi piel cuando el climax la absorbió por completo haciendo que gritara para mí, subí por su transpirado cuerpo sin dejar de besar su delicada piel...
Adoraba sentirla estremecida por mis caricias, por mis besos...
Los años transcurridos no habían menguado nuestro deseo mutuo, siempre nuestras entregas eran intensas, cargadas de lujuria y desesperación por sentirnos.

- Sigues siendo tan maldita mente adictiva para mi mujer...

Gruñi mordisqueando sus labios antes de besarla fuerte y profundo ya enterrando me con ansias en su cuerpo. Mi mujer gimió aferrándose a mi espalda mientras nuestros cuerpos se acompañaban en un ritmo fuerte y desenfrenado dónde solo nosotros existimos, dónde nuestra pasión traspasaba todo límite y frontera.
No tardamos en alcanzar el climax una vez más, mi mujer cayó jadeante sobre mi cuerpo y besaba mi clavícula provocando una vez más mi deseo.

A fuego lentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora