-36- Desesperación

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El orgullo dominó mi cuerpo, y con una sonrisa bajé los últimos escalones, atravesé la multitud junto a mi pareja y tío, y mentalmente mandé al diablo mis miedos y dudas, era ahora o nunca.

-"listos? No podremos volver una vez salgamos"-les advertí con seriedad-.

-"abre la puerta sobrina mía, de no querer hacer esto, no estaríamos aquí a tu lado"-contestó Belial por ambos-.

Abrí las puertas en par, durante mis primeros pasos, mis piernas dudaron, pero caminé sola conforme avanzaba, los demonios que me seguían no hacían mucho ruido.

La marcha grupal nos llevó a un punto desierto no muy lejos de palacio, pero distante de la ciudad del pentagrama.

A lo lejos logramos ver un ejército imponente que vestía de blanco y dorado, con armaduras de los mismos colores y armas plateadas. A la cabecera, un ángel que exponía groseramente sus alas, por su postura es Miguel.

-"faltan unos minutos para el amanecer, querida"-avisó Alastor-.

Aquel ángel me miraba fijamente, incluso en este momento cruzó por mi mente hablar para romper el silencio formado desde nuestra llegada.

-"gusto en conocerte, gran arcángel Miguel"-espeté con sarcasmo y una sonrisa-.

-"lo mismo digo, princesa Tn"-habló de la misma forma-"dígame, reconsideró las posibilidades de ganar contra mi ejército?"-preguntó sin cambiar su sonrisa-.

-"usted reconsideró si fue buena idea provocarme? No fue su idea más inteligente, debo decir"-le hice saber-.

-"lo dice por Cassiel? No tome eso personal, el me fue muy útil, para su información"-insinuó jugando con la espada en sus manos-.

La sangre me quemó por dentro, detrás de mi enemigo miré las primeras luces del amanecer que señalaba nuestra hora.

-"es hora de acabar con esto, el juego debe terminar"-sentencié liberando mi espada-.

-"que triunfe el mejor líder..."-habló antes de hacer una señal hacia sus soldados frontales-.

Los mismos se movieron hacia nosotros, dejando detrás muchos soldados junto a Miguel, las alarmas en mi se dispararon.

-"tío Belial, mantén vigilado por mi a Miguel, Alastor, te quiero a mi lado en todo momento"-solté las órdenes sin mirar a ninguno de ellos-.

-"como ordenes alteza"-respondió Alastor con elegancia-.

El grupo de ángeles se acercaba más y más, Alastor intentó adelantarse y enfrentarlos, pero yo le detuve y caminé más rápido.

-"los enfrentarás sola? Tn regresa!"-el tío Belial intentó detenerme-.

-"no soy una cobarde! No es la primera vez que hago esto!"-exclamé sin mirar detrás-.

Aquellos ángeles me apuntaron con sus espadas al mismo tiempo, como instinto invoqué mis cadenas del suelo, atrapando a todos sin darles oportunidad de mostrar su valía.

-"arcángel Miguel!"-llamé a su líder mientras aprisionaba a aquellos ángeles-"no envíes guerreros a morir por tu simple diversión, es repugnante hasta para un demonio como yo"-.

Acto seguido, las cadenas quemaron sus pieles y arrancaron sus extremidades lentamente, sus compañeros detrás de ellos miraban con horror y pánico, más no huían.

Los cuerpos mutilados cayeron frente a mi, enviando unas cuantas gotas de su sangre a manchar mi ropa.

-"AHORA!!!"-grité apuntando el filo de mi espada a mis enemigos, especialmente a Miguel-.

Mi Guardián de Rojo (Alastorxtn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora