CAPÍTULO 33: 1868 - 1873

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CAPÍTULO 33: 1868 - 1873

CAPÍTULO 33: 1868 - 1873

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"Oliver Potter"

Las letras estaban labradas con trece laminas de plata centelleantes contra la luz de la noche. Trece letras que formaban el nombre de quien más amaba en el mundo.

Jo se dejó caer, ensuciando sus faldas escarlatas con el rocío de la noche. Sus rodillas se estrellaron contra la lápida y sus manos tentaron la inscripción.

-Oliver Potter...¿Qué demonios te hicieron?-sus dedos acariciaron la fría superficie, sintiendo el escozor del frio como cuchillas en las yemas.

"Oliver Potter"

16 de julio de 1868 - 13 de octubre de 1873

Cinco años. Tan solo cinco años había durado el placer de contener aire en los pulmones. Cinco años Oliver había podido precenciar las caricias humanas y maternales de su fallecida madre. Cinco años tuvo el placer de dormir, la dicha de soñar. Tan solo cinco años pudo sentir lo que era el amor.

-No-dijo Jo, en la soledad del cementerio de los Potter, al fondo de la casa bajando la linde de la colina. En medio del bosque bajo la luz de las estrellas-.Aún sabe lo que es el amor. Aun hay alguien que lo ama. Aun existen dedos que acarician sus mejillas. Aun hay alguien a quien puede abrazar.

¿Por qué alguien le haría eso a un pequeño? ¿Por qué Gilderoy habría de asesinar de aquella manera a un pequeño de cinco años? ¿Por qué alguien habría de asesinar así a Gilderoy?

Un disparo a la cabeza se había llevado todas las respuestas a sus preguntas.

Una caída de diez metros se había llevado sus posibilidades futuras.

Cuando pensó en ello imaginó lo que pudo ser y era imposible.

Imaginó tomando la mano de Oliver. Imaginó a un Oliver tomando su mano con un anillo entre los dedos en medio de una cena familiar entre los Potter y los Turner. Imaginó a Oliver dándole un beso en los labios frente a un altar, con cientos de filas de asientos para todos sus amigos, muertos y vivos.

Imaginó que en es escenario inexistente sus ganas de contraer matrimonio eran reales.

Pero estaba tan alejado de la realidad aquel panorama, pues Oliver estaba muerto y ella seguía siendo Josephine Turner.

Los vivos no saben de amores, y Jo no tenía ganas de enfrascarse en aquellas querellas.

Sus dedos pasaron sobre los números. Primero sore el "1", después por el "8" y cuando llegó al "7" sintió su corazón encogerse.

1873 había sucedido hacia casi dos décadas. 1873 había sido el año de su propio nacimiento.

-Cuando arribé al mundo tu ya lo habías dejado. Cuando decidí nacer tu decidiste morir. Pudimos haber tenido el mundo entero. Pudimos haber sido todo lo que siempre quisimos ser-Jo deslizó los dedos sobre la piedra. Estaba mohosa y los matorrales secos amenazaban con engullir lo poco que quedaba del registro de que alguna vez un niño llamado Oliver existió-.Ni siquiera te recuerdan. Te han abandonado en este páramo de oscuridad. Se suponía que eras su hijo, que eras un Potter...¿Por qué te hicieron esto?

LOS MUERTOS NO CUENTAN CUENTOS ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora