capítulo 22

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Lucy.

Después que  venimos, de comprar, los vestidos me bañé,  me puse, un short me tapa solo, los glúteos, una camiseta Adidas, hombliguera, unos tenis de la misma marca, me hice una Mona, y me saque, dos rulos, al frente, dormí, Alessa, y me bajé para, tomarme un té, tengo insomnio, y el jefe, lo dudo que venga hoy casi son las 10:30.

Estoy, sentada, en un taburete, en una mano tengo la taza de té, y en la otra, una revista de las tiendas Farinas, tienen unos excelentes, diseños de ropa y de joyas, jamás me pondré algo, así.

- Estoy, exhausto todo el día, e pensado como me va, matar,  el jefe, si de un tiro, oh me va torturar, hoy que pase con Mayra, estaba muy atenta, por orden de su jefe nuestro, jefe ella podía matarme, entonces no me decuide, de un momento que ironía, después ella me dijo que fuera la madrina, de boda, y por eso me regalo el vestido blanco Dios me sentí estúpida, pensando que ella me iba a matar después salió,  con eso, me dieron ganas de reír y termine confezandole lo que pensaba.

- La puerta, de la entrada, se abrió, mi cuerpo se congeló, mis piernas, y mi cerebro solo pensaban en escapar esos escalofríos y ese miedo, jamás lo había sentido.

— La taza, que tenía en mis manos resbaló, y calló al suelo, haciéndose miles de, pedazos, el se detuvo a mirarme, pero traía un carácter de los mil, demonio, le dio un asotazo a la puerta, y su y esa mirada, la conozco pues era de un asesino y sabia bien aquien iba  matar a mí.

- Corrí, por mi vida, abrí la puerta, — salí me enrede en Miller el perro de Kian cuando vine aquí, ese perro no dejaba de ladrar me, ahora ya no lo hace, en rede mi pies, casi me caigo- pero me sostuve, y no se donde diablos voy, pero no quiero, morirme, eso si lo sé.

— Cuando veo, que casi, me tropiezo,— de nuevo, miro, donde voy a caer, y si es la alberca me detengo en seco, pero algo, choca conmigo, un cuerpo, y no puedo determe, me fui al fondo, me impulso para salir cuando intento, salir siento que me rodean mi cintura, y un fuerte grito, sale- de mi boca, hasta aquí llego mi, vida, me voy a morir, eso tengo claro. Adecer Chevy que me va matar oh tal vez el, se ofreció, para hacerlo.

- por más, que intentaba soltarme fracasaba mis, pies los tenía en el aire,  no tocaba el fondo, el maldito miedo, no me dejaba, mirar la cara, suetame grito ya me sentí vencida. Me di la vuelta, y me encontré con esa, cara esa mirada, esos ojos, y esos labios, que estaban temblando de frío, por que el agua estaba muy fría, y ambos nos estábamos congelando.

¿Que, demonios te pasa por que corres? Lo miro, pues que cínico me va, matar y todavía pregunta, a caso no le pasa por si mente, que ese es el motivo, por el cual corrí.

- Y ahora, pienso, si me va ahogar aquí y dira que no sabía bañar, y me ahogue oh me va torturar hasta que le pida perdón.

— Quien no, correría por su vida digo. El me mira con sus ojos azules, algo confundido y se empieza a carcagearse, yo me quede atónito no entendí— nada aque esta, jugando. ¿Porque te mataría? Frunso mi ceño y lo miro de nuevo, con una mirada incrédula, pues por lo que paso en, la mañana en la manera en que le hable, por eso usted es el gran jefe, y yo pues solo soy la niñera de su sobrina, y ya.

- El me mira, con algo, risa en su rostro pero, la sonrisa que tenía, se había ido al carajo, oh otro motivo más, para que me mate, hago intento a soltarme, pero fracaso de nuevo.
- Yo jamás te mataría.

Vuelvo, mi mirada a el, ¿no me va a matar?. Con su otra, sacaría mi mejilla, y la otra, la tiene enrollada en mi cintura. No bajo mi mirada,  y  veo la al fondo, el si es grande, el esta parado, en el fondo, y me tiene levantada, mis pies colgados. Perdón, por pensar mal espero me disculpe dije algo apenada.

- Su mirada, vuelve a mi, me mira su mirada, es neutral, fría,  pero en el fondo, se que me va decir algo oh esta disfrutando algo si mirarme temblar de frio, por que me estoy, muriendo de frío y de miedo, el miedo, que tengo de enamorarme de el, y sufrir por que el, le gustan, las mujeres, y no las simples como yo, eso fue lo entendí ayer.

— Te perdono, con una condición, esa mirada, es pícara no entiendo, pero debo preguntar.¿Lo que sea solo diagme? Vuelve su mirada,  a mi, y me sonríe. No debí dar esa respuesta en ese tono.

- se me acerca y se pega a mi, quiero que me beses, quiero que me des un beso, como nunca se los haz dado a nadie y como nunca, besara a nadie solo ami.

— No soy, una experta, en eso, Sr dije con un hilo de voz. Pues quiero que practiques dice, veo sus hermosos ojos, estaban que brillaban, eso si lo conozco el quiere, que lo bese.

- Me acerco  a él, miro sus labios, y cuando empiezo a mover mis labios, sobre los de el, siento que están fríos, sigo con el beso, introduzco mi lengua, dentro de su boca y juegan, ambas, mis brazos los, subo a su cuello, y sus  manos, aprietan, más a su cuerpo, sacandome un gemido, oh Dios esto quiero, jamás separarme de él, por que lo hago para salvar mi, vida, o más bien, porque disfruto hacerlo no quiero, solo el beso, quiero más, quiero, que el me haga me haga suya, tengo mucho, frío, pero siento esa calor que se esta apoderando de mi, Kian Farina no me hagas, esto, por favor no quiero perder, no quiero enamorarme es malo, tu eres un mujeriego no, eres para mi.

- Recuerdo, cuando lo miré, con la pelirroja, aquel día, esa imagen me tiene traumatizada, no puedo, más, me separo de el, y lo miro aún sus ojos están cerrados, toco sus, mejillas, el los abre, sus dos océanos, y me devuelve la sonrisa, lo siento pero tengo frío, ya mis quijadas están temblando. El me sonríe y empieza a, salir conmigo, en sus brazos, sale, corriendo conmigo en brazos pasa la cocina, oh si que es fuerte, dije en voz alta, el me sonrió tan hermoso

LA PREFERIDA DEL JEFE MAFIOSO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora