Aria
~Por fin se fue, ese condenado hombre estaba logrando hacerme poner nerviosa y eso es algo que no me pasaba hace mucho tiempo. Y no voy a dejar que venga a meterse en mi cabeza. Hace años que no permito que nadie ocupe mis pensamientos y no me sucederá ahora con un tipo que está en pareja.~
Necesito concentrarme en el caso que ya por sí sólo eso me producirá el insomnio suficiente como para querer sumarle un motivo más. Y después de todo no creo que me cueste mucho apartarlo de mi mente ya que cada vez que puede, me recuerda lo insoportable que soy para él, pero así como en un momento lo quiero ahorcar con mis propias manos como cuando insiste en asustarme como lo hizo en el almacén, al siguiente hace que me comporte como una chiquilla. Porque cuando escuché su voz tan grave y varonil llamarme por mi nombre, creí que no podría cansarme nunca de escucharlo decir algo que por lo general odio escuchar en la voz de los hombres, y qué decir cuando me cargó sobre su cuerpo, maldita sea que me olvidé hasta del jodido dolor en el tobillo solo deseaba sentir su mano nalgueando mi trasero.
Tuve que hacer uso de casi todo mi auto-control para no excitarme y pedirle que me baje pero cuando lo hizo quise alejarme de su cuerpo lo máximo posible, el problema es que al intentar hacerlo mi dolor volvió y no tuvo mejor idea que apretarme más contra su cuerpo y eso hizo que el mundo temblara a mi alrededor. No fui capaz de mirarlo a los ojos porque creo que mis mejillas estaban tan rojas cómo dos fresas, dios... si hasta podía sentir los músculos de su brazo rodeando mi cintura y sus pectorales duros como un muro presionando contra mis pechos. Necesitaba con urgencia que liberase mi cuerpo o en cualquier momento sentiría mis pezones erectos a través de la tela de nuestra ropa.
~Que vergüenza dios santo, nunca me había pasado algo así y espero no vuelva a pasar, porque la ducha fría que me di cuando llegué al apartamento, creo que funcionó perfectamente. O de eso me tengo que convencer...~
Sacudo mis pensamientos para dejar de pensar en eso y me concentro en mi bolso que quedó en la otra punta del sofá, hay algo ahí que no fue del todo de mi agrado y necesito saber qué es.
Al abrirlo, me encuentro con las mismas páginas que vi dentro del depósito y que estaba comenzando a leer cuando ese tonto agente llegó a interrumpir.
Estaba concentrada leyendo una serie de hojas quemadas en algunas partes, mojadas por el agua de cuando apagaron el incendio en su celda y luego apiladas de forma desordenada dentro de un sobre. Lo único que alcancé a leer es un tipo de introducción escrita por el mismo Nikholay diciendo que escribiría su vida en un estilo de diario para que de alguna forma quien lea esas páginas conozca su historia, y eso es lo que voy a hacer en este momento.
Buscando entre las hojas sueltas, encuentro la que anuncia el primer capítulo de su vida...
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El diario de Nikholay
ActionLa detective especial Petrova es asignada a la investigación de la masacre ocurrida en Moscú. Pero a medida que la investigación avanza, la detective llega a un punto muerto cuando se encuentra con el nombre de Nikholay Malkov y una muerte sospechos...