Capítulo 14

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  Taylor

    ~Escéptica, fría, un poco loca y terriblemente guapa. Esa mujer está logrando alterarme de todas las formas posibles y si no consigo controlar mis impulsos terminaré cayendo como mosca en la miel por sus encantos...
    Y yo que creía que Eros era un debilucho por no hacer nada para resistirse a la tentación de Katherine, pero por momentos creo que lo entiendo, ya sea cuando tengo ganas de someterla a mi voluntad o cuando la quiero meter dentro de una caja de encomiendas y mandarla de nuevo a Rusia. Esa arpía hace que por momentos sienta como si me estuviera perdiendo a mí mismo, ¿qué es eso de ponerme celoso por un jodido murmullo que la escuché soltar anoche? Eso solo me hace convencerme de que tiene una relación personal con Malkov y todavía se da a la tarea de ofenderse y no hablarme.
    Es ella la que me cabrea y luego se hace la inocente para que tenga que ir tras ella esperando que vuelva a dirigirme la palabra. ¡Maldita sea! No puedo dejar que me controle, debo ser yo quien controle la situación. Si hay algo que he aprendido a la fuerza es que "Si no puedes explicar algo de forma simple es porque ni tú mismo lo entiendes." Y ella me hace sentir como si me estuviera perdiendo a mi mismo, eso no puede traer nada bueno así que cerraré la puerta de mis emociones con doble seguro para mantenerme frío e imparcial.~


    -¿Qué haces?- dice la voz a mi lado.

    -Creí que era obvio que estaba pensando.- le digo en tono burlón.

    -¿En mí?- dice la muy vanidosa y se gana que la mire molesto porque sí, estaba pensando en ella.

    -Dije pensando, no perdiendo mi tiempo.- le digo irónico y lo que menos esperaba, era que estalle en una carcajada que me deja perplejo ante el sonido que sale de su garganta y es tan alegre y contagiosa que tengo que hacer un esfuerzo enorme apretando la mandíbula para no sonreír junto con ella.

    -Hay perdón por la risa, pero es que ha sido buena esa respuesta. ¡Vamos, admite que también te divierte!- dice sin dejar de sonreír solo para que me moleste más porque me cuesta horrores resistirme.

    -No juegues conmigo. Mejor juega a la lotería que tendrás más probabilidades de ganar.- le digo con hostilidad desviando la mirada para que entienda que no me causa diversión alguna lo que intenta hacer pero en realidad es para que no me siguiera tentando con esa sonrisa dibujada en su rostro.

    -Jajaja... Niégalo todo lo que quieras, pero sé que en el fondo te mueres por saber más de mí, tu instinto de agente es más fuerte que tu...- dice con una perfecta sonrisa maliciosa y eso me da más bronca aún porque tiene razón. Pero ella no tiene por qué confirmarlo de mi boca.

    -Yo no ando pendiente de la vida de nadie, si a veces me vale madre la mía, imagínate la tuya.- le digo ahora sí poniendo en marcha el coche para marcharnos de la mansión Smith.

    -Tranquilo, todos somos hipócritas y vivimos llenos de odio, pero actuamos como si no fuera así. Después de todo, ¿Quién es perfecto?- dice ya más seria mientras se abrocha el cinturón y veo que ya se ha borrado esa linda sonrisa que tenía hace un momento.


    ~Eso me dejó muchas cosas en qué pensar, porque quiere decir que ella también está siendo hipócrita conmigo y está llena de odio.~


    Estaba a puto de ponerme a analizarlo pero una llamada entrante me distrae. Desviando la mirada hacia el identificador de llamadas de mi coche, veo que es Miller y suponiendo que tiene novedades del caso, lo atiendo por el altavoz.

    -Miller, estoy en el coche y la detective escucha.- me adelanto a advertirle porque no quiero que suelte algún detalle de la investigación que estoy haciendo en simultáneo para conocer hasta el último detalle de su vida.

El diario de NikholayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora