Capítulo 4 (diario)

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    Permanecí recluido en las sombras por tanto tiempo que hasta perdí la cuenta, pero en un momento me propusieron un importante negocio y sentí que necesitaba de mi intervención.

    Hoy no puedo decir si en realidad fue de mis mejores decisiones o no porque ha resultado de eso cosas buenas y malas a la vez.

    Como ya sabes, mi plan marchaba perfectamente bien hasta que puse un pie en esa maldita mansión y la vi bajar las escaleras. Desde ese mismo momento comprendí lo que las almas en pena dicen acerca del amor: "Amarás a quien no te ama por no haber amado a quien te amó."

    -Esa es mi próxima cicatriz.- fue lo primero que pensé mientras la veía acercarse, y aunque sus ojos no me hayan mirado, no estaba equivocado. A medida que la iba conociendo cada vez un poquito más, me daba cuenta de que era una perfecta combinación de las dos mujeres más importantes de mi vida; con el carácter y la personalidad indomable de Kisa y la inteligencia, perseverancia y fuerza de mi leoncita, sumado a la exótica belleza de ambas mezcladas. Entonces me obsesioné con ella, decidí que sería mía a cualquier costo, incluso llegó un momento en donde ya ni el maldito negocio me interesaba. Pero luego de incluso forzarla a estar conmigo y ver que aun así no podría quebrantarla, comprendí que lo único que deseaba en ese momento era su corazón. De nada sirvió, porque con el tiempo tuve que reconocer que no me pertenecía, entonces me di cuenta de que la vida es una maldita rueda y cuando dañas a la persona correcta, la incorrecta te enseñará cómo duele, porque sí, en el momento que me vi acorralado y sabía que la iba a perder lo hice otra vez...

    "Apreté el gatillo para matarla, pero no murió."

    Tardé un tiempo en saber que no la había matado a ella tampoco, a pesar de poseer una puntería excelente y querer acabar con la vida de las dos mujeres más importantes de mi vida, fallé en ambos casos. Sin embargo, esta vez no pude de refugiarme en la violencia, terminar en este agujero y con un viejo aburrido intentando meterse en mi cabeza me ayudó a comprender varias cosas. Como por ejemplo entendí que cuando permaneces por demasiado tiempo junto a las personas equivocadas te hacen creer que eres el mejor aunque te des cuenta de que en realidad te odian, sabes que solo eres miserable porque todo el mundo quiere ser tu enemigo y esperan a que tropieces y caigas para intentar tomar tu lugar.

    Pero la vida a veces es tan irónica... porque se necesita tristeza para saber qué es la felicidad, ruido para apreciar el silencio y la ausencia para valorar la presencia. Sin olvidar que una de las peores bromas que te jugará el destino, será conocer a la persona indicada en el momento equivocado.

    ¿Y te preguntarás cómo es que llegué a esa conclusión? Lo que sucedió es que cuando comprendí que tampoco había podido matar a Kitty, también entendí que algunas personas que son como esos libros. Esos que entran en tu vida en el momento equivocado porque no acabas de comprender sus páginas, pero que el tiempo insiste en que te los encuentres porque bien sabe que no era el momento lo que estaba errado, sino tu forma de ver las cosas.

    Entonces llegué a la conclusión de que te conocí cuando no podía ser, que siempre he sabido que eras el amor de mi vida, pero también me di cuenta de que no era mi turno, que no era el momento adecuado y que si dejaba que entraras en mi vida terminarías huyendo como lo hicieron las demás. Así que me convencí de que tenía que aprender a vivir aceptando que no estés, aun sabiendo que eres lo que más quiero en el mundo, pero además presintiendo que en tu vida ya no existirá un lugar para mí...

    Como quisiera estar contigo en este momento... Como quisiera mirarte a los ojos, estar a tu lado y sentir tu abrazo, tu voz, desvelarme contigo como lo hacíamos cuando éramos niños soñando con vivir en nuestro pequeño refugio, alejados de la sociedad y la maldad de las personas de todo el mundo...

    Como quisiera ir a buscarte y darte toda la felicidad y amor que quiero darte...


...

                                                               (2002 a 2 años de haber comenzado a escribir)

    Aquí estoy escribiéndote otra vez mi leoncita, no creas que me he olvidado de lo que dije sino todo lo contrario...

    ¡Y si...! ¡Ya sé que las voces en mi cabeza no son reales, pero hay veces que tienen unas ideas geniales...!

    Quizás te cueste un poco comprender mis palabras en cuanto te encuentres con esta carta, pero estoy seguro de que cuando llegue el momento cada pieza en tu cabecita encajará a la perfección porque eres incluso mucho más inteligente que yo y por eso sabrás qué hacer para conseguir todas las respuestas. Solo espero que estés lista para lo que está por venir y sepas comprender por qué hice todo lo que hice. No es casualidad que haya necesitado contarte mi vida en todo el tiempo que estuvimos separados, porque si hay algo que logré entender es que la historia de los villanos es mucho más entretenida que la de los héroes, porque los monstruos no nacen, son creados...

    ... Y es que piénsalo un poco, si matas a una cucaracha eres un héroe, pero si matas a una mariposa eres cruel... ¿La moral tiene criterios muy estrictos, no te parece?

    Para terminar tengo algunas preguntas para ti...

    ¿Te enamorarías de alguien aun sabiendo que al final morirá?

    Mi historia termina aquí, pero recuerda que siempre podremos volver a encontrarnos al inicio de este diario, y puede que todo esto me lleve a mi fin. ¿Pero sabes qué es lo mejor? Que al menos leíste hasta el final. Porque si te conozco lo suficiente podría asegurar que lo estarás leyendo y no solo eso, sé que irás hasta el final buscando las respuestas que te llevarán hasta mí.

    Tú eres mi amor prohibido, nos separa una página, pero nos unen más de mil palabras. Hoy comprendí que me suicidé de la forma más bonita que existe, me enamoré de alguien que no podía tener, pero todo eso cambiará en el momento en que tú solita vengas a mí...


                                                   El infierno está vacío, todos los demonios están aquí...

El diario de NikholayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora