Nunca voy a olvidar esos profundos ojos café mirándome con auténtico terror justo después de enterrar la navaja de mi padre en su abdomen bajo, quería matarla e iba convencido de que el puñal estaba dirigido a su corazón, pero cuando la tuve ahí al borde de las lágrimas por los matones de mi padre que la mantenían inmóvil, estaba a punto de ponerse a llorar como la niña que era en ese momento pero cuando me paré frente a ella en lugar de llorar y pedir auxilio, levantó la vista y me enfrentó intentando ocultar el miedo que sentía. No pude evitar sentirme más orgulloso de ella en ese momento porque veía en esos ojos a mi leona valiente decidida a hacerme frente a mí a todas las dificultades de la vida.
En ese instante me di cuenta que no tenía la fuerza para quitarle la vida, por más que lo intenté y quise convencerme de que era la forma de salvarme de que Malkov la use en mi contra y le haga daño, mi cuerpo no respondía, era como si esos profundos ojos se estuvieran robando mi energía y mi fuerza. Fue la primera vez que supe que no era capaz de matar a alguien a quién amaba, pero algo tenía que hacer para ponerla fuera de mi vida y aunque ella no haya sido capaz de percibirlo las lágrimas brotaron fuera de mis ojos cuando sentí como el acero penetraba en su carne tierna y blanca como la misma nieve que nos rodeaba en ese momento y con la que durante tantas noche soñé que algún día sería merecedor de tocarla y admirarla como lo haría con un ángel, soñaba con que fuera "MI ÁNGEL".
Pero el momento en que su caliente sangre tocó mi mano, caí en cuenta que esa sería una mancha que jamás podría borrar de mi cuerpo y de mi alma, fue como si el mismo demonio se metiera bajo mi piel y me haga ser consciente de que ya no podía hacer algo peor que dañar a la persona que más amaba en ese momento y que estaría condenado a vivir el resto de mi vida con esa maldición rondando en mi sistema.
Cuando mis ojos volvieron a abrirse y conectaron con mi leoncita, pude ver la vulnerabilidad que ocultaba tras el gemido que escapó de sus labios al ser consciente de lo que le había hecho y juro que sentí que me reconoció cuando le hablé al oído para decirle que si no era mía no sería de nadie más. No sé que me llevó a decirle eso en ese momento, solo me salió y estuvo a punto de decir algo antes de cerrar sus ojitos y terminar desmayada en mis brazos.
Los matones que estaban conmigo creyeron que la había matado, pero yo quería convencerme de que estaría bien e hice todo lo posible por asegurarme de eso antes de marcharme. Llamé a su padre desde un teléfono público sólo dándole la información de donde se encontraba su hija herida y también me aseguré de dejar cerca de su cuerpo la navaja de mi padre biológico para que entienda el mensaje de que era el responsable y debía alejarla de mí lo más rápido que pueda.
El señor Petrov era un buen policía y sabía que no podría obtener justicia sin meterse con un criminal tan poderoso como lo era mi padre adoptivo y que la mejor opción sería desaparecer de nuestro radar.
En cuanto a mí, me juré por la sangre de ella que aún permanecía fresca en mis manos que no intentaría buscarla nunca más y la dejaría vivir su vida feliz y como una reina, encontrando a su verdadero amor que la tratase como verdaderamente se merecía y yo nunca podría haber logrado.
Con lo que no contaba, fue con los ataques de pánico y ansiedad que siguieron a ese hecho y lo paranoico que me volví escuchando su voz en las noches llamándome y preguntándome por qué. Las voces en mi cabeza me estaban volviendo completamente loco y necesitaba callarlas de alguna forma pero no encontraba cómo.
Pasé los años de mi adolescencia en una depresión constante que no me dejaba respirar, porque no hay nada más aterrador que luchar con tu propia mente todos los días. En muchas ocasiones intenté quitarme la vida creyendo no tener otra opción porque la necesidad de callar esas voces en mi cabeza eran más fuertes que yo, llegué al punto en el que escuchaba las voces de mi madre adoptiva y mi leoncita diciéndome que no cometiera una locura cuando estaba a segundos de quitarme la vida, eso me debilitaba de tal forma que ya no encontraba el valor de hacerlo incluso si esas dos mujeres ya no estaban en mi vida por mi culpa, sus voces calmaron mis demonios más de una vez.
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El diario de Nikholay
ActionLa detective especial Petrova es asignada a la investigación de la masacre ocurrida en Moscú. Pero a medida que la investigación avanza, la detective llega a un punto muerto cuando se encuentra con el nombre de Nikholay Malkov y una muerte sospechos...