Capítulo 32

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    Por suerte no permaneció mucho tiempo inconsciente o habría terminado como un colador, porque si bien no pesa 150 kg como el tipo de afuera, la altura es la misma y sería casi imposible que pueda levantarlo. Simplemente lo dejé unos minutos sentado con su espalda contra la pared con la intención de que la herida de su brazo no siga supurando tanto mientras arrastraba hacia adentro los cuerpos que dejé afuera de la caseta y mientras entraba el último y más pesado jalando desde una de sus piernas como si de un animal se tratara, Taylor despertó y comenzó a seguir mis movimientos con la mirada mientras su ceño fruncido me dice que está volviendo en sí.

    -¿Pensabas también sacarme a mí de esa forma?- me pregunta mientras se queja un poco al ponerse de pie.

    -Bueno, no voy a mentirte y decirte que eso nunca cruzó por mi mente, pero quizás habría sido un poco más gentil contigo, este matón se merece tener varios raspones cuando despierte para que no se olvide de mí.- le digo con una sonrisa maliciosa.

    -Un momento, ¿No estarás hablando en serio? Si lo dejas con vida irá por ti cuando despierte.- me dice serio.

    -Es lo que pretendo, en realidad estoy segura de que no irá por mí sino que llevará el mensaje al capitán y cuando decida tomar venganza por lo de su sobrino lo estaré esperando.- le digo tranquila mientras salimos de la caseta y vuelvo a cerrar la puerta como estaba.

    Pasará un buen tiempo antes de que alguien encuentre los cuerpos si es que el grandote no despierta, no creo que lo haya asfixiado, pero en ese caso, nadie los encontraría porque este viejo cementerio está prácticamente abandonado. Para ser sincera creo que soy una de las únicas personas que siguen frecuentando el lugar. Pero bueno, en realidad confío en que el oso despertará de su hibernación e irá con el cuento de que una mujer lo atacó y mató a su sobrino. Con suerte eso llevará al capitán a cometer varios errores en su búsqueda de venganza y me facilitará las pruebas que necesito para encerrarlo por muchos años.

    -Sabes que no dejaré que vuelvas a ponerte en riesgo Aria, ya es suficiente, te vendrás conmigo y seré yo quien te mantenga a salvo.- dice de repente con voz autoritaria como si le estuviera hablando a una niña pequeña diciéndole que no puede salir sola a la calle o el lobo la comerá.

    -Te llevaré hasta mi refugio para que cures la herida de tu brazo y luego podrás volver a la seguridad de tu país. No necesito una niñera que cuide de mí.- le digo sin dejar de caminar hacia la motocicleta que dejé afuera del cementerio.

    -No te estaba preguntando, no pienso ir a ningún lado sin ti ni permitiré que sigas poniéndote en peligro.- dice y ahora sí se acabó mi paciencia.

    Me detuve de golpe y giré para enfrentarlo cara a cara a menos de 15 cm uno del otro.

    -Mira Dominik, te voy a decir esto una sola vez. Mi único padre está enterrado ahí a menos de 100 metros, él era el único hombre que podía decidir por mí y decirme lo que puedo o no hacer. Tu no eres él ni eres mi dueño, ¿qué te hace creer que accederé a ir contigo?- le digo furiosa y él responde con la misma efusividad.

    -Porque yo me preocupo por ti, porque llevo más de una semana viajando desde que supe lo que te había pasado con la esperanza de encontrarte con vida solo para que me rechaces como lo hiciste y ahora me dices que quieres morir en manos de ese capitán al que le estás dejando un mensaje en esa caseta. ¿Cómo te explico que lo único que quiero es ponerte a salvo?- dice casi a gritos.

    -¡¿Qué mierda pretendes de mi Taylor?!- le digo con un grito casi histérico. -¿Qué quieres, acaso crees que me llevarás a vivir contigo y me convertiré en una ama de casa excepcional, que te esperaré con la cena lista cuando vuelvas de trabajar, que nos casaremos y tendremos muchos hijos? Creí haber sido bastante clara cuando te dije que conmigo eso es algo imposible, que estoy completamente rota y nunca serviré para cumplir con esas expectativas...- hice una pausa para intentar calmarme.

El diario de NikholayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora