Capítulo 25

654 88 13
                                    

Aria

    -¿Qué está pasando aquí, por qué están en la sala de control y no con la sospechosa?- pregunté al notar a cuatro hombres mirando una pantalla sin prestar atención a mi llegada con excepción de Taylor que no deja de mirarme furioso y un poco agitado como si tuviera que controlarse como si con mi sola presencia lo hubiera molestado o estuviera intentando entender a una raza desconocida.

    -Te demoraste demasiado, ¿Está todo bien?- de repente suaviza su expresión como si tuviera doble personalidad y me hace esa pregunta intentando parecer preocupado, pero sé que finge su interés porque no le intereso en lo más mínimo, solo está intentando descubrir si le estoy ocultando algo.

    -Todo está bien agente, no me ha respondido. ¿Dónde está Kisa?- le pregunté reafirmando mi postura y enfrentando la soberbia con la que me mira al escuchar mi respuesta.

    -Ha sido liberada como lo habíamos acordado, usted se demoró más de la cuenta y no podemos estar esperando que resuelva sus asuntos personales o lo que sea que estuviera haciendo allí afuera porque no somos sus empleados ni estamos a sus órdenes, mucho menos en lo que respecta a la sospechosa en custodia de Interpol.- dice con una hostilidad en su voz que no había escuchado nunca y no puedo evitar que me haga sentir mal, por un instante me recordó a las veces en las que mi esposo me trataba de esa manera como si no fuera más que una egoísta e inservible. Pero aprendí a controlarlo y ocultar esos sentimientos hace ya mucho tiempo.

    -Ok, no hace falta que se ponga agresivo agente, con un simple "ha sido liberada" era suficiente. Pero ya que lo dice, ¿Cómo se aseguró de que la sospechosa no escape?- le pregunté usando el tono más distante de emociones posible.

    -Instalamos un rastreador entre sus objetos personales.- dice mientras lo esquivo para acercarme a la pantalla donde están siguiendo un puntito rojo que parpadea trazando un recorrido.

    -¿Hay alguien siguiéndola?- pregunto sin despegar mis ojos de ese pequeño punto que parece moverse sin sentido.

    -Tiene instalado un rastreador, y es mucho más seguro a que note que alguien la está siguiendo.- dice y yo tengo que morderme la lengua de la rabia por decir lo primero que pasa por mi cabeza.

    -Ella no está ahí, ha encontrado el rastreador y se deshizo de él. Apuesto que en algún vehículo de transporte público, un autobús, un taxi o el metro.- le digo y veo en sus ojos que está listo para cuestionarme por sugerir que una mujer ha burlado a agentes expertos de la Cia y luego otra les hace notar su error.

    -No tengo motivos para creer que ha encontrado nuestro rastreador.- dice cortante.

    -¿Entonces qué pierdes con comprobarlo? ¿O pretendes que te envíe un texto cuando llegue a su lugar de destino? Se está moviendo por la ciudad sin sentido coherente.- digo y cuando quiero explicar mi punto, ahora es el agente Cook el que me interrumpe.

    -No hay necesidad del sarcasmo detective. Como ya le dijo mi jefe de equipo, no estamos a sus órdenes en lo que respecta a esta sospechosa así que tendrá que darnos algo más que una suposición para intervenir.- dice y no sé qué fue lo que les pasó a estos hombres en mi ausencia, pero están intratables, si fueran mujeres diría que están en su período hormonal por lo susceptibles que se encuentran.

    Y si no fuera porque necesito de su ayuda y sus recursos en este momento, ya los habría dejado afuera y continuaría mi camino sola como lo suelo hacer.

    -Eso intentaba hacer antes de que me interrumpa agente Cook. No intento pasar por sobre su jefe ni tratarlos de incompetentes, pero si prestan atención a la pantalla, el rastreador se está moviendo por el centro de la ciudad, sobre todo por el área comercial. ¿Cree que luego de haber estado más de 24 hs cautiva y sabiendo que puede estar en peligro, va a salir de aquí y dirigirse hacia la primera tienda que encuentre para comprarse ropa? ¿O cree más lógico que intente escapar de quienes la persiguen incluyéndonos a nosotros?- le digo bajando varios tonos en mi voz para que no se sientan atacados.

El diario de NikholayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora