Capítulo 33

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  Taylor

    Nunca creí que coincidiría con el insoportable de mi compañero cuando se ponía en papel de romántico e intentaba darme consejos sobre encontrar a la famosa "Mujer correcta."

    Hoy entendí uno de todos esos sermones y justo el que me resultó más extraño porque usó una frase que me fue difícil de comprender al menos hasta este momento:

    "Físicamente encajas con quien sea, pero el alma no vibra con cualquiera."

    Es exactamente lo que sentí, fue como un temblor en todo mi sistema cuando por fin su cálido pecho estuvo en contacto con el mío, y aunque me muero de deseo por enterrarme en su interior, así, en la posición en la que estamos con su cuerpo completamente relajado, con la respiración suave y los leves suspiros que suelta mientras acaricio su cabello, me siento pleno. Siento que no puede faltarme nada en este momento y esa sensación no la había experimentado antes en mi vida, nunca una mujer me hizo sentir tan completo como ella y por más que parezca hermoso en realidad es aterrador.

    Sé que es complicada y terca pero no la juzgo, comprendo perfectamente que detrás de esa mujer fuerte e independiente hay una niña que tuvo que aprender a recuperarse y nunca depender de nadie, y la carita con la que me miró justo antes de cerrar sus ojitos me dio la certeza de que estaba en lo cierto con lo que le dije y fue una completa confesión lo que salió de su preciosa boquita.

    No creo que mañana lo recuerde porque parecía estar tan relajada que habría jurado que hablaba dormida si no fuera porque acababa de acostarse sobre mí. Y después de lo que hemos pasado no creo que tenga muchas opciones, esta mujer me ha atrapado como ninguna otra.

    Nunca fui un romántico ni me interesó siquiera encontrar la mujer ideal, pero recuerdo que cuando conocí a la casera de Eros, (en esos tiempos que nos dedicábamos a causar estragos, en ocasiones llegamos a estar hasta con tres mujeres en una misma noche.) Eran tiempos en los que no pensábamos precisamente con el cerebro y poco nos importaban los sentimientos de las mujeres, es más, creo que con la mayoría era mutuo, nosotros intentábamos olvidar los horrores de la guerra y ellas disfrutaban de "buenos especímenes" o así fue como nos llamó una mujer mayor una vez. En fin, una vez Alice nos dijo: "-Sabrán que están enamorados el día que en lugar de mirar su cuerpo, se queden mirando sus ojos.-"

    Sus ojos me tienen completamente preso, su cuerpo es el más perfecto que he visto en mi vida y el que me calienta como ningún otro, pero cuando ingresé a esta habitación para pedirle una toalla ya que en el baño no había, casi me descompongo al ver como tenía su espalda, con los hilos de sangre corriendo por su blanca piel...

    ¡Dios! No puedo explicar el torbellino de emociones que cruzó por mi cuerpo al pensar en el dolor que tuvo que haber soportado y el que de seguro también sentía en ese momento, luego me invadió la furia y la sed de derramar la sangre de los responsables de causarle tanto daño para que luego me llegue el sentimiento de culpa por haber permitido que pase por todo eso. Sé que era imposible que lo supiera con anticipación porque ni siquiera ella sabía a lo que se enfrentaba, pero no pude evitar sentirme responsable por no haberle creído cuando descubrí que estaba fuera del caso.

    Y al final terminé por experimentar un deseo que casi hace que acabe en mis pantalones luego de que sentí una leve brisa correr por la habitación viendo como sus pezones se erizaron y con ellos también lo hizo mi polla, fue una respuesta automática como si estuviéramos conectados, por eso creo que estoy condenado, porque hasta ese momento no me había dado cuenta de que estaba completamente desnuda de la cintura para arriba y el deseo por morder esos preciosos diamantes fue tan fuerte que tuve que hacer uso de todo mi autocontrol para no quedar como una bestia y lanzarme sobre sus pechos cuando ella estaba sufriendo dolor y yo pensando en mi propio placer. Cuando logré controlar mis instintos parecía que escuchaba en mi mente la voz de Alice diciéndome que ya estaba jodido para siempre.

El diario de NikholayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora