Capítulo 7

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Taylor

    ~Condenada y terca mujer que me saca continuamente de mis casillas. Me pone de los nervios cuando me desafía constantemente con esa actitud que tiene, altera todos mis sentidos y me pone en un alerta constante intentando descifrar cuál será su próximo movimiento. ¡Maldita sea! ¿Qué es eso de nombrarme sus labios en plena discusión para intentar distraerme? ¿Y eso de llamarme por mi nombre? Joder. ¡Creo que me sobran los dedos de una mano para contar las personas que conocen mi verdadero nombre y ninguna me llama a diario por el, creo que ni Débora me ha llamado por mi nombre porque nunca se lo he dicho, y esta atrevida mujer con su acento peculiar se atreve a nombrarme casi provocando un cortocircuito en mis neuronas por las sensaciones que me provocó escuchar ese sonido a mi parecer tan sensual salir de sus condenados labios!

    Si no fuera porque estaba y aún estoy furioso por saber que tuvo o tiene una relación con Malkov, habría caído en su trampa como mosca en la miel y no puedo evitar que eso me fastidie como el diablo. Esa mujer es todo lo opuesto a lo que busco tanto física como mentalmente nunca me relacionaría con una mujer tan independiente y con un carácter tan de mierda como el de ella, no sé si es porque no he conocido nunca a una mujer así, o porque simplemente sé que un intento de relación donde no sea yo quien domine la situación, para mí sería un completo fracaso...~


    -Si que estás pensativo hermano hoy...- la voz de Eros me saca de mis pensamientos cuando sin darme cuenta he llegado al patio trasero de su casa.

    Caminaba tan metido en mis pensamientos que no me había dado cuenta de que ya estaba en el primer cumpleaños de mi ahijado Apolo Cook.

    -Creo que me voy a volver loco antes de que termine el año.- le digo antes de saludarnos como siempre lo hacemos.

    -¿Querrás decir que te van a volver loco?- dice con sorna y se gana un golpe en las costillas que lo hace reír y quejarse al mismo tiempo.

    -No te atrevas a burlarte porque no lo comprenderías esa detective es el mismo demonio en persona y el ser más insoportable de la faz de la tierra.- le digo casi como una queja dolorosa.

    -Si ha logrado alterarte de esa forma sinceramente creo que algo de razón debes tener, tienes una cara terrible.- dice y ya solo me resta esperar a que me haga la pregunta, sé que presiente que algo no va bien con el caso y aunque sabe que no tiene que preguntar, si lo hace sé que no podré mentirle y decirle que todo está bien cuando existe la posibilidad de que ese hijo de puta siga con vida.

    -¡¡Padrino!! Que bueno que has llegado...- la voz de Katherine me salva de la inminente pregunta de su marido y agradezco al cielo que haya llegado justo a tiempo.

    -Katherine, Apolo qué alegría verlos... ¿Quién cumple los años hoy?- pregunto emocionado y mi pequeño ahijado levanta sus dos manitos con alegría mientras me acerco a dejarles un beso a cada uno, pero el ceño levemente fruncido de la mujer de mi amigo me hace saber de antemano que algo no anda bien.

    -¿Estaban ustedes dos hablando de trabajo?- dice acomodando al pequeño Apolo en su cadera y poniendo su otro brazo en jarra.

    -Eee... Claro que no, o por lo menos no habíamos empezado aún.- dice Eros rascándose la nuca en clara señal de que sabe que es inútil intentar mentirle a su mujer.

    -Ya les he dejado en claro varias veces que en reuniones familiares está prohibido hablar de trabajo. Así que no quiero verlos cuchicheando por los rincones. ¿Está claro?- dice seria apuntando con su dedo acusador a mi amigo, y no puedo evitar sonreír porque eso me salvará por lo menos por este día de ser sometido al interrogatorio del agente Cook.

El diario de NikholayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora