Mis ojos se abren automáticamente cuando no aguanto más el calor en mi cuerpo, estoy como si hubiese corrido durante cuarenta minutos seguidos. Además, siento un fuerte pinchazo en mis sienes, y mi cabeza parece que está a punto de explotar.
Esto es lo que odio de beber alcohol, la resaca que te deja al día siguiente. Pero bueno, creo que mereció la pena, ayer me lo pasé bastante bien.
Sigo sin saber porque tengo tanto calor, hasta que reconozco la habitación en donde estoy. Es la de Emma y mi calor proviene de ella, porque la tengo encima de mí ahora mismo.
Miro hacia abajo, y veo a Emma acurrucada encima de mi cuerpo. Tiene la cabeza apoyada en mi pecho y está rodeándome con los brazos y las piernas. En otro momento disfrutaría de esto, pero ahora mismo tengo el suficiente calor como para querer quitármela de encima.
La muevo con cuidado de no despertarla y me levanto, dirigiéndome al baño. Cuando entro, echo agua muy fría en mi cara y en mi nuca, para ver si así puedo disminuir el calor corporal que tengo. También, cojo el cepillo de dientes que tengo en casa de Emma y me lavo los dientes. Cuando termino de asearme, salgo y me muevo por la habitación, sin estar muy segura de lo que hacer ahora.
Emma sigue durmiendo en la cama, sin enterarse de nada, y decido que debería de avisar a mis madres de que estoy bien.
Me acerco a su escritorio y me siento en la silla. Luego, cojo el móvil y pongo un mensaje en el grupo que tenemos las tres. Mamá, la que lo lee primero, me dice que vale, y que lo pase bien. Voy a contestarle, pero algo llama mi atención y dejo de lado el móvil.
Cojo una pequeña libreta, de color negro e inmediatamente la reconozco de haberla visto en otras ocasiones. Es el cuaderno de dibujo de Emma. No lo abro, básicamente porque es privado y, para ser sinceros, a mí no me sentaría bien que viesen algo mío, que se supone que es privado. Menos sin preguntarme. Pero eso no quiere decir que no quiera ver que hay dentro, la verdad es que quiero verlo, pero me abstengo.
—Puedes abrirlo.
Me sobresalto cuando oigo la voz de Emma a mis espaldas. No sé en qué momento se ha levantado. Me giro para verla. Tiene el pelo medio despeinado, las mejillas un poco sonrojadas, y viste uno de sus típicos camisones de satén, esta vez uno de color negro, el cual la hace lucir muy bien. Dios, está guapísima así. ¿Qué digo? Siempre está guapísima.
—¿Cuándo coño te has levantado? —Pregunto, espantada.
—Hace poco. Puedes abrirlo si quieres —repite, refiriéndose al cuaderno.
Hago caso y lo abro, apreciando los dibujos. La mayoría son retratos de personas, su especialidad. También hay algunos de animales y otros pocos de cosas que inventa ella. Ahora mismo estoy viendo un dragón violeta de tres cabezas, con colmillos y garras azules y lo cabalga una especie de mujer de ojos blancos y piel azul.
—Se supone que es una diosa de los dragones que puede controlar el agua —me explica la historia. Una vez Emma me contó que lo que más le gustaba de los dibujos inventados, era la historia que podías crear detrás de ellos—. El dragón tira hielo por la boca, aún tengo que terminar algunos detalles. Sé que no está muy bien, pero bueno, es que ese tipo de dibujos me cuestan más y...
—Cállate.
—¿Qué?
—Que te calles —levanto la vista del dibujo para fijarla en ella—. Esto está genial, Emma, como siempre. Aun no entiendo cómo vas a estudiar otra cosa que no sea arte.
—Margot... —Murmura, agachando la cabeza.
—Lo sé, vale, ahora la que se calla soy yo —suspiro—. Pero no digas que esto está mal. Ni en mil vidas podría dibujar nada parecido. Tienes demasiado talento.
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Todo por un Sí - #1 [Editando]
Teen FictionMargot quiere estar con Emma. Margot no aguanta ver a Emma con alguien más. Margot quiere a Emma para ella. Cuando un día Margot decide aceptar una propuesta de Emma no puede dejar de pensar en lo tonta que ha sido, pero... ¿Qué pasaría si con ese...