CAPÍTULO 13

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Emma.

Era el día del festival de música.

Había pasado más de un mes desde el día en que Margot vino a mi casa a enseñarme el piercing que se había hecho. Por cierto, ya lo lleva bastante bien, aunque no se lo puede cambiar hasta que pase otro mes.

Acabo de terminar de arreglarme, voy sencilla. Hay que hacer un viaje de casi tres horas y no me apetece estar incómoda en todo el trayecto. Son las tres de la tarde  y el festival empieza a las siete y media. Así que, aún hay tiempo y no tengo que ir con nervios.

Al final, Emily y Keith también se apuntaron. O sea, que vamos los seis. Ellos van en un mismo coche. Alex, Ethan y Hayley en otro. Y Margot y yo, en otro. Concretamente, en el de ella.

Bajo al primer piso a esperarla y, unos diez minutos después, aparece tocando el claxon, en una señal para que salga. Salgo y ando hasta su coche. Cuando llego, baja la ventanilla del lado del copiloto y habla.

—¿Ha pedido un taxi? —Sube y baja las cejas continuamente. A mí se me escapa una risa antes de abrir la puerta y subir al asiento.

—Sí —decido seguirle el juego—. ¿Cuánto me va a costar?

—Oh, nada, muy barato. Mil dólares la hora.

—¿Solo? —Pregunto con sarcasmo, obviamente es una barbaridad—. Pues menos mal, yo pensaba que iba a ser más caro.

—Para nada, señorita. Aquí nos preocupamos por el bienestar de la cartera de nuestro cliente.

—Ya veo —nos miramos unos segundos antes de empezar a reírnos—. Anda, arranca ya, se nos va a hacer tarde.

—No se nos va a hacer tarde —dice, mientras arranca el coche—. ¿O es que dudas de mis dotes de conducción?

—Para nada —aseguro, antes de estirar mi mano hacia el reproductor de música y encender la radio.

No hablamos mucho durante el trayecto. Y tampoco es que haga falta, estamos en un ambiente bueno, demasiado bueno, diría yo. La verdad es, que desde mi percepción, ha cambiado algo entre nosotras, no sé lo que es, pero a mí me gusta y con eso me sirve.

Seguimos el trayecto hablando y escuchando música. De vez en cuando, miro de reojo a Margot, aunque aparto la mirada enseguida. Mi mente traicionera solo me recuerda el beso que compartimos en Halloween. No me arrepiento del beso, sinceramente. La elegí porque quería comprobar y aclarar algunas cosas, y creo que puedo decir que lo he conseguido. Aunque no hemos hablado de ello, culpa mía. Cuando ella intentó sacar el tema, cambié la conversación en cuestión de segundos. Temía que si hablábamos de ello, pudiese decir cosas que aún no estoy preparada para decir. Ni siquiera me las puedo admitir a mí misma.

Dos horas y cuarenta minutos después, estamos entrando en el aparcamiento del sitio en el que se va a celebrar el festival.

Está todo abarrotado de personas, cada una con estilos muy diferentes. Hay gente con las entradas en la mano, otra gente echándose fotos, gente buscando aparcamiento, etcétera. También hay bastantes coches que están saliendo del aparcamiento, supongo que no habrá sitio para aparcar. En la entrada estándar, no te daban plaza fija, iba por orden de llegada. Menos mal que nosotros llevamos las entradas vip.

Cruzamos un pequeño túnel y llegamos a los aparcamientos reservados. Nuestra plaza es la trescientos dos, así que nos vamos para la zona tres y, cuando llegamos, giramos y enseguida divisamos nuestra zona para aparcar.

—Las seis de la tarde —me habla Margot—. Y decías que llegábamos tarde —rueda los ojos—. Ahora me debes algo.

—No recuerdo haberme apostado nada.

Todo por un Sí - #1 [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora