Creo que, sin duda, este es el viaje que más ilusión me hace. O sea, estoy yendo al Caribe con mi novia, ¿qué más le puedo pedir a la vida?
El hotel donde nos alojamos está, literalmente, al lado de la playa. Salías del hotel y, dos pasos después, estás pisando la arena. Nuestra habitación está en el penúltimo piso del hotel. Es preciosa y sencilla a la vez. Tiene lo necesario, una habitación, un cuarto de baño y un espacio con una mesa y cuatro sillas. Además, tiene un pequeño balcón por el que puedes ver los alrededores.
Me sobresalto por el chillido de Emma.
—¿Qué pasa? —Pregunto, preocupada, entrando de nuevo en la habitación, ya que estaba en el balcón.
Se lanza sobre mí. Me rodea el cuello con los brazos y la cintura con las piernas y me besa. Son muchos besos cortos y seguidos, de los que no me quejo. Tendría que estar loca para hacerlo.
—¡Esto es genial, Margot! ¡¿Has visto lo que es este sitio?! —Chilla, emocionada, con una sonrisa que no le cabe en la cara—. Dios, ¿has visto la habitación? ¿Y el baño? ¿Has visto la ducha que hay? Es enorme, tiene chorros y...
—Emma, cariño, tranquilízate, te va a dar algo.
Suelta otro chillido de emoción y me abraza con más fuerza, apoyando su barbilla en la zona entre mi cuello y hombro.
—Te quiero muchísimo, Margot.
—Y yo a ti.
Vuelve a mirarme y me besa de nuevo, profundizándolo esta vez. Me siento en la cama y ella queda a horcajadas sobre mí. Agarra mi cara con sus manos mientras su lengua se cuela en mi boca, mareándome.
Cuando se separa, no me deja mucho tiempo de disfrutar el tenerla así, porque se incorpora apresuradamente y empieza a moverse ansiosa por toda la habitación.
—Venga, vamos a la playa. No nos podemos quedar aquí todo el día.
Suelto una risa mientras me levanto y empiezo a cambiarme. Me pongo un bikini color mostaza y un vestido ligero encima. Me entretengo con mi móvil mientras Emma se pasea por la habitación, haciendo de todo menos cambiarse de una puta vez.
Cuando ya no lo soporto más, hablo.
—¿Puedes dejar de dar vueltas? —Pido, frustrada—. Menos si vas con ese bikini diminuto. ¿No ves qué me distraes?
Se acerca con una sonrisa inocente.
—¿Te estoy distrayendo?
—Sí, eso es lo que haces.
—¿Y por qué te distraigo?
—Porque te estás paseando delante de mí con esos dos trozos de tela que no te tapan nada, y en lo único en lo que puedo pensar es en las ganas que tengo de follarte. Así que, hazme el favor, y ponte ya la ropa.
—¿Y si no lo hago? —Se acerca más, presionando su cuerpo contra el mío.
—No pienso caer, rubia manipuladora —la apunto con un dedo—. Vístete ya.
—Vaaale —rueda los ojos—. Aburrida —se da la vuelta y aprovecho para estampar mi mano en su culo—. ¡Oye! —se gira, con fingida indignación.
—¿Qué?
—Acabas de tocarme el culo.
—¿Te molesta? —Enarco una ceja.
—No.
—Mejor, porque pensaba seguir haciéndolo.
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Todo por un Sí - #1 [Editando]
Teen FictionMargot quiere estar con Emma. Margot no aguanta ver a Emma con alguien más. Margot quiere a Emma para ella. Cuando un día Margot decide aceptar una propuesta de Emma no puede dejar de pensar en lo tonta que ha sido, pero... ¿Qué pasaría si con ese...