Todo por un Sí - #1 [Editando]

CAPÍTULO 14

No he podido dormir más de dos horas en toda la noche. Cuando cerraba los ojos, mi cabeza reproducía lo sucedido en el festival, acabando por la parte en la que Emma y yo nos peleamos.

La verdad, lo que más me había molestado no había sido lo que hizo en sí, si no que fuese ella quien me lo había dicho. Si hubiese sido otra persona, probablemente la hubiese mandado a la mierda, pero este no era el caso. Era ella la que me había dicho que siempre quiero joderlo todo, joderla a ella. Y, para colmo, le dije lo que llevo años guardándome. Ahora, ha sido revelado por una pelea en la que, al menos yo, no salí beneficiada.

Me hubiese gustado que, si alguna vez le llegaba a decir esas palabras, hubiese sido en una situación más bonita. Sentir esos nervios antes de decírselo y experimentar las risas tontas que te salen porque estás demasiado nerviosa. Me hubiese gustado experimentar eso, pero no ha sido posible, en vista de lo que ha pasado.

Después de estar un poco más de una hora despierta, aún seguía en la cama, mirando al techo, reflexionando en lo que pasó y, de vez en cuando, me entraban ganas de llorar y, también, de vez en cuando, lo hacía.

Ahora mismo, estoy estática. He dejado de llorar y lo único que he movido en la última media hora, han sido mis párpados.

Hayley se fue de madrugada, vi el mensaje que me mandó una de las primeras veces en las que me he despertado esta noche. A eso de las cuatro de la mañana, más o menos.

Tenía que volver a casa.

Si necesitas algo llámame <3

También, mi teléfono ha estado a punto de colapsar. Tengo treinta llamadas perdidas de Emma, junto con otros treinta mensajes.

Perdóname.

No quería decirte eso.

Dios, lo siento tanto.

Me he comportado como una idiota, perdóname por favor.

No es tu culpa, perdón por hacerte creer que sí.

Estaba enfadada con el mundo. Sé que no es excusa, pero es que tú estabas... No puedo decírtelo por mensaje. Necesito hablar en persona.

Por favor, Margot.

Lo siento.

No le he contestado a ninguno, la verdad es que no tenía ganas de hablar con nadie, menos con ella.

Suspiro y, por fin, me levanto de la cama. Me miro al espejo y veo que estoy hecha un desastre, el pelo despeinado, ojeras que dicen por mí la noche que he pasado, restos del maquillaje de ayer... En fin, un verdadero desastre.

Decido meterme a la ducha, con la finalidad de despejarme y arreglar un poco mi cara.

Entro al baño y me quito el pijama, acto seguido, me meto en la ducha y abro el agua caliente. Dejo que el calor del agua se adhiera a mi piel mientras siento cómo me relajo, poco, pero algo del peso que tenía sobre mis hombros desaparece.

Intento dejar la mente en blanco, al principio, es complicado. Como ya he dicho, cada vez que cierro los ojos, las imágenes de ayer llenan mi cabeza, pero, al final, consigo al menos no pensar en eso.

Estoy como cuarenta minutos debajo del agua y, cuando ya creo que es suficiente, salgo. Me pongo la ropa interior, la sudadera y el pantalón que había cogido antes y empiezo a cepillar mi pelo. Cuando termino, me quedo unos minutos mirándome al espejo, sin hacer nada. De repente, un sollozo me golpea y, en menos de un minuto, estoy llorando, otra vez.

Me siento en la primera superficie plana que encuentro y abrazo mis piernas, intentando darme algo de apoyo. Después de un tiempo, cuando ya casi me he calmado del todo, unos golpes en la puerta del baño me sobresaltan.