Hacía ya cuatro días en los que no he hablado con ella. La última interacción que tuve fue un mensaje suyo en el que se podía leer:
Sé que necesitas tiempo, no te preocupes, tómatelo.
Te estaré esperando.
Siempre.
No le respondí, supongo que con ese mensaje no hacía falta respuesta.
Habían sido días incómodos, no pude quedarme más días que el lunes en casa, porque mis madres sospecharían que me pasaba algo y no quería dar explicaciones, por lo que tuve que ir al instituto y verla. En cada clase que compartíamos, siempre la veía en su sitio habitual, en nuestro sitio y, siempre que la veía, me alejaba e intentaba ponerme en la otra punta del aula. A veces, compartíamos miradas, y no sabría decir quién era la más rápida en apartarla.
Por otro lado, he hablado bastante con Hayley y Emily. Hayley ha estado preguntándome por cómo estaban mis ánimos y todo eso. Emily también ha estado encima de mí, y supongo que al igual que con Emma. Me preguntó que si nos había pasado algo, que las dos estábamos bastante ausentes desde el festival. Eso, sin contar que yo desaparecí junto a Hayley a la mitad.
Le conté todo lo que pasó, obviando detalles que no eran mi asunto, si alguien debía contárselos, esa era Emma.
Me dio apoyo, al igual que Keith horas después, supongo que Emily se lo contó después de que yo se lo contase a ella. No me importa que se lo haya dicho, siempre hemos sido muy abiertos entre nosotros cuatro, nunca han habido secretos y, cuando los había, siempre nos pillábamos unos a otros porque ninguno de los cuatro sabía mentir.
Por eso la única vez que intentamos hacer una fiesta sorpresa de cumpleaños, para Emily en concreto, esta nos pilló una semana antes porque yo pregunté delante de ella quién era el encargado de comprar los globos.
Sí, un desastre.
Desde ahí no hemos hecho más fiestas sorpresa ni nada parecido, porque tenemos más que comprobado que nunca nos saldrán bien. No nos sabemos mentir entre nosotros y, en realidad, creo que es bastante bueno.
Salgo de mis pensamientos cuando escucho que llaman a la puerta de mi habitación. Levanto la vista del libro que tenía en la mano, el cual hace tiempo que ya no estaba leyendo. Me es imposible concentrarme con nada ahora mismo.
—Pasa.
Mamá aparece, aún con la ropa del trabajo y la coleta alta en la que lleva pelo recogido.
—Vamos a cenar.
—No tengo hambre —en realidad, sí que tengo. De lo que no tengo ganas es de levantarme de la cama. Mucho menos de que ellas me noten rara y tenga que explicarles todo lo que ha pasado. No estoy con ánimos para eso.
—Margot —dice mi nombre en un tono autoritario, de esos que no admiten un no por respuesta—. Llevas tres días sin cenar con nosotras. Te quiero abajo. Ya —demanda, y dicho esto, se da la vuelta. Deja la puerta abierta, en una señal de que no hay excusa ninguna para que no baje a cenar con ellas.
Suspirando con pesadez, dejo el libro en la mesita de noche y me levanto. Al salir, apago la luz de la habitación y ando por el amplio pasillo, hasta llegar a las escaleras y empezar a bajar.
Desde aquí se puede oler el salmón recién hecho. Se me hace la boca agua y mi barriga empieza a sonar. Estos tres días no he cenado en condiciones. A veces me iba a la cama solo con un vaso de agua en la barriga porque no tenía ganas de hacerme nada.
Y, aunque mis madres me dijeron que si me preparaban algo a mí, les dije que no, porque no quería hablar con nadie, y ellas, o mejor dicho, nosotras, somos mucho de hablar, y si veían que yo estaba callada, iban a empezar a preguntar que si me pasaba algo y, sinceramente, no tenía ganas de dar explicaciones a nadie. Aún sigo sin querer darlas.
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Todo por un Sí - #1 [Editando]
Teen FictionMargot quiere estar con Emma. Margot no aguanta ver a Emma con alguien más. Margot quiere a Emma para ella. Cuando un día Margot decide aceptar una propuesta de Emma no puede dejar de pensar en lo tonta que ha sido, pero... ¿Qué pasaría si con ese...