CAPÍTULO 20 - Parte II

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Emma.

Andamos unos minutos hacia el coche de Nate, el cual resulta ser un Audi, de color gris, aunque no sé el modelo. Lo único que sé es que es precioso.

Cuando nos montamos en él, no puedo evitar preguntarle.

—¿Qué modelo es? Es precioso —paso la mano por el salpicadero, sintiendo la pulcritud de este.

La tapicería es de piel, de color negro, el cual resalta con el gris de fuera.

—Es un Audi R8 Spyder 2021. Es como si fuera mi hijo, así que trátalo con cuidado.

—¿Tu hijo? —Me río mientras arranca—. ¿Has dejado de ser un friki de los superhéroes para convertirte en un friki de los coches?

—Aún sigo siendo un friki de los superhéroes.

—¿Sigues soñando con ser Thor?

—Ahora prefiero ser Tony Stark.

—¿Y eso, por qué? —Cuestiono, mientras él teclea algo en su móvil. Posteriormente, se lo lleva a la oreja.

—Fácil —se encoge de hombros—. Es millonario e inteligente —contesta con simplicidad—. Hola mamá. Sí, está aquí conmigo —oigo la voz de su madre al otro lado, pero no distingo lo que dice—. Muy bien. Oye, mamá, te quería decir que nos vamos a quedar un rato más en el jardín. ¿Hay algo importante en lo que debamos estar? —Una pausa—. Tres horas, vale. Sí. No, no nos retrasaremos. Vale, mamá. Yo también te quiero.

Se despega el móvil de la oreja y cuelga.

—Tenemos tres horas. Media hora para ir y otra media para volver. Te quedas con dos horas. Así que, aprovéchalas bien.

—Es más de media hora de trayecto, Nate.

—No si vas rápido.

Se me escapa un grito cuando pega un acelerón. El coche coge más velocidad y mi pulso se dispara por culpa de la adrenalina.

—¡¿Quieres tener un accidente, psicópata?!

—Vas a ver el potencial que tiene mi coche —promete.

Pulsa unos botones y el techo comienza a bajar. El aire frío de diciembre nos da de lleno, pero, al menos, viene hacia nosotros y me aparta el pelo del rostro. Enciende el equipo de música y Without Me de Eminem comienza a sonar por los altavoces. Sube el volumen casi al máximo y así estamos durante los veinticinco minutos que tardamos en llegar.

Por una parte, quiero matarlo por casi hacer que tengamos un accidente y, por otro lado, quiero abrazarlo por la experiencia tan increíble que me ha dado. Es un amor-odio constante lo que siento por este chico.

—¿Vas a vomitar? —Me pregunta al ver que no me muevo, una vez hemos aparcado—. Porque si vas a hacerlo, sal de mi coche.

—Ha sido increíble —murmuro.

—¿Qué dices?

—Ha sido increíble, Nate —le digo, alto y claro, girándome hacia él—. Retiro lo de que eres un imbécil. Bueno, no lo retiro. Al menos, no del todo. Dejémoslo en que eres menos imbécil que antes.

—¿Gracias? —Me mira como extrañeza.

—Pero para la vuelta no vayas así de nuevo o creo que sí te vomitaré el coche.

—Lo tengo en cuenta.

Salimos del vehículo y andamos hacia la puerta de la casa de Margot. Cuando nos paramos frente a ella, no toco el timbre de inmediato.

Todo por un Sí - #1 [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora