CAPÍTULO 12

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Al final, Ethan me había convencido. Después de estar en la fiesta insistiendo e insistiendo, lo había logrado. Así que, ahora, Hayley, él y yo estábamos de camino a un local donde hacen tatuajes y piercings —Ethan se lo había hecho todos aquí, así que era de fiar—. Él también iba a hacerse algo, no sabe aún el qué, pero sí sabe que quiere algo nuevo. Hayley no, ella solo había venido a acompañarnos.

No voy a mentir, estoy un poco acojonada. Solo de pensar que me tienen que atravesar la nariz con una aguja, me dan mareos, pero, en fin, que todo sea por la experiencia.

Diviso la puerta del establecimiento a poca distancia y, mientras vamos avanzando, me fijo en como es. La fachada es sencilla, de color negro y tiene dos graffitis a un lado, de dos calaveras con colores. Entramos al local y veo que es pequeño. Tiene un mostrador a un lado y, al otro lado, tiene una pequeña sala de espera. Hay una puerta con un cartel que pone solo personal autorizado y luego hay otras dos puertas más.

Hay un chico detrás del mostrador, alto, pelo bastante corto, moreno tanto de pelo como de piel y tiene los dos brazos tatuados hasta las manos.

Nos acercamos y Ethan es el primero en hablar.

—Hola, Robert.

—Ethan —dice a modo de saludo.

—Te traigo a una clienta nueva —me toma de los hombros y me lleva delante de él, justo enfrente del tal Robert. Yo me hago pequeñita. Creo que me estoy arrepintiendo—. Más dinero, te quejarás de mí.

Robert ríe antes de bajar su vista hacía mí y hablar.

—¿Qué quieres hacerte?

—El septum —responde Ethan por mí.

Robert se queda un tiempo mirándome, como si estuviera analizando algo, hasta que por fin decide hablar.

—Mhm... Sí, creo que te quedaría bien. Buena elección —sale del mostrador y se para junto a nosotros—. Pues, venga, ya podéis pasar —da la vuelta y se dirige a la puerta que no tiene el cartel del personal, la abre y entra, nosotros lo seguimos.

—Siéntate ahí —señala una camilla de color blanco.

Le hago caso y me siento, Hayley se queda a mi derecha y Ethan se queda más apartado, hablando con Robert, mientras este prepara las cosas que necesita.

—No tengas miedo —me alienta Hayley, en voz baja.

—Oh, bueno, a la que le van a atravesar la nariz es a mí, no a ti.

—No es para tanto.

—¿Y cómo lo sabes, lista? —La miro. Ella me mira de vuelta.

—Yo me lo hice, hace tiempo.

—¿Y te lo quitaste? —Asiente—. ¿Por qué?

—Se me infectó —dice. Aparta la vista unos segundos y carraspea, luego, vuelve a mirarme con una sonrisa—. Pero aún tengo el agujero, me lo podría poner si quiero.

—¿Y no te dolió?

—Nada —hace un gesto con la mano, restándole importancia y, no sé por qué, pero no la creo.

Voy a contestar algo, pero entonces veo que Robert y Ethan se acercan. El primero se para frente a mí, con una especie de pinzas con un tubito en la parte de arriba.

Vale, ahora que estoy acojonada.

—Vamos a empezar ya —habla Robert—. ¿Lista?

—No, pero, adelante —respondo.

Todo por un Sí - #1 [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora