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-¿Iba...iba a morir?-Ni siquiera ella misma podía asimilar lo que decía.

-¿Estás mal de la cabeza, te sentó mal la caída?

Gime con dolor por las punzadas dolorosas de sus costillas y se logra sentar, sin embargo los hombres siguen al otro lado que tratan pasar entre los carros y se alerta, posando su peso sobre su cuerpo y tomando de la bolsa con fuerza, queriendo huir de nuevo.

-¿Esa bolsa es tan importante como para dejarme tirado?-Farfulla el tipo que lleva desde el inicio de mal humor por salvarle la vida.

-Si te arrepientes de salvarme es demasiado tarde.-Se gira Carter para correr, sin embargo él ya se encuentra sobre sus pies y la detiene abruptamente, abriendo sus parpados con sorpresa, ¿Qué le sucede? Es un completo extraño, ¿no la puede dejar irse y ya?

-Creó que morir le sentaría demasiado bien, pero no tengo el corazón de ver a alguien morir mientras me quedo viendo,-Denota melancolía y misericordia en su tono de santo al expresar aquellas palabras con cierta burla al final.-le aconsejo hacerlo sin mi presencia.

-¡Gracias!-Escupe Carter con repudio a él, notando sus cabellos negros revueltos y su mirada tan oscura como sus cejas pobladas y su palidez, como su altura un poco intimidante.-Eso haré una vez me suelte.

Los pasos de los desconocidos se acercan al pasar los carros y el rostro de Carter pierde color al conectan ambas miradas, regresando su atención al chico de ropas negras en frente suya, tragando duramente.

-Por favor, me matarán si me atrapan y eso quedará en su consciencia por toda su vida.-Suplica Carter sin éxito, ya que él sigue manteniendo esa expresión seria en su rostro y Carter forcejea con él pero es tanta su fuerza que gime del dolor proveniente de su muñeca, soltando la bolsa al momento que los sujetos la alcanzan.

-¡Ladrona, es una ladrona!

Carter abre sus ojos con espanto al ver que uno alza su puño hacia ella, esperando el impacto en su cuerpo, sin embargo nunca llega, abriendo levemente sus parpados, admirando como el sujeto toma con agilidad de su cuello sin esfuerzo, tirando de su cuerpo a otro extremo de la calle.

-¡Agh...!

-¿Qué fue eso, quién te crees que eres para tirar a mi amigo así?-Ahora si que no sabía Carter qué diablos quería ese desconocido de ella, tirarla a los matones o defenderla, sin soltarla claro, pero comenzaba a suponer que se encontraba mal de la cabeza.

Suspira con irritación y saca una tarjeta que no logra leer, lo cuál los otros hombres sí, sonriendo con malicia a su persona, tras leerlo, preguntándose qué podría ser que aquellos hombres se relajaron de pronto, sin querer atacar más a Carter, ni al sujeto.

-...

-Soy policía y todos me acompañan a la estación, ahora.-Demanda el sujeto lo cuál, en el rostro  de Carter todo se descompone abruptamente, admirando como los sujetos toman de su bolsa y ella se escandaliza, sacudiendo su cuerpo para alcanzar lo que sea que tenga eso.

-¡No tomen mis cosas, policía, haga algo!-Exclama Carter pálida de la preocupación, sino logra vender lo que tiene ahí, seguramente muera de miseria.

El policía arrebata la bolsa de los tipos y caminan todos juntos a la estación de policía, que no queda a muchos metros de distancia, sino a los segundos llegar, mientras todos toman asiento y la dichosa ladrona le ponen unas esposas para que no escape, no teniendo otra opción más que aceptar a regañadientes.

-Entonces según las víctimas y testigos, usted le robo a estos vendedores, rompió una puerta de vidrio y causo accidente automovilístico, señorita Carter, falsificando su identidad por huérfana.-Casi parecía enumerar las estupideces de Carter, ella sin ánimo a mirarlo, sino con la mirada gacha, preguntándose cómo puede la vida jugarle de tantas maneras negativas.

Y ninguna positiva.

-Señorita Carter.-Eleva la voz el policía y ella parece seguir en el mismo limbo, suspirando con fastidio por tratar de hablar con una joven inmadura, que en vez de estudiar y estar con su padre, esta haciendo de las suyas, sólo quiere resolver ese fastidio de una vez por todas.-Llamaré a su padre,-De pronto Carter se vuelve a reconectar con el mundo a la sola mención de su padre y el sujeto teclear unas cuántas cosas donde seguramente debe estar toda su información.-el adulto responsable debe pagar por todas las leyes violadas.

Los sujetos con sus bolsas de comida recuperadas, asienten satisfechos con la demanda, en cambio Carter, simplemente se descompone, queriendo volver a desaparecer tras un sueño, morir cuando tuvo la oportunidad, pero el policía que no parecía interesarle en absoluto su vida, parece el mismo diablo, fingiendo ser bueno.

-Sólo...pido, necesito leer algo antes que venga mi padre.-Ni siquiera ella misma entendía lo que estaba diciendo, parecía una oferta inofensiva que al policía por un momento dudo, pero ni le importo, abriendo de su bolsa y admirando el único libro que se encuentra adentro, que al parecer, ¿es de historia?

No es de amenaza o arma siquiera.

-Ten.-Lo toma Carter a dura penas, insertando sus uñas casi en la pasta del furor que fluye por sus venas, ¿Qué hubiera hecho el príncipe Jaden en esta situación tan conflictiva? ¿matarlos a todos? 

Escapando de ello durante años, dejarse pisotear por su padre tantas veces y mantenerlo para poder sostener su casa, su vida, que ni siquiera podía comprarse un par de zapatos nuevos sin que su padre le robará el dinero, huyendo casi muerta a golpes de su único hogar, viviendo en la peor miseria y enterarse que podrían encontrarla en cualquier momento.

La ley a favor de su padre, jamás de ella.

-¿Por qué cree que me iba dejar atropellar?-Suelta de pronto, vacía su mirada, sin brillo alguno de esperanza o alegría, sino de una tristeza profunda que perfora su corazón.

-¿Cree que con lastima, borrare sus violaciones ante ley señorita?-El humor del policía se pone peor de sólo escuchar a la joven decir aquellas palabras.-Conozco a las de su tipo, gánster.

Parecía como si hubiera una gran muralla entre ambas personas, siendo imposible discutir, la imagen de Carter estaba manchada, complemente destruida, nadie podía confiar ni en ella, ni en sus palabras, sino en quien esta a cargo de ella.

Siempre estuvo sola.

Vals del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora