Se abren las puertas bruscamente y se golpean entre sí.
Dando paso largo al admirar el primer adorno con flores y tomar de él admirando con repudio su mismo reflejo en ello, como sus ojos vacíos de vida se contempla una tempestad, una desdicha por todos esos sentimientos aguardados dentro de sí haciendo un desastre dentro suyo; Tirando de este al suelo abruptamente al volverse añicos.
Sus ojos se nublan de las lágrimas retenidas sintiendo su corazón punzante matarla por la agonía, los celos y la traición.
¿Quiénes se han creído, por qué juegan con ella de esa manera?
Admirando los adornos de su recamara como fueron colocados con el sumo cuidado y precisión, lo costosos que se ven y las floren que los acompañan en una preciosa vista que para Heather se torna un tormento, una rabia el solo admirar su perfección.
Y tira de ellos al suelo directamente volviéndose loca, loca por toda la situación, volteando la mesa en sí cayendo esta al suelo y el agua de los floreros regarse por todo el lugar, repleto de pedazos de cristal por toda su recamara.
¿Qué podía hacer ella para evitar lo inevitable, cómo puede regresar de la vida a alguien que ya esta muerta?
-¡Agh!-Estalla en lágrimas amargas por todo su rostro cayendo sobre sus rodillas y sentir pequeños pedazos de cristal internándose por su piel. Importándole menos, sollozando tras admirar esa escena que ni en veinte años imagino ver.
Sus labios en otra mujer que no sea ella.
Bajando su estatus, su lugar y apellido para estar en una posición de concubina cuando a lo mejor pudo ser la emperatriz. Pero su majestad jamás permitiría eso, creyendo que haciendo algo tan humillante como eso podría perdonarla, ya no encontrando la manera de obtener su perdón.
Cerrando sus ojos con dolor absoluto, sin idea de cómo enterrar esa melancolía que por años ha llevado cargando tras su espalda, sin descanso alguno y hasta a decepcionado a su amado padre por su estúpido amor ciego hacia su majestad.
-Por poco, solo por poco podré obtener el perdón de su majestad, me falta tan poco.-Se murmura para sí misma al contar los minutos para poder tener la libertad en sus manos y él sea su libertador de quién él mismo la aprisiono en ese amor y dolor por tanto tiempo, sin embargo las ganas y rabia por la acción, mentiras de Hazel, no tienen precio alguno.-Me trato cómo una estúpida...
Agitando su pecho del dolor.
De pronto una persona más se integra a su cuarto sin tener la espera de ello, con una voz petulante y para nada agradable, torna el ambiente más pesado.
-Que desagradable vista...
Girando su mirada hacia su dirección Heather de una manera muy cansada, de todo, de todos.
-Considero la privacidad lo más valioso de este reino.
-Y yo lo qué pensará Hazel al ver este desastre que hiciste y tu rostro, dios...
-Vino a advertirme o admirar mi rostro, en ningún momento acepte su informalidad de hablarme de esa manera.-Expresa en rabia.
-No necesito consultarte nada.-Se retira del cuarto, dejándola sola.
Cerrando de sus ojos y suspirando al jalar de sus cabellos frustrada.
Jamás imagino que todo resultaría tan difícil, sabe ocultar sus sentimientos y emociones con facilidad pero simplemente hoy exploto como las primeras veces.
-Sirvientes limpien todo ahora.-Manda poniéndose sobre sus pies y ellos inclinarse ante ella.
Deberá tragarse sus insultos, sus emociones como muchas veces lo ha hecho por su bien, por el bien del reino y su apellido, sin embargo por un momento explotaron sus sentimientos tras la traición, las mentiras y la maldita falsedad, si bien quiere ayudar a Hazel y ese fue su motivo desde el inicio, deberá seguir con el mismo plan para obtener el perdón de su majestad.
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Vals del Destino
FantasyCarter en un accidente creyó morir despertando en otra época monárquica, sin embargo cuando duerme regresa a su vida cotidiana, con la clave de superar los problemas de sus sueños extraños con la información que posee en su presente, con tal de deja...