La desdicha no hubiera impactado de manera tan remota en la vida de Lucrecia o la "sin nombre" que en su momento experimento tras la esclavitud en gran magnitud que afecto a todo el país de Gran Bretaña.
Una niña con apenas catorce años de ojos azules, piel tan blanca como la nieve y el cabello más suave, delicado, largo y atractivo por su tenue color girasol. Una niña que tuvo la desdicha de ser abandonada a su suerte al nacer y ser arrastrada a la esclavitud de un amo, amo quien tiene poder sobre ella tras pagar unos diez euros.
Las humillaciones, los trapos que debía ponerse a diario y los constantes golpes que recibía hacia su persona cuando su amo se pasaba de copas. Era algo que ella no comprendía, ¿no poseía ningún valor su persona por no tener padres, una familia?
Deseaba más que nadie la libertad, ser como todos esos niños que al levantarse de su cama en las primeras horas de la mañana corrían a las escuelas. Pero, más que a nadie le fastidiaba admirar que las niñas no podían recurrir a esas oportunidades.
¿Por qué?
Sus lindos vestidos, las telas más hermosas que haya podido ver tras cada niña que admiraba y los niños sonrientes con sus trajes lujosos a tan pequeña edad. Pasaban en frente suyo ignorando por completo su presencia, su voz, su mirada como si "la niña sin nombre" no existiera realmente.
Fue muy difícil de asimilar al principio, hasta que al fin logro comprender la razón.
Ella no era nadie, porque para ser alguien de primero debe ser libre y segundo, tener un apellido de valor para la sociedad.
-¡Recoge esas porquerías del suelo en vez de estar mirando como una idiota a la ventana, maldita sea! Que niña más estúpida.-Refunfuña el amo de la niña sin nombre y ella muerde sus labios con furor, nublando su mirada de la rabia que acumula.
Inclinando sus rodillas para obedecer al amo, porque de no hacerlo puede prometer que a la próxima recogerá las cosas con sangre en sus piernas, con sumo dolor para recordar cada que se incline, no debe faltarle el respeto a su amo.
Pero lo que le da más rabia de todo, es que esas niñas se parecen tanto a ella, su cabello, sus ojos, el color de su piel. ¡Todo! Pero ambas situaciones son tan diferentes, las oportunidades, ella no quiere seguir viviendo ese infierno, no más.
Al pasar los meses todo parece transcurrir con bastante normalidad, nada fuera de su lugar. Hasta que un día llega un joven muchacho de visita lo que parece ser una sociedad donde ella vive, días antes las personas ya se habían anticipado sobre hablar chismes sobre el caballero que parece ser toda una anomalía.
Anomalía por la cual "la niña sin nombre" puede confirmar ahora al verlo llegar.
Su piel morena, su cabello liso y sus ojos castaños, pero sobre todo con una forma completamente diferente a la que conoce; Le asombra con gran impacto, ¿Quién es él? Claramente no pertenece a Gran Bretaña por su aspecto, pero a juzgar de su vestimenta...
Es una persona con poder económico.
Ante los ojos de la "niña sin nombre" era todo un misterio por resolver, un sin fin de preguntas que recorrían su mente y la inocencia que palpaba en su momento la en ciego por querer conocerlo.
Sin embargo, no podía percibir la mirada de las demás personas que lo analizaban con desprecio, un repudio tan inmenso que cuando él intentaba acercarse a un ciudadano ellos se alejaban sin dudarlo. Su poder económico era algo irrelevante, es más, hasta insultante que un maldito inmigrante se enriqueciera de sus tierras, sus animales y de la gente de Gran Bretaña.
Lo cual "la niña sin nombre" pudo ver la oportunidad perfecta para hablarle.
En un momento muy oportuno donde su amo se encontraba durmiendo tras acabarse toda la botella de vino.
-Hola, mi nombre es...-Se quedo callada por un momento, sin tener una idea de su respuesta, siempre escuchaba decir eso cuando los niños se presentaban a otros niños mientras ella admiraba en la ventana de la casa de su amo. Memorizando esa frase, para cuando fuera libre, la pudiera utilizar para conocer otras personas.-no tengo nombre,-ríe incómodamente.-pero tengo el deseo de ayudarte, ¿Te encuentras perdido, cuál es tu nombre?
Ella estaba ansiosa por querer conocer el nombre de esa persona tan extraña, no podía tener nombres tan comunes de cual europeo, debía ser uno que jamás haya podido escuchar.
-No te preocupes,-Se ríe contento.-mi nombre es Jarel Brown.
Ella salto sobre su lugar y alzo una ceja confundida.
-No puede ser posible, tu no tienes el aspecto de un ciudadano de Gran Bretaña.-Se tapa la boca al darse cuenta que hablo de más, algo que solamente debió permanecer en sus pensamientos.
Jarel se ríe a carcajadas al notar la honestidad de la joven.
-Pues seríamos dos pequeña niña, tu tampoco tienes al aspecto para servir a un amo.
Palabras, palabras fueron suficientes para enardecer el rostro de la joven.
Pero no era un sentimiento de odio, furor o resentimiento. Sino de vergüenza, pesar y decepción al no poder ocultar o pasar desapercibida su situación. En cambio él, no la mira por encima suyo, sino todo lo contrario, en su mirada percibe un sentimiento de calidez, confianza que por muy extraño que parezca.
Tranquiliza a la joven.
-Me parece muy injusto que no se te haya dado un nombre, todos estos ciudadanos me desprecian por la sangre "sucia" que llevo en mis venas y el aspecto que tengo a causa de la unión de un amor.-Sisea con tranquilidad que contagia, que endulza el oído de la joven dama.-En cambio tu si pareces tener las las características de una joven ciudadana de Gran Bretaña, sin embargo no pareces tener sus privilegios por una condición de libertad y economía, renombre.
Este joven muchacho parece comprenderla, con cabalidad cada palabra que emana de sus labios.
-Joven Brown no sé que decir ante sus palabras, me halaga y llena de alegría ver el simple hecho que percibe mi existencia como importante. Lo cual es irrelevante para todas estas personas.
-No se diga más, te llamaré Lucrecia, en tus ojos puedo ver el significado latente de este nombre que quiere decir "aquella que gana" porque puedo ver eso en ti.
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Vals del Destino
FantasyCarter en un accidente creyó morir despertando en otra época monárquica, sin embargo cuando duerme regresa a su vida cotidiana, con la clave de superar los problemas de sus sueños extraños con la información que posee en su presente, con tal de deja...