-¿Desea cambiar la falda señorita?-Ahora si, la duda estaba toda impregnada en la mirada de Hazel que hace apenas un día le indico que quería la falda larga, pero de pronto desea la corta.
A lo cual a Carter le parece descabellado, no, estúpido pensar eso, pero si su majestad le gusta más la otra, bueno, en realidad no tiene experiencia en esas cosas pero pareció contentarle verle en aquellas ropas.
-Por favor démela antes que me arrepienta.-Contesta Carter a lo cual su inseguridad sigue latente, no quiere, realmente no lo quiere así; no quería llegar a ese extremo, pero esta amenazada hasta la nuca, su majestad la emperatriz se aseguro de ello; porque las condiciones ya habían sido aclaradas desde el principio, desde que la conoció la primera vez.
Desea información personal de Jaden, documentos, evidencia tangible para demandarlo con pruebas y no rumores obsoletos.
-Aquí tiene.-Le extiende la prenda y al mismo momento Carter se la pone debajo de la larga quitando de este sin problema y dejarla sobre la mesa.
Sin embargo traga duro al ver de ella cuando la sirvienta de edad avanzada la toma para guardarla, deteniendo su acto abruptamente al posar la mano sobre la falda y sentir el frío calar en sus piernas, empuñando su mano.
-Por favor, cuando salga de su recamara, tenga lista esta falda,-Ruega Carter calentando sus mejillas de la pena tras soltar esas palabras, suspirando agobiada.-no quisiera que nadie más me vea así.
Sonriendo la sirvienta de manera risueña, arrugando sus expresiones.
-No se preocupe.
-Gracias.-Suelta Carter tras girarse y caminar a las grandes puertas de la recamara admirando la madera dura y ancha, detallada con pequeño adornos forjados a mano tras esculpir caballos y huecos en perfecta sincronía, tocando de estos completamente ida... captando de pronto su alrededor.
¿Está segura de lo qué hará?
No.
La respuesta es no, jamás lo estuvo y de un día para otro se debe plantear que su única solución es él. Cuando fue el final de todas las opciones, algo imposible desde el principio se torno tan oscuro a su alrededor que se reflejo su luz a solo metros de ella; y si él ya no esta a su lado, seguramente caerá en el abismo de la desgracia.
En la desdicha y en garras de su peor enemiga.
Formando un puño al parar de acariciar la fina madera frunciendo su ceño tras el recuerdo de aquella mujer, ¿Cómo podría traicionar a Jaden, siendo su único lugar de esperanza en tanto torbellino?
Aunque si no demuestra actos tras los mandatos, su familia corre peligro, viéndose atrapada entre la espada y la pared.
Su familia...su amada y única familia que pudo llegar a palpar los últimos segundos a su lado, ni siquiera es el miedo a perder y jamás volver a verles tras ser abandonada en una isla, sino morir, su camino es la muerte si no gana junto a todos ellos y nada le asegura que Lucrecia no la toque tras cumplir sus mandatos.
Conociendo lo mentirosa y manipuladora que es, tal vez todo solo sea cuestión de tiempo.
Su única salida es Jaden, contando los días que puede seguir en el castillo.
-¿Qué haces aquí?-Se sobresalta Carter, dando la espalda repentinamente del susto, pero al ver a los pocos segundos una cabellera rubia y unos iris celestes retrocede torpemente, tropezando entre sí y su cuerpo quedar contra la puerta.
Quien se abre abruptamente, por poco al caer al suelo ella cierra los ojos fuertemente pero unos brazos lo suficientemente fuertes la sostienen desde su cintura.
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Vals del Destino
FantasyCarter en un accidente creyó morir despertando en otra época monárquica, sin embargo cuando duerme regresa a su vida cotidiana, con la clave de superar los problemas de sus sueños extraños con la información que posee en su presente, con tal de deja...