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-¿Señorita?-De pronto ve la cuchilla en manos de Hazel y corre hacia ella sorprendido, intentando arrebatarlo de sus manos, sin embargo al solo tocarla, cae este sin esfuerzo contra el suelo y se queda extrañado, elevando sus iris azules hacia un rostro que jamás imagino verlo así.

Roto.

Con la mirada baja y sus lágrimas no parar de derramarse, las mejillas pálidas del miedo y enferma a más no poder, sin brillo en su mirada cómo la última vez, sino una tristeza sin igual que la falta de voluntad en tomar esa cuchilla se ha negado.

-Cedric...-Murmura para sí misma, elevando su mirada en el vació y ni siquiera fijarse en el joven al lado suyo, consumiendo la tristeza todo su ser y darse cuenta que Hazel, Hazel dio su vida por su pueblo al igual que el amor de su vida, que venir a este castillo le resultaba casi imposible, que la emperatriz jamás quiso que ella pisara su mismo hogar.

De pronto toca su cuello y no hay señal de una cicatriz, fijando su mirada en su muñeca y tampoco la hay, por poco comete un error garrafal que podía estallar la guerra.

Dándose cuenta que todo es real.

-¿Se encuentra bien?-Insiste el joven, quién Hazel gira su mirada hacia él y sus facciones por completo su rostro, sus cabellos dorados que caen sobre sus iris azules como el mar, junto a la palidez de su piel, hacen que todo su cuerpo se sacuda por completo de la rabia que le consume.

Recordando por completo a la reina Lucrecia.

Cómo el mismo ángel.

-¿Cuál es su nombre caballero?-De pronto sale la voz de Carter, tan fría que jamás se imagino el caballero oírla así.

Elevando este la mirada ante su pregunta, asumiendo que debe saberlo ya.

-El príncipe, el príncipe Jordan Beckham.

El rostro de Carter se calienta por completo y mueve su cuerpo bruscamente hacia él, sintiendo sus dedos temblar del enojo que le consumen, las emociones que su cuerpo se amoldan a su alma, compartiendo el mismo deseo, el mismo deseo de arrebatarle a la emperatriz lo que más quiere.

Porque jamás imagino que la situación de Hazel fuese esa, tan íntimo contra el reino, tan crucial que ve porqué Hazel la hacía sufrir tras amenazar su existencia.

Mátalo, mátalo...

Baja su cabeza de pronto ante la voz de Hazel, teniendo la misma desesperación, la rabia de tener casi a la misma cara que asesino a Cedric y a sus compañeros, casi tomando su vida. Sin detenerse de derramar lágrimas de lo impactada que se encuentra, pero, por alguna razón se siente en amenaza al tenerlo tan cerca.

Si sabe quién es, no dudará en matarla.

-¿Se encuentra bien?-De pronto siente la mano de Jordan sobre su hombro y ella retrocede bruscamente en temor. Frunciendo este el ceño tras su acción.-¿Es malo que sea el príncipe? Parecía no saberlo desde un principio señorita Heather Dixon.

¿Quién? ¿No sabe quién es? Tal vez sea la razón no haber hecho nada desde un inicio y hasta ayudarla en curarla, pero puede ser tras que solo llegue la sirvienta, sepa su verdadera identidad y no planea quedarse para ver como su vida termine ahí mismo.

Aprovechará la oportunidad que tiene ahora, lo única que desea es huir.

-Me encuentro mejor, me siento mucho mejor, le agradezco pero me retiro.-Se apresura a decir tras ponerse sobre sus pies y como si nada hubiera pasado, sentirse en lo absoluto bien, tan extraño, que quizás sea causa de Hazel, pero, ¿por qué Hazel hace que arriesgue su propia vida así?

-Señorita, no puede retirarse de ese modo.-Se apresura a decir Jordan, tomando de su muñeca pero ella se aleja como si fuera alérgica a él, completamente asustada que su rostro se torna más pálido tras solo recordar lo poco que estuvo de morir. Lo mejor será mantener distancia, la mayor distancia.

-Por favor déjeme ir.

Vuelve a tomar de su muñeca y esta vez con más fuerza, abriendo Carter los ojos grandes ante él, esta vez fijando una mirada distinta a sus acciones, sino una de lastima y sinceridad, más angelical que antes.

-Mi madre la ha elegido para ser la concubina de Jaden, la considera mejor.-Así que es cierto, todo fue planeado desde un principio, jamás iba a ganar y quién tendría el control sobre todo sería Heather. Temblando todo su cuerpo ante sus palabras que sacuden todo su cuerpo, temiendo realmente por su propia vida.

-¿Sirvienta?

Una voz tercera la descoloca por completo y el silencio sucumba al reconocer el propietario de esa voz.

Sin atreverse a girar su rostro.

De pronto hace campo de visión cuando toma de la otra muñeca y la gira bruscamente hacia él, jadeando ante el movimiento brusco y abrir con sorpresa sus parpados rojos por las lágrimas, confundiendo un poco al príncipe por la inusual expresión de dolor.

-Eres una concubina...-Murmura, lamiendo su labio inferior en burla y suelta una pequeña sonrisa de lado hundiendo su hoyuelo, oyendo su voz ronca tornarse cada vez más profunda al borrarse por completo su sonrisa, ante las pocas palabras de Jordan.

Llego en busca de él, pero jamás imagino verla a ella aquí.

Que burla.

-¿Por qué busca a la señorita Heather?-Suelta Jordan, lo cuál Carter poco poco se desmaya tras esa pregunta.

-¿Señorita Heather?-Repite Jaden sombríamente, fijando su mirada en los iris de cafés de Hazel, con la mirada baja y perdida, temblando sus extremidades cómo nunca la había visto, embellecido con tal imagen que por poco levanta su rostro para ver aquella expresión de cerca.

Quedando en silencio tras unos segundos meditando la situación, con la mirada más sombría posible prefiere ver cuáles son las verdaderas intenciones de Jordan porque algo de todo esto no le termina de convencer.

-Si, deseo hablar con la señorita Heather Dixon.-Responde Jaden  y sus iris dorados se iluminan.

Recordando de pronto Carter cómo respirar.

-¿Hablar con una concubina antes de presentarse? Eso no es adecuado.-Añade Jordan en desacuerdo.

-¿Y si esta bien que hable con otro hombre a mis espaldas?-Suelta Jordan de pronto a Hazel de la muñeca tras la comprometedora imagen y voltea a sus alrededores cuando se fija que tiene más publico, borrando toda amabilidad de su expresión, sino una seriedad penetrante ante las palabras de Jaden.

Girando su cuerpo el pelinegro y caminar fuera del lugar, llamando la atención de casi todas las personas al tomar la mano de Hazel jalando a arrastras a la mujer en contra de su voluntad.


Vals del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora