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Suspira Jaden en frustración y pasa su palma a lo largo de sus cabellos desordenando de ellos con frustración. 

Admirando Dixon su camisa desabrochada, sus labios hinchados y húmedos junto a su notable erección. Tragando duro, en cambio Carter se encuentra completamente abochornada, sonrojada a no más poder y con una culpabilidad terrible carcomiendo su consciencia.

¡Se ha besado al príncipe, al amor de Dixon en sus propios ojos!

-Señorita Dixon, yo...esto,-Las palabras no salen de sus labios, no encuentra excusas, cualquier cosa para aliviar el momento tenso recuperando poco a poco la movilidad de sus extremidades, bajando levemente del mueble.-soy lo peor, lo lamento.-Se lamenta totalmente tapando sus labios del impacto.

En cambio Dixon tiene una expresión fría, tan helada que sorprende la indiferencia de ella. Es como una amargura que ha tenido que aceptar a lo largo de los años, pero que lo haya hecho Hazel, su amiga de confianza debe ser realmente un golpe bajo. 

Sintiéndose Carter la peor basura, ella es todo tipo; ladrona, mentirosa, pero no una mujerzuela.

-¿Puedes irte ahora?-Escupe Jaden sin ánimos de verle el rostro quitando su saco para quedar solamente con la camisa de manera brusca contra la cama.-Joder, que problemática.

Abriendo Carter los labios indignada.

Apretando Dixon los puños contra su vestido. 

Sintiendo miles de punzadas en sus ojos por sus palabras dolorosas, mordiendo su labio inferior con dolor...suspirando y girar su cuerpo para salir. Pero Carter no planea quedarse ahí para defender el mal comportamiento de Jaden. Alzando sus pasos para salir y dejarle de una vez por todas recuperando la razón que desde que inició ese beso fue todo en absoluto error.

Jaden siempre será de Dixon, de eso no tiene duda.

Mientras el príncipe sólo mira como ambas salen de su recamara y su mandíbula se tensa por completo jalando en arrebato de su camisa abrochada y salir disparados los botones de la rabia, dejando al descubierto su pecho y abdominales. 

Bajando la mirada silencioso, porque de alguna manera en la profundidad de su corazón existe la pequeña preocupación por Dixon.

Su única debilidad, su único obstáculo por conocerla antes que perdiera toda razón o sentido de racionalidad entre el bien o el mal.

-Maldita sea...-Murmura.







-¡Señorita Dixon por favor espere!-Grita Carter sintiendo como su respiración se vuelve nula de tanto correr y no poder alcanzar de ella, sus piernas ya comienzan a doler de manera súbita y sus rodillas a punzar deteniendo sus pasos por segundos momentáneos para recuperar un poco el aire.-¡Señorita Dixon!

La rabia, la melancolía que carcome en el interior de Dixon tras ver esa escena son inimaginables, una humillación como la que presenció jamás imagino admirar. Han sido incontables las veces que Jaden a llevado mujeres a su recamara, las primeras veces fueron muy dolorosas, desastrosas que rompió todo adorno de su propio cuarto con rabia total queriendo asesinar a todas esas zorras.

Sin embargo al pasar los días ya no las volvía a contactar, él mismo las llamaba putas al terminar de coger con ellas. El interés se anulaba al ser tan fáciles pero cuando los ojos de ambos se encontraban siempre existía una tensión, una química que nunca fue destruida por nada, pero la rabia y dolor de Jaden jamás le permitió perdonarla.

La ama, de eso esta segura, fue su primer amor. De no ser por su madre ellos estarían casados.

Dicen que él príncipe jamás tendría mal gusto pero un capricho que él tiene por más excéntrico que sea, lo obtiene.

¿Entonces por qué se siente tan terrible?

Parando en seco al enfriar su mente, deteniendo el andar de Hazel también.

Pasando su palma por la única lágrima que permitió salir, suspirando al darse cuenta de las circunstancias. Es imposible que Jaden se fije en ella por más interesante y difícil intente ser, jamás será suficiente para que la tome en serio.

Girando su mirada hacia Hazel, quien se sobresalta y fija su mirada castaña preocupada por ella.

-¿Se encuentra bien señorita Dixon?-Sonríe de lado Heather, lamiendo su labio inferior.

-¿Qué te he dicho?-Regaña Heather, asustando a Hazel por su tono.-No me llames por mi apellido, somos amigas.

-Por favor, soy la peor amiga que puede existir. El príncipe, sí él me beso primero.-Sisea Carter para relajar un poco la situación, sin bajar la sonrisa Dixon de sus labios.

Mentirosa.

-Oh ya veo, así que fue en contra de tu voluntad.-Sigue la conversación de una manera tan amigable que es imposible de pensar que hace un momento huyo de su recamara devastada.

-Totalmente.-Insiste Carter.

Borra su sonrisa por completo tras oír esas palabras, ¿Cómo pudo si quiera ofrecerle su amistad? Considera Dixon la honestidad una base muy importante de la amistad y sin ella es imposible confiar, agradar y si quiera hablar entre esa persona. 

Suspirando en lo bajo y suavizar su expresión tensa de segundos, caminando muy cerca de Hazel quién se sobresalta al sentir su palma sobre su hombro, aproximando sus labios a su oído.

-Su majestad se encapricha fácilmente de lo nuevo pero una vez probado, por más o poco que cueste, lo deshecha.-El corazón de Carter se aprieta dentro suyo tras oír esas palabras. Alejando Dixon su rostro de ella, para elevar una sonrisa blanca sin malas intenciones.-No deseo que te hagas ilusiones innecesarias, como tu única amiga te aconsejo eso.

Alzando sus pasos para retirarse de una de ese pasillo que se ha vuelto detestoso para ambas.

-¿Señorita Heather se encuentra realmente bien?-Cuestiona de nuevo Carter.

-No es la primera vez que su majestad tiene una amante.-Recalca sin verle el rostro de manera seria y punzante para Carter.-Pero si la primera que admiro con mis propios ojos su traición.

Escuchando Carter solamente sus tacones caminar a lo largo del solitario pasillo.

Vals del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora