El príncipe hizo oídos sordos de las peticiones de su prometida y saltó hacia el lomo del dragón, tratando de encajar su espada. Pero fue en vano, las gruesas escamas impedían que cualquier cosa se impregnara. El bicolor se asustó, aquello parecía jugarle una mala broma. Se resbaló con el movimiento junto a la espada, bajando por todo el lomo.
La pelinegra disparó un hechizo al azar, pero rebotó. Casi le dio a Shoto de no ser porque este consiguió esquivarlo.
—¡Rápido, Shoto! —gritó Neito—. ¡Bájate!
El dragón comenzó a alzar el vuelo, Momo corrió alzando la mano para ayudar a su prometido a bajar pero recibió un fuerte zarpazo por parte del dragón; desmayándose en el acto.
Con gran fuerza fueron lanzados hacia la roca, cayendo cerca de la orilla. Al menos estaban vivos y Ashido se mantenía alrededor, preparada para ir por ellos cuando lo necesitaran. Desafortunadamente, no todos los dragones se veían dispuestos a dialogar como Ashido. Un enorme dragón voló hacia ellos, abriendo el hocico para carbonizarlos, pero antes de ello la castaña lanzó un hechizo que cayó dentro del hocico. El plateado dragón fue congelado y resbaló hacia abajo, el peso se llevó parte de la roca donde estaban tumbados ambos brujos y cayeron al vacío.
O eso creyeron, Ashido los alcanzó atrapándolos con el lomo. Estaban a salvo; fue lo que creyeron pero no contaron con que un destello morado los haría caer nuevamente.
Nunca le había gustado volar, pues cuan más alto vas peor es la caída.
Abrió los ojos lentamente y se percató que todo daba vueltas alrededor, sentía un zumbido en la cabeza y su cuerpo ardía. Levantó una mano tratando de aferrarse a algo para levantarse pero no había nada, la luna llena iluminaba el lugar y pudo ver cómo la sangre le chorreaba empapando gran parte de su brazo.
Recordó que se cayeron desde muy alto, por suerte no lo suficiente como para morir. ¿Dónde estaba Ashido? ¿Por qué no los había ayudado? ¿Y Ochaco dónde...?
—¡Ochaco! —gritó al verla unos metros más allá, completamente desmayada o al menos esperaba que eso fuera—. ¡¿Estás bien, Ochaco?! ¡¿Me escuchas?! —pero la brujita castaña no despertó—. ¡Ochaco, despierta!
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Hechízame, brujita
FanfictionNo se sabe cuándo comenzó esta guerra, nacieron cuando esta ya tenía miles de años empezada. Ochaco emprende un viaje a una pequeña aldea para conseguir un mentor que le ayude a controlar sus poderes. Así, llega a casa del maestro Toshinori. Un anci...