Persecusión

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La mañana les sonrió con una fresca ventisca de verano. Katsuki no quería usar su forma de dragón dentro de la ciudad porque no quería levantar sospechas ni mucho menos meter en problemas al grupo. Todos subieron a las escobas alzando el vuelo, parecía que el dragón no se había dado cuenta de que lo perseguían o al menos eso creían. Lo siguieron por un buen tramo de camino, estaban realmente lejos de toda civilización y el viento en el rostro ya les comenzaba a cansar. Katsuki estaba a punto de transformarse, creyendo que ya era seguro pero entonces algo captó la atención de todo el grupo.

—¡Es la princesa Yaoyoruzu! —sorprendido gritó Tenya.

En efecto, una chica pelinegra había llegado a toda velocidad en escoba y sin pensar mucho había comenzado a dispararle al dragón con su varita captando la atención de todo el grupo.

—¡Momo, no! —Melissa le gritó—. ¡Solo lo vas a hacer enojar!

Pero la encapuchada lucía muy lejos de ellos, por lo que no la escuchaba. Logró lastimarlo lo suficiente como para que bajara el vuelo a una gran llanura que se abría, e inmediatamente bajó con él.

—¡Solo quiero hablar! —se escuchó que gritó, el grupo se apuró a bajar para prevenir alguna tragedia—. ¡Perdona, pero era la única forma de llamar tu atención!

Logró paralizar al dragón con un hechizo que le dió justo en el hocico, una parte sin escamas. Pero entonces, una voz le captó la atención:

—¡Deku, espera! —era una voz familiar para la pelinegra con la varita en alto—. ¡Deku, espera, es peligroso!

—¡Aléjate, Ochaco!

Pese a las réplicas de la castaña, el pecoso se había bajado rápidamente de Mighty que ahora estaba mucho más grande y apuntaba con su varita hacia la de coleta alta.

—¡No es momento para amenazar, Deku! —tan rápida como el de ojos verdes, la de cara redonda también se había bajado de su escoba y estaba en posición alerta con varita en mano.

—Niño, no seas ridículo —le respondió Momo rodando los ojos—. Baja la varita si no quieres que te lastime.

—¡No te tengo miedo! —respondió, con los nervios a flor de piel—. ¡¿Quién te mandó a capturarnos?! ¡No dejaré que el aquelarre se lleve más vidas inocentes!

—Creí que el sucesor de All Might sería más inteligente, pero ahora veo que solo eres un niñito nervioso —se le notaba la frustración en el tono de voz—. No vine a capturar a nadie, solo quiero encontrar a mi prometido.

—Eh... tienen un dragón detrás —balbuceó la de cara redonda, muy nerviosa—. Digo, por si no se habían dado cuenta. ¿Podríamos dejar ésta discusión para después, si son tan amables?

—¡Dices que es tu prometido, pero gobiernas una dictadura que quiere eliminar a la gente no mágica!

—¡Todo el gobierno de la rebelión es una fachada! —harta se desesperó—. ¡Yo no estoy gobernando nada! ¡Solo están usando mi imagen!

—¡Momo! —corrió Melissa hacia ella para abrazarla cuando por fin logró aterrizar—. ¡Estaba muy preocupada por ti! ¡¿Cómo has estado todo este tiempo! ¡¿Dónde está mi padre?!

—Revisa mi bolsillo izquierdo —respondió, sudando gotas frías de la concentración—. También me alegra verte, aunque ahora estoy algo ocupada.

La rubia así lo hizo, encontrándose con su padre convertido en sapo.

—¡Padre!

Éste lo miró con sus ojos saltones.

—Dios mío, su majestad —se acercó Tenya a su amiga Momo—. ¿Qué son esas ropas?

Hechízame, brujitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora